LA FORMACIÓN OCUPA YA UN LUGAR SECUNDARIO
Si tus padres no tienen buenos contactos, acabarás siendo mileurista
La importancia de una buena agenda de contacto
Como subraya Martínez, “si tu familia no tiene dinero pero sí contactos, es muy probable que tu trayectoria laboral pueda iniciarse con mucha más fortuna que si tiene capital pero no está metida en las redes apropiadas”. Según Luis Enrique Alonso, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, en una época como la nuestra, donde la cualificación profesional es condición necesaria pero no suficiente, hay factores adicionales que se convierten en decisivos, como ocurre con las relaciones.
El problema de fondo, en el que también abunda Martínez, consiste en que las titulaciones ya no poseen por sí mismas capacidad de cierre social, con lo que se buscan nuevas formas de discriminación: “Si todo el mundo tiene un título, quien sepa idiomas tendrás mejores opciones. Pero si todo el mundo sabe varios idiomas, habrán de encontrarse nuevos modos de discriminación. Y así sucesivamente…”.
En este contexto, siempre habrá un cuello de botella, avisa Alonso, en el que “los títulos que se tienen quizá no sean los adecuados, y donde las relaciones que se poseen quizá no sean las más efectivas. Todo el mundo ha dado paso adelante en las cualificaciones, la gente está cada vez más formada, pero eso no significa que pueda ponerlas en práctica en el mercado de trabajo. Para eso se necesita capital relacional, algo que sólo se tiene si se hereda o si se está muy presente en las redes que lo distribuyen”. Estar situado en los lugares adecuados, tener acceso a los sitios precisos y tener los contactos necesarios para abrir las puertas precisas son los factores esenciales para construir una carrera profesional exitosa.
Los años de experiencia, cada vez menos relevantes
De esta forma, se va configurando un entorno laboral en el que “se van perdiendo elementos intermedios y se conforman por arriba redes muy cerradas y situaciones muy precarias y amplias por abajo, en las que tampoco pueden hacerse valer elementos que hasta ahora tenían su peso, como era el capital profesional”. Se refiere Alonso a la desaparición de esas carreras ligadas a la antigüedad que imperaron en las décadas anteriores, y donde el conocimiento de la profesión que otorgaba la experiencia era un valor que tenía notable importancia.
“Antes, contar con años de experiencia en una profesión era un factor de estabilidad. En estos momentos no significa nada como no poseas capital relacional. Si careces de los contactos adecuados y no estás en las redes convenientes, la acumulación de años de trabajo tiende a ser una situación negativa que te hace estar desplazado. Ahora es el chico de 30 años que trae una consultora internacional, que ha estudiado en alguna Management School del extranjero y que además está bien relacionado con la familia de los propietarios, el que pinta algo en las compañías. Frente a ellos, que algunos de los empleados conozcan muy bien tanto su profesión como la empresa y que cuenten con muchos años de experiencia carece de importancia”.
Para Alonso, la idea de la carrera como acumulación de capital profesional en estos momentos está tremendamente desarticulada. “Funciona mucho más el star system y el capital relacional, lo que genera un perfil profesional muy quebrado”, algo de lo que el mileurismo enquistado es el mejor ejemplo.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario