domingo, 10 de julio de 2011

3º de tertulianés

Día 10/07/2011
ME he matriculado urgentemente, en plan curso de verano, en Tercero de Tertulianés, para no perder el salto en el arte de aprender a decir las mayores chorradas con la máxima solemnidad, gracias a los remoquetes de moda entre los analistas políticos, frases no significantes que dan lustre a las obviedades más de cajón. Mi urgencia por matricularme débese al hecho de que en agosto cierran las tertulias de radio y televisión, y no puedo enriquecer mi vocabulario con latiguillos que no dicen nada, pero que quedan completamente resultones.
Recordarán que aprobé Primero de Tertulianés con un brillante ejercicio en el que, siguiendo las divinas enseñanzas de esta partida de pedantes, me atreví a decir: «A día de hoy y hasta donde yo sé, falta ponerlo blanco sobre negro, pero es un asunto de mucho calado que va a tener un largo recorrido, y es por ello que depende de la deriva que tome, ya que según las fuentes que manejo y con la que está cayendo, creo que va a ser que no».
Poco más tarde me matriculé, como recordarán quizá, en Segundo de Tertulianés. Saqué sobresaliente con un examen final en el que escribí: «Aunque niego la mayor, quiero verbalizar que es un salto cualitativo importante. Se ha pasado de frenada y se ha pasado veinte pueblos, porque, corregidme si me equivoco, la gobernanza no puede ser entendida de ninguna de las maneras sin ser puesta en valor; puede que sea ético, pero no estético. Y a más a más, como dicen los catalanes: hay que priorizar esas opciones en el corto plazo, sí o sí».
Ya estoy, pues, en Tercero. Y en el poco tiempo que llevo en este curso, miren la cantidad de tonterías no significantes que he aprendido a decir:
Es una apuesta firme.
Hemos desplazado trescientos efectivos.
Siete puntos porcentuales.
Reformas estructurales.
Liderar.
La ironía no funciona en la radio.
Aquello es un parque temático de...
Gestionar la crisis.
En sede parlamentaria.
En sede judicial.
Para gustos, colores.
No quiero meterme en un jardín.
No quiero hacer un juicio de intenciones.
Le hace la ola.
Malo, no: lo siguiente.
Como verán, trátase ya de un Tertulianés Avanzado, de nota, con componentes dialectales, mechado de casticismos madrileñines y solecismos andaluces del arsa y olé, pero que funciona. Y divinamente. Vean, vean las tonterías tan gordas que he aprendido ya a hilar en Tercero de Tertulianés, con qué vacua solemnidad las digo: «Aunque no quiero hacer un juicio de intenciones ni meterme en ningún jardín, hay que liderar este proyecto que nos hará aumentar en catorce puntos porcentuales la cifra que se dijo en sede parlamentaria. A otros por menos le hacen la ola en sede judicial, pero esto puede convertirse en un parque temático de la incapacidad para gestionar la crisis. Aunque para gustos, colores, y aunque sé que la ironía no funciona en la radio, esta apuesta firme no es de pitorreo, sino lo siguiente».
¿Cómo se les queda el cuerpo? (Pues me imagino que más o menos como a mí cuando oigo a los truchimanes que tengo por catedráticos de Tertulianés...).