miércoles, 29 de abril de 2009

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, Zapatero hunde la economía y lo niega

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, Zapatero hunde la economía y lo niega
Zapatero o es más tonto de lo que parece y dice Sarkozy, o simplemente es un mentiroso sin pudor y compulsivo. Afirmar, como lo hizo el presidente del Gobierno español ayer en Bruselas, que "lo peor de la crisis ha pasado ya", en el mismo día en el que se anuncia una caída del PIB en España del 1,8 por ciento sólo en los tres primeros meses del año, y una seria pérdida del superávit de la Seguridad Social del 24 por ciento, es un nuevo disparate de este gobernante español. El que se niega a reconocer la dura realidad y a decir la verdad. Y al que todos los datos desmienten sus pronósticos más optimistas, convencido que los españoles no tienen memoria. Le acaba de pasar con los cuatro millones de parados que él y su Gobierno decían que nunca iban a llegar. Pues ya están aquí, y creciendo camino de los cinco.

Para colmo de nuestras desgracias, Zapatero, desde Bruselas, pretende que nadie hable de los problemas de la Seguridad Social porque dice que hablar provoca alarma entre los jubilados, cuando lo que alarma es lo que pasa y la incapacidad del Gobierno para solucionarlo. De manera que los ataques del ministro Corbacho al gobernador del Banco de España y la pretensión de Zapatero de imponer la ley del silencio sobre la Seguridad Social se han dado de bruces con la realidad y la verdad, y obligan a una reforma urgente del sistema si no queremos que las cosas vayan a peor, como lo ha dicho el comisario Almunia desde la capital belga.

La situación económica y social española es muy mala y va a peor, pero el único que ve las cosas de otra manera y que no sale del optimismo es el presidente Zapatero, lo que sólo se explica por motivos electorales, como cuando negó la existencia de la crisis a principios del 2008. Porque, si no es así, entonces la cosa sería más grave, porque estaríamos ante un demente o un tonto de remate, motivo por el cual habría que destituirlo a través de una moción de censura que, incluso, debería apoyar el PSOE antes de que nos lleve a todos al nivel económico de depresión, y de que hunda al propio Partido Socialista.

El cese de Zapatero ya no es una cuestión de batalla ideológica, como él dice para disfrazarse de rojo ante los millones de parados que saben que él tiene gran culpa de lo que les ocurre. Ni siquiera de batalla política con la oposición. Estamos ante un caso de incompetencia política absoluta, y eso debe ser denunciado por todos, PSOE, PP e incluso por los sindicatos, cuyos líderes parecen tan incapaces como Zapatero y están también con el discurso de lo social en contra de los empresarios, en vez de gritar contra el Gobierno que les miente todos los días y no sabe qué hacer frente a la crisis. Las declaraciones de Zapatero diciendo que lo peor de la crisis ha pasado, cuando la verdad es que aún está por llegar, son moral y políticamente una mentira y una indecencia. Amén de un insulto para los ciudadanos, que no paran de recibir pésimas noticias. ¿Le puede decir Zapatero a una persona que acaba de perder su empleo que lo peor ha pasado ya cuando todos los parados están viviendo un infierno particular y familiar? Lo peor de esta crisis, en este país, no ha pasado y se llama Zapatero.

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, Zapatero hunde la economía y lo niega

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martes, 28 de abril de 2009

Pizarro: "Con este tipo de opinión pública no puedes tomar el país en serio" - Libertad Digital

Pizarro: "Con este tipo de opinión pública no puedes tomar el país en serio" - Libertad Digital

Aprendiendo a controlar mi mente

Aprendiendo a controlar mi mente
NOTICIA: X Fuera Jorge Lorenzo
Aprendiendo a controlar mi mente
Jorge Lorenzo 27/04/2009


Bienvenida. Saludos a todos de nuevo. Antes de nada, quisiera daros la bienvenida a esta columna en las páginas de AS, que arrancó la temporada pasada y que tendrá continuidad en ésta. En Qatar no pude hacerla por el lío que hubo con el aplazamiento de la carrera pero, a partir de ahora, nos vemos aquí si lo deseáis cada martes después de un gran premio.

Vencer a la mente. Quiero que sepáis una cosa que para mí es muy importante. Estoy empezando a modificar mis pensamientos y eso es algo muy complicado. Es más, estoy más contento de la relajación y la paz mental que estoy adquiriendo que, incluso, de los resultados que van llegando este año, que de momento son muy buenos. Empiezo a cambiar, cuando quiero, mi mentalidad. El domingo de Motegi fue un ejemplo de ello. El día empezó complicado, porque llovió mucho a la hora del warm up y, en situaciones así, generalmente me bloqueaba mentalmente. En vez de pensar en positivo, solía preocuparme más por el estado de la pista cuando cae una tromba de agua y no consigo ir en carrera tan rápido como en los entrenamientos. En Japón lo que intenté fue no pensar en nada antes de la carrera.

Patricia. Alguno se preguntará cómo se consigue algo así. Es gracias a que este año he empezado a ir clases de relajación y el trabajo hecho con mi profesora Patricia empieza a dar sus frutos. He aprendido a relajarme en muy poco tiempo, pensando sólo en mi respiración. Normalmente, los domingos antes de las carreras siempre noto un nudo en el estómago que me resta energía y me hace sentirme más cansado. Es una presión que llega en el día especial. Aquí lo empecé a sentir por la mañana, pero me puse mis auriculares y me centré en la respiración. Recurrí otra vez a las guitarras de los 'Red Hot', que para eso es mi grupo favorito.

Fútbol. El viaje a Japón siempre se hace largo y la estancia no es tan cómoda como cuando estamos en nuestros motorhome, que sólo nos acompañan en las carreras europeas. Eso hace que estemos en contacto más directo con la gente del paddock y, motos aparte, uno de los asuntos más recurrentes para matar el tiempo ha sido el fútbol y lo apretada que se ponía la Liga en la parte alta. Yo soy culé y estoy encantado de la manera en la que está jugando mi equipo, pero no he acabado de fiarme nunca del Real Madrid, porque no da nada por perdido. Por cierto, personalmente me gusta mucho Cristiano Ronaldo. Le veo con mucha personalidad y le gusta dar espectáculo. En eso nos parecemos bastante, a pesar de que yo he querido cambiar los aspectos en los que consideraba que no iba bien encaminado. Si ficha por el Madrid, sus goles me dolerán menos que los de sus compañeros, aunque no conseguirá que me borre del Barça...

Jerez. Supongo que alguno de vosotros tendrá la intención de ir a Jerez. Espero que seáis muchos, porque es una carrera que hay que vivir in situ al menos una vez en la vida. Es algo mágico tanto en el circuito como fuera, que es casi tan bueno o mejor. Los pilotos lo disfrutamos menos que los aficionados por la presión, pero el día que me retire seguro que iré como aficionado. Supongo que seré de los que baje en moto, pero con cuidado, que la carretera no es un circuito. Espero que los que vayáis tengáis buen viaje y disfrutemos juntos del mejor gran premio del año.

Aprendiendo a controlar mi mente

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Polémica sobre quién rescatará a España: ¿El FMI o la UE? - Libertad Digital

Polémica sobre quién rescatará a España: ¿El FMI o la UE? - Libertad Digital

lunes, 27 de abril de 2009

La política inútil - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es

La política inútil - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es
ES posible que en estos momentos dramáticos de colapso social, el principal lastre de la economía española no sea la insuficiente estructura productiva, ni el anquilosado modelo de crecimiento, ni la falta de competencia tecnológica, ni el debatido sistema de contratación. El problema esencial que bloquea nuestro marco económico es... el marco político. Una política pequeña, de vuelo bajo, cortoplacista, sectaria, endógama, mediocre y a menudo envilecida, centrada en cuestiones de rango menor cuyo debate copa las prioridades de la gobernanza pública en una circunstancia decisiva que requiere una gran amplitud de miras y una enorme generosidad de objetivos.
La agenda política nacional tiene poco o nada que ver con las preocupaciones de los ciudadanos. La supuesta democracia deliberativa ignora los intereses cruciales de una población sacudida por la quiebra general de su modelo de desarrollo. En una realidad dominada por el crecimiento exponencial del paro, que siembra el pesimismo, devasta la cohesión y compromete el derecho fundamental a la dignidad del trabajo, nuestra clase dirigente se enfrasca en asuntos por completo marginales ante un desafío de tan monumental envergadura. El desempleo se ha convertido en un argumento retórico del debate político, cuya verdadera prioridad se centra en una agenda extemporánea. Los dineros de las autonomías, la ampliación del aborto, los conflictos de liderazgo partidario, las elecciones europeas; he ahí la agenda que concita la atención de la escena pública española en medio de una emergencia socioeconómica que cada día expulsa a 8.600 españoles del mercado laboral.
La cuestión es de una gravedad dramática porque, en un ejercicio sin precedentes de irresponsabilidad, el Gobierno prefiere profundizar en el desencuentro ideológico, el enfrentamiento bipolar y la confrontación sectaria en vez de liderar la búsqueda de un consenso clamorosamente imperativo para luchar contra la plaga de la recesión y su demoledora secuela de desempleo. La dirección del país se encuentra en punto muerto y su principal agente motriz, que es el presidente Zapatero, ha decidido convertir la crisis en un motivo más de divergencia banderiza, encerrándose en la burbuja impenetrable de los prejuicios ideológicos.
Lo más irritante del caso es la terquedad con que la propaganda oficial insiste en el carácter progresista de este empeño obstructivo y autocomplaciente, cuya penúltima manifestación es una abusiva comparación preelectoral con la campaña de Obama. Ese Obama que, lejos de minimizar la crisis y vender un optimismo sin causa, se ha enfrentado a ella con un liderazgo lleno de determinación y de coraje. Con reformas, medidas, planes, grandeza de criterios, audacia operativa... y un par de cojones.

La política inútil - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es

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viernes, 24 de abril de 2009

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com
Todo el mundo escribe como habla y gesticula. Una persona de temperamento nervioso tiene una forma de escribir distinta de la persona tranquila. Nadie pronuncia ni escribe igual el nombre de una persona por la que siente amor que el de otra que le resulta indiferente. Los trazos iniciales de las letras y palabras son más conscientes, mientras que los finales son más inconscientes. Nuestra vida está plagada de símbolos. Símbolos que, inconscientemente, se aplican a la escritura. Por ejemplo: las personas sociales y que miran hacia el futuro con optimismo, tienden a escribir con letras ligadas e inclinadas hacia la derecha. Las más sensuales, hacen más presión y trazan los pies de las letras más amplios. Todo esto se ha comprobado y lo analiza la grafología, una técnica de análisis de la escritura cuyo propósito principal es descifrar la personalidad de un individuo y determinar características generales de su carácter, su inteligencia, sus aptitudes profesionales e, incluso, su estado de salud físico y psíquico.



Los detractores la califican de pseudociencia, pero sus defensores la consideran ciencia verdadera y argumentan para ello, entre otras razones, que es un estudio realizado a base de estadísticas. “En ningún momento es una ciencia intuitiva. Se hacen análisis rigurosos donde, de una sola letra, se estudian más de 500 rasgos que nos hablan de la personalidad del individuo”, define Begoña Slocker, una eminencia en España que lleva labrando en este campo desde hace 20 años. Su amor por destripar las letras lo mamó de su padre, el doctor Luis Pérez Slocker, que fue médico, psiquiatra, psicólogo y grafólogo.



Conocedora desde pequeña de todo lo que "habla" la caligrafía, Slocker ha sido protagonista directa del boom que ha explotado alrededor de su sector. “Hace cuatro años, en Google no aparecían más que dos páginas sobre la grafología. Ahora, hay cientos de páginas informando sobre esta ciencia”. Con la llegada de la crisis, se acentuó la desesperación de empresarios y empresas por buscar métodos más eficaces para conocer mejor a los demás y no sentirse engañados. “Ha habido mucha frustración, mucha gente ha sido engañada, que produce depresión, malestar, resentimiento. Y ya no se fían”.



Por sus manos ha pasado la letra de más de 500 directivos de grandes multinacionales que la contrataban para que verificase si la persona en cuestión estaba preparada o no para el puesto. “Intento ayudar a encontrar el puesto de trabajo idóneo para que el candidato sea lo más eficiente posible”. Ajusta a las personas con sus competencias más idóneas. Si, por ejemplo, el susodicho escribe la “t” con el palito hacia arriba, se sabe que es una persona polémica. “No es apta para dirigir un equipo”. Si lo que la empresa busca es un comercial, no puede colocar en el puesto a alguien “introvertido, miedoso, que no se comunique. Ponlo detrás de un ordenador”. Tampoco puedes poner a una persona monótona en un puesto creativo. “Ni viceversa, porque matas su valía”.



¿Para qué sirve la grafología?



Existen muchas aplicaciones de esta ciencia. Se puede utilizar en psicología clínica y en psiquiatría, en orientación matrimonial y de pareja, para determinar la compatibilidad de caracteres; y en la selección de personal para las empresas, la especialización de esta grafóloga. Slocker sabe que no hay mayor tesoro que tener a una persona trabajando en lo que le gusta y en lo que sabe hacer. “Siempre será más eficaz y producirá mejor”. Con un mundo donde la crisis está por todos los rincones y con la eficacia del sector financiero contra las cuerdas, Slocker aconseja a los bancos aprovecharse del auge de la grafología. “Les podría ayudar en tres campos: hacer una selección rigurosa del personal, descubrir falsificaciones de firmas y los rasgos de honestidad, tanto de trabajadores como de clientes”. Actualmente se ha disparado la demanda de pericia caligráfica porque con la crisis mucha gente niega haber firmado hipotecas. “Recurren a mí porque la gente niega ahora haber firmado hipotecas, y viceversa”. Por eso es tan complicado el campo de la pericia. “Descubrir una firma falsa puede llevar al individuo a la cárcel”, conoce Slocker.



La vida ha evolucionado vertiginosamente, y con ella nuestras costumbres, nuestro entorno, y las exigencias intelectuales. “Es imposible de mantener siendo adultos la letra que aprendimos a trazar cuando éramos pequeños”, mantiene. Ni siquiera un niño de ocho años escribe con el mismo modelo caligráfico de cuando tenía cinco. La escritura no va a la par de la inteligencia y sus conocimientos.



La grafóloga recomienda no contratar nunca a una secretaría de dirección que escriba con óvalos abiertos, porque revela extroversión y poca discreción. Sostiene que una letra de tamaño muy pequeño refleja introversión, observación, ahorrativo; los trazos verticales, dotes de mando; los horizontales, realización. Las letras muy redondeadas son propias de perezosos y blandos, y la letra curva revela dulzura y pereza. Por el contrario, la letra en ángulo refleja maldad, falta de flexibilidad y transmite energía. La “m” mayúscula en forma de ángulo, también llamada dientes de tiburón, define a la persona que es tremendamente fiel a los suyos, pero que no le traicionen, porque no perdona. Los tercos inclinan el palito de la “t” hacia abajo.




¿Qué documentos son necesarios para el análisis grafológico?



Cuando se realiza un examen grafológico, lo ideal es que se presenten quince líneas escritas en una hoja en blanco y firmada. En la escritura del texto se ve reflejado el yo social de la persona, mientras que la firma expresa el yo íntimo: cómo soy realmente. Lo mejor es contar con varios documentos y firmas, para contrastarlos. “Cuanto mayor sea el material aportado, mayor será la fiabilidad y validez del análisis grafológico”. Si hay espacio entre líneas, significa que la persona analizada presenta claridad de ideas y respeto hacia los demás. Si la escritura es recta, predomina la razón al sentimiento.



-“¿Me permite un consejo? Nunca se enamore de alguien que termine el palo de la letra “g” en forma de ángulo. Podría ser peligroso, obsesionado, incluso podría llegar a ser un violador. Eso sí: no se puede juzgar a una persona simplemente por un trazo. Es un indicio más. Para dar el veredicto final habría que analizar más rasgos de su personalidad”.

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com

sábado, 18 de abril de 2009

La inteligencia de Zapatero - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es

La inteligencia de Zapatero - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es
IGNACIO CAMACHOSábado, 18-04-09
¿ES realmente un cretino el presidente? Con este demoledor epígrafe, una cadena de televisión americana celebró en tiempos de Bush un debate de gran audiencia, en el que el peor favor se lo hicieron al entonces titular de la Casa Blanca los partidarios que acudieron a defender muy seriamente su idoneidad mental, aceptando de antemano la trampa de discutirla. Quizá por eso nadie en La Moncloa ni en su entorno ha querido entrar al trapo envenenado que Sarkozy mostró al cuestionar con malévola soberbia la inteligencia de Zapatero; desde el mismo momento en que se accede a debatir sobre una cuestión así se autoriza la posibilidad de la duda razonable.
En el primer mandato de ZP, la derecha cometió el error de minusvalorarlo; mientras sus adversarios dudaban sobre si era estúpido o malo, él les birló la cartera y los dejó con la cara de idiotas que se les pone a los perdedores. Eso demuestra que tonto no es; le falta preparación intelectual y solidez moral, le sobra frivolidad y osadía y se sobrevalora a sí mismo, pero tiene desparpajo y habilidad política, esa clase de inteligencia emocional que consiste en sacar partido de las propias destrezas. La suya consiste en un olfato muy potente para captar en su provecho nuestras debilidades colectivas; sabe sintonizar sin prejuicios con esa psicología liviana, esa ética líquida y alérgica al sacrificio que caracteriza a la moderna sociedad española. Justo ahí falló Aznar; empeñado en hacer de la política una arquitectura de la responsabilidad, olvidó que en democracia hay que gobernar para los ciudadanos, pactando con sus flaquezas. Hemos pasado de un extremo al opuesto; de un tipo que sólo mostraba el ceño hosco de las obligaciones y los compromisos a otro que ha hecho del optimismo una ideología y de la sonrisa un método, y que basa su éxito de corto plazo en prometer que el cielo no se va a derrumbar mañana.
La maldad vitriólica de Sarkozy no escondía su cinismo pragmático; en la misma velada elogió a Berlusconi por su contundencia ganadora y despreció a Jospin, un socialista inteligente y sólido que no pasaba el fielato de las urnas. En democracia no sirve de nada tener razón abstracta sin mayoría concreta con la que hacerla prevalecer; los cementerios políticos están llenos de sabios sin sentido de la oportunidad, y en cambio en el olimpo del poder abundan tipos sin principios dotados de la intuición adecuada para aprovechar sus ocasiones. Rara vez se cierra el círculo virtuoso -ojalá ocurra con Obama- del carisma vencedor y la solidez intelectual y moral. El doble triunfo de Zapatero obliga a interrogarse sobre el viejo adagio churchilliano de que cada pueblo tiene el Gobierno que merece. Estrictamente es así, tanto como que -de nuevo Churchill- éste es el peor de los sistemas... salvo todos los demás.

La inteligencia de Zapatero - Opinion_Colaboraciones - Opinion - ABC.es

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La inteligencia de Zapatero

La inteligencia de Zapatero
PD).- ¿Es realmente un cretino el presidente? Con este demoledor epígrafe, una cadena de televisión americana celebró en tiempos de Bush un debate de gran audiencia, en el que el peor favor se lo hicieron al entonces titular de la Casa Blanca los partidarios que acudieron a defender muy seriamente su idoneidad mental, aceptando de antemano la trampa de discutirla.

Explica Ignacio Camacho en ABC que, quizá por eso nadie en La Moncloa ni en su entorno ha querido entrar al trapo envenenado que Sarkozy mostró al cuestionar con malévola soberbia la inteligencia de Zapatero; desde el mismo momento en que se accede a debatir sobre una cuestión así se autoriza la posibilidad de la duda razonable.

En el primer mandato de ZP, la derecha cometió el error de minusvalorarlo; mientras sus adversarios dudaban sobre si era estúpido o malo, él les birló la cartera y los dejó con la cara de idiotas que se les pone a los perdedores.

Eso demuestra que tonto no es; le falta preparación intelectual y solidez moral, le sobra frivolidad y osadía y se sobrevalora a sí mismo, pero tiene desparpajo y habilidad política, esa clase de inteligencia emocional que consiste en sacar partido de las propias destrezas.

La suya consiste en un olfato muy potente para captar en su provecho nuestras debilidades colectivas; sabe sintonizar sin prejuicios con esa psicología liviana, esa ética líquida y alérgica al sacrificio que caracteriza a la moderna sociedad española.

Justo ahí falló Aznar; empeñado en hacer de la política una arquitectura de la responsabilidad, olvidó que en democracia hay que gobernar para los ciudadanos, pactando con sus flaquezas.

Hemos pasado de un extremo al opuesto; de un tipo que sólo mostraba el ceño hosco de las obligaciones y los compromisos a otro que ha hecho del optimismo una ideología y de la sonrisa un método, y que basa su éxito de corto plazo en prometer que el cielo no se va a derrumbar mañana.

La maldad vitriólica de Sarkozy no escondía su cinismo pragmático; en la misma velada elogió a Berlusconi por su contundencia ganadora y despreció a Jospin, un socialista inteligente y sólido que no pasaba el fielato de las urnas.

En democracia no sirve de nada tener razón abstracta sin mayoría concreta con la que hacerla prevalecer; los cementerios políticos están llenos de sabios sin sentido de la oportunidad, y en cambio en el olimpo del poder abundan tipos sin principios dotados de la intuición adecuada para aprovechar sus ocasiones.

Rara vez se cierra el círculo virtuoso -ojalá ocurra con Obama- del carisma vencedor y la solidez intelectual y moral. El doble triunfo de Zapatero obliga a interrogarse sobre el viejo adagio churchilliano de que cada pueblo tiene el Gobierno que merece.

Estrictamente es así, tanto como que -de nuevo Churchill- éste es el peor de los sistemas... salvo todos los demás.

La inteligencia de Zapatero

La inteligencia de Zapatero

"Cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad"

"Cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad"
ENTREVISTA: UN CEREBRO CENTENARIO Rita Levi-Montalcini PREMIO NOBEL DE MEDICINA
"Cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad"
MIGUEL MORA 18/04/2009

El 22 de abril cumple 100 años Rita Levi-Montalcini. La científica italiana, premio Nobel de Medicina, soltera y feminista perpetua -"yo soy mi propio marido", dijo siempre- y senadora vitalicia produce todavía más fascinación cuando se la conoce de cerca. Apenas oye y ve con dificultad, pero no para: investiga, da conferencias, ayuda a los menos favorecidos, y conversa y recuerda con lucidez asombrosa.

Sobrada de carácter, deja ver su coquetería en las preciosas joyas que luce, un brazalete que hizo ella misma para su gemela Paola, el anillo de pedida de su madre, un espléndido broche también diseñado por ella. Desde sus ojos verdes vivísimos, Levi-Montalcini escruta a un reducido grupo de periodistas en la sede de su fundación romana, donde cada tarde impulsa programas de educación para las mujeres africanas.

Por las mañanas visita el European Brain Research Institute, el instituto que creó en Roma, y supervisa los experimentos de "un grupo de estupendas científicas jóvenes, todas mujeres", que siguen aprendiendo cosas sobre la molécula proteica llamada Factor de Crecimiento Nervioso (NGF), que ella descubrió en 1951 y que juega un papel esencial en la multiplicación de las células, y sobre el cerebro, su gran especialidad. "Son todas féminas, sí, y eso demuestra que el talento no tiene sexo. Mujeres y hombres tenemos idéntica capacidad mental", dice.

Con ella está, desde hace 40 años, su mano derecha, Giuseppina Tripodi, con quien acaba de publicar un libro de memorias, La clepsidra de una vida, síntesis de su apasionante historia: su nacimiento en Turín dentro de una familia de origen sefardí, la decisión precoz de estudiar y no casarse para no repetir el modelo de su madre, sometida al "dominio victoriano" del padre; el fascismo y las leyes raciales de Mussolini que le obligaron a huir a Bélgica y a dejar la universidad; sus años de trabajo como zoóloga en Misuri (Estados Unidos), el premio en Estocolmo -"ese asunto que me hizo feliz pero famosa"-, sus lecturas y sus amigos (Kafka, Calvino, el íntimo Primo Levi), hasta llegar al presente.

Sigue viviendo a fondo, come una sola vez al día y duerme tres horas. Su actitud científica y vital sigue siendo de izquierdas. Pura cuestión de raciocinio, explica, porque la culpa de las grandes desdichas de la humanidad la tiene el hemisferio derecho del cerebro. "Es la parte instintiva, la que sirvió para hacer bajar al australopithecus del árbol y salvarle la vida. La tenemos poco desarrollada y es la zona a la que apelan los dictadores para que las masas les sigan. Todas las tragedias se apoyan siempre en ese hemisferio que desconfía del diferente".

Laica y rigurosa, apoya sin rodeos el testamento biológico y la eutanasia. Y no teme a la muerte. "Es lo natural, llegará un día pero no matará lo que hice. Sólo acabará con mi cuerpo". Para su centenario, la profesora no quiere regalos, fiestas ni honores. Ese día dará una conferencia sobre el cerebro.

Pregunta. ¿Cómo es la vida a los cien años?

Respuesta. Estupenda. Sólo oigo con audífono y veo poco, pero el cerebro sigue funcionando. Mejor que nunca. Acumulas experiencias y aprendes a descartar lo que no sirve.

P. ¿Se arrepiente de no haber tenido hijos?

R. No. Era adolescente cuando decidí que nunca me casaría. Nunca habría obedecido a un hombre como mi madre obedecía a mi padre.

P. ¿Recuerda el momento en que decidió estudiar? ¿Qué dijo su padre?

R. Era el periodo victoriano. Mi padre era una persona de gran valor intelectual y moral, pero un victoriano. Desde niña estaba contra eso, porque veía a mi padre dominar todo, y decidí que no quería estar en un segundo plano como mi madre, a la que adoraba. Ella no mandaba. Dije a mi padre que no quería ser ni madre ni esposa, que quería ser científica y dedicarme a los otros, utilizar las poquísimas capacidades que tenía para ayudar a los que necesitaban. Que quería ser médica y ayudar a los que sufrían. Él me dijo: "No lo apruebo pero no puedo impedírtelo".

P. ¿Qué momentos de su vida han sido más emocionantes?

R. El descubrimiento que hice, que hoy es más importante que entonces. Cuando cada experimento confirmaba mi hipótesis, que iba completamente contra los dogmas de ese tiempo, viví momentos emocionantes. Quizás el más emocionante. Por el resto, el reconocimiento de Estocolmo me dio mucho placer, claro, pero fue menos emocionante.

P. Su tesis demostró que, de los dos hemisferios del cerebro, uno está menos desarrollado que el otro.

R. Sí, el cerebro límbico, el hemisferio derecho, no ha tenido un desarrollo somático ni funcional. Y, desgraciadamente, todavía hoy predomina sobre el otro. Todo lo que pasa en las grandes tragedias se debe al hecho de que este cerebro arcaico domina al de la verdadera razón. Por eso debemos estar alerta. Hoy puede ser el fin de la humanidad. En todas las grandes tragedias se camufla la inteligencia y el razonamiento con ese instinto de bajo nivel. Los regímenes totalitarios de Mussolini, Hitler y Stalin convencieron a las poblaciones con ese raciocinio, que es puro instinto y surge en el origen de la vida de los vertebrados, pero que no tiene que ver con el razonamiento. El peligro es que aquello que salvó al australopithecus cuando bajó del árbol siga predominando.

P. En cien años usted ha conocido esos totalitarismos. ¿Cómo se puede evitar que vuelvan?

R. Hay que comenzar en la infancia, con la educación. El comportamiento humano no es genético sino epigenético, el niño de dos o tres años asume el ambiente en el que vive, y también el odio por el diferente y todas esas cosas atroces que han pasado y que pasan todavía.

P. ¿Qué aprendió de sus padres? ¿Qué valores le transmitieron?

R. Lo más importante era comportarse de una manera razonable, saber lo que vale de verdad. Tener un comportamiento riguroso y bueno, pero sin la idea del premio o el castigo. No existía la idea del cielo y el infierno. Éramos religiosos, pero la actitud ante la vida no tenía que ver con la religión. Existía el sentido del deber, pero sin compensación post mortem. Debíamos comportarnos bien, eso era una obligación. Entonces no se hablaba de genética, pero era ese espíritu. Sin premio ni miedo.

P. Su origen es sefardí. ¿Hablaban español en casa?

R. No, nunca tuvimos mucha relación con esa lengua. Sabíamos que veníamos de la parte sefardí y no de la askenazi, pero no se hablaba de ello, no nos importaba mucho ser de una u otra. Spinoza me hacía feliz, era un gran referente cultural, y todo lo que sabíamos procedía de los grandes pensadores hebreos, pero no había un sentido de orgullo, de ser mejores, nunca pensamos así.

P. ¿Basta un siglo para comprender a Italia?

R. Es un país maravilloso, por el clima, por la historia del Renacimiento, y por sus enormes contribuciones, su historia formidable de capacidad y descubrimientos. Me sentí siempre judía e italiana, las dos cosas al 100%. No veía dificultad en eso.

P. ¿Cómo ve a Italia hoy?

R. Tiene un fortísimo capital humano, capacidad innovadora y de convivencia, orgullo del pasado, y no se siente demasiado afectada por las cosas negativas, como la mafia. Siempre sentí que era un país del que era una suerte formar parte y haber nacido. Ser italianos era parte de nosotros, nadie nos preguntaba si éramos italianos o no. También era una suerte ser judía. No conocí la Biblia, no tuve una educación religiosa, y me reflejaba en el capital artístico y moral italiano y judío. No pertenecí a una pequeña minoría perseguida, sabía que eso ocurría, pero no me sentía parte de ello. Desde niña me sentía igual que los demás. Cuando me preguntaban "¿cuál es tu religión?", contestaba: "Yo, librepensadora", y nadie sabía qué era eso. Y tu padre qué es: ingeniero.

P. ¿Cómo vivió el fascismo?

R. No siento rencor personal. Sin las leyes raciales, que determinaron que los judíos éramos una raza inferior, no hubiera tenido que recluirme en mi habitación para trabajar, en Turín y luego en Asti. Pero nunca me sentí inferior.

P. ¿Así que no sintió miedo?

R. Miedo, no; desprecio y odio sí, netamente por Mussolini. A mi profesor Giuseppe Levi lo seguí paso a paso y era feliz por lo que él valientemente osaba hacer y decir. Nunca sentí la persecución porque mis compañeros de universidad católicos me consideraban igual. Y no tuve sensación de peligro. Cuando empezaron las persecuciones, eran tan inmundas las cosas que se decían que no me daba por aludida. Estaba ya licenciada en 1936, había estudiado con Renato Dulbecco, católico, y Salvatore Luria, judío, y no tenía sensación de ser distinta.

P. ¿Cree que hay peligro de que vuelva el fascismo?

R. Sí, en los momentos críticos prevalece más la componente instintiva del cerebro, que se camufla de raciocinio y anima a los jóvenes a razonar como si fueran parte de una raza superior.

P. ¿Ha seguido la polémica sobre el Papa, los preservativos y el sida?

R. No comparto lo que ha dicho.

P. ¿Y qué piensa del poder que tiene la Iglesia? ¿Es demasiado?

R. Sí. Fui la primera mujer admitida en la Academia Pontificia y tuve una buena relación con Pablo VI y con Wojtyla, también con Ratzinger, aunque menos profunda que con Pablo VI, al que estimaba mucho. No la tuve en cambio con aquel considerado el Papa Bueno, Roncalli (Juan XXIII), que para mí no era bueno, porque era muy amigo de Mussolini y cuando comenzaron las leyes antifascistas dijo que había hecho un gran bien a Italia.

P. ¿Ha cambiado mucho su pensamiento a lo largo de la vida?

R. Poco, poco. Siempre pensé que la mujer estaba destruida porque el hombre imponía su poder por la fuerza física y no por la mental. Y con la fuerza física puedes ser maletero, pero no un genio. Lo pienso todavía.

P. ¿Le importó alguna vez la gloria?

R. Para mí, la medicina era la forma de ayudar a los que no tenían la suerte de vivir en una familia de alto nivel cultural como la mía. Esa línea recta no ha cambiado. La actividad científica y la social son la misma cosa. La ayuda a las mujeres africanas y la medicina son lo mismo.

P. ¿El cerebro sigue siendo un misterio?

R. No. Ahora es mucho menos misterioso. El desarrollo de la ciencia es formidable, sabemos cómo funciona desde el lado científico y tecnológico. Su estudio ya no es un privilegio de los expertos en anatomía, fisiología o comportamiento. Los anatomistas no han hecho gran cosa, quitando algunos. Ahora ya no hay barreras. Físicos, matemáticos, informáticos, bioquímicos y biomoleculares, todos aportan cosas nuevas. Y eso abre posibilidades a nuevos descubrimientos cada día. Yo misma, a los 100 años, sigo haciendo descubrimientos que creo importantes sobre el funcionamiento del factor que descubrí hace más de 50 años.

P. ¿Hará fiesta de cumpleaños?

R. No, me gustaría ser olvidada, ésa es mi esperanza. No hay culpa ni mérito en cumplir 100 años. Puedo decir que la vista y el oído han caído, pero el cerebro no. Tengo una capacidad mental quizá superior a la de los 20 años. No ha decaído la capacidad de pensar ni de vivir...

P. Díganos el secreto.

R. La única forma es seguir pensando, desinteresarse de uno mismo y ser indiferente a la muerte, porque la muerte no nos golpea a nosotros sino a nuestro cuerpo, y los mensajes que uno deja persisten. Cuando muera, solo morirá mi pequeñísimo cuerpo.

P. ¿Está preparada?

R. No hace falta. Morir es lógico.

P. ¿Cuánto desearía vivir?

R. El tiempo que funcione el cerebro. Cuando por factores químicos pierda la capacidad de pensar, dejaré dicho en mi testamento biológico que quiero ser ayudada a dejar mi vida con dignidad. Puede pasar mañana o pasado mañana. Eso no es importante. Lo importante es vivir con serenidad, y pensar siempre con el hemisferio izquierdo, no con el derecho. Porque ése lleva a la Shoah, a la tragedia y a la miseria. Y puede suponer la extinción de la especie humana.

"Cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad"

"Cuando ya no pueda pensar, quiero que me ayuden a morir con dignidad"

jueves, 16 de abril de 2009

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, La causa de la República

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, La causa de la República: "a"

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, La causa de la República

Estrella Digital - Opinion: Pablo Sebastián, La causa de la República: "a"
En el reciente aniversario de la proclamación de la II República española se han escuchado voces y algunos discursos, minoritarios, en favor de la causa de la República, muy legítimos y sinceros pero creemos que mal planteados, porque la causa de la República es y debe ser, esencialmente, la causa de la Democracia.

La crisis económica, de inciertas consecuencias y de larga duración para los españoles, que puso en jaque nuestro modelo de crecimiento y dejó en evidencia las carencias de modernidad, debería ser el último episodio de la transición política española, que ofrece claras señales de su agotamiento. La que sobrevive a duras penas gracias a una clase política que, anclada en el régimen partitocrático vigente, vive de la política y no para ella, amparada en el poder y la influencia de los aparatos de los partidos. Los que, en gran manera, han "secuestrado" la soberanía nacional y eliminaron, al servicio de sus autocráticos gobiernos presidencialistas -con González, Aznar y Zapatero- la obligada separación de los poderes del Estado, e invadieron parcelas reservadas a la sociedad civil, desde la cultura a la información, pasando por la injerencia en la vida de las empresas privadas y hasta en el sistema financiero (véase lo que ocurre con las cajas de ahorro presididas por dirigentes políticos).

Sin olvidar, en todo esto, "el derecho de pernada" que los partidos ejercen en los procesos electorales gracias a las listas cerradas, que convierten a los candidatos al Parlamento en meros y mediocres funcionarios del aparato partidario -con notables excepciones, claro está-, así como la muy escasa o distorsionada representatividad de la ciudadanía por culpa de la vigente ley electoral. La que permite que minorías nacionalistas amenacen al Gobierno de la nación y pongan en entredicho la legalidad constitucional, como ha ocurrido y aún pasa en el País Vasco y Cataluña. Y la que impide que los españoles no podamos elegir directamente al jefe del Estado, al presidente del Gobierno, a los diputados, senadores, alcaldes, concejales, presidentes autonómicos y diputados regionales. De todo ello se encargan los partidos.

La transición tiene en su haber grandes logros, esencialmente en lo que a la reconciliación nacional y recuperación de las libertades se refiere, lo que no es poco. Pero sabemos que la Constitución de 1978 se elaboró en secreto -por un grupo de notables de los partidos políticos-, sin la celebración de un periodo constituyente, ni de un referéndum sobre la forma del Estado, para eludir la disyuntiva entre Monarquía y República. La Constitución nació además bajo la atenta vigilancia de los poderes fácticos de la dictadura -el Ejército, la Policía, la Iglesia y Estados Unidos-, como quedó evidente en el golpe de Estado del 23-F. Poderes del final del franquismo, en el que fue coronado Rey de España Juan Carlos I -que firmó pero no juró la Constitución-, por encima de los derechos dinásticos de su padre, el conde de Barcelona, quien más tarde se los cedió.

Y es por culpa de esas flaquezas y carencias de controles democráticos del régimen político español, y no sólo por causa de los malos gobernantes, por lo que nuestro país se vio inmerso en graves procesos como el propio golpe de Estado, la corrupción política, el crimen de Estado de los GAL, el desafío nacionalista al Estado (amparado incluso desde el Gobierno nacional, como lo vimos en la primera legislatura de Zapatero), las injerencias políticas en el poder judicial, la presencia de España en la guerra ilegal del Iraq y la no menos infame e inventada conspiración de los atentados del 11-M. A lo que, finalmente, tenemos que añadir ahora la virulenta crisis económica y social, que, además de su origen internacional, o americano, se ha instalado en nuestro país ante la ceguera de los gobernantes.

Los que, bajo el mandato de Zapatero han dañado el prestigio y la cohesión de la nación española -"discutida y discutible", dijo el presidente-, jugaron de manera irresponsable a una negociación política, luego fallida, con ETA, y a punto estuvieron de dinamitar lo mejor de la transición con la apertura de un trasnochado debate sobre la Guerra Civil española, rematando esta serie de disparates con el intento de reforma confederal de la Constitución por la vía de los Estatutos de Autonomía, como sigue siendo el caso frente al nuevo e inconstitucional Estatuto de Cataluña, pendiente de una sentencia del Tribunal Constitucional, también sometido a la presión de los partidos y del nacionalismo catalán.

La causa de la República no es ni puede ser una demanda nostálgica o sólo sentimental, como lo han pretendido de manera respetable los dirigentes de Izquierda Unida en el pasado 14 de abril, buscando un discurso político distinto y original que los saque de su creciente deterioro político, camino de su autodestrucción bajo las siglas de un comunismo fracasado que está enterrado en Europa entre los cascotes del muro de Berlín.

Ni siquiera la sola disyuntiva entre Monarquía y República puede servir de argumento, o palanca, para la causa de la República, que en España debe ser la reforma democrática de la Constitución, en pos de un régimen donde el Estado de Derecho, y los principios de libertad política y de representación electoral, estén garantizados y a salvo de los aparatos partidarios, cuyas largas manos deben abandonar los terrenos del poder judicial y medios de comunicación (públicos y privados). Permitiendo la elección directa de los gobernantes y parlamentarios, y garantizando -en dos elecciones distintas- la separación de los poderes ejecutivo (en un régimen presidencialista) y legislativo. Y, de paso, reconduciendo la insolidaria y costosa diáspora de las Autonomías y aparcando cualquier concesión federal o confederada si no va precedida de flagrante lealtad constitucional y a la nación española.

Naturalmente, la necesaria reforma democrática, salvo aparición de un gran y nuevo liderazgo político, difícilmente va a ser llevada a cabo por quienes desde los aparatos de los partidos políticos disfrutan de las ventajas y de los parabienes del vigente sistema partitocrático, justificando el inmovilismo a base de agitar fantasmas de riesgo. Como la cuestión nacionalista, o ahora la crisis económica, y justificando las carencias democráticas en la presunta juventud -"treinta años no es nada", dicen- del vigente sistema político, lo que no es verdad, porque la democracia es o no es, pero no tiene edad.

lunes, 13 de abril de 2009

Las nuevas fibras del placer - Nacional_Sociedad - Nacional - ABC.es

Las nuevas fibras del placer - Nacional_Sociedad - Nacional - ABC.es
Las nuevas fibras del placer
Una crema hidratante puede darle un subidón emocional si sabe cómo aplicarla. El secreto se esconde bajo la piel, en unas fibras nerviosas que envían mensajes de bienestar al cerebro al recibir un masaje
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto N. RAMÍREZ DE CASTRO | MADRID Lunes, 13-04-09
Pierda cada mañana cinco minutos en extenderse una loción por todo el cuerpo. No importa la marca ni los ingredientes que incorpore. Sólo cuenta cómo lo haga: ni muy rápido ni con excesiva parsimonia. Es probable que ese momento se convierta en uno de los placeres del día, más que la ducha o el primer café del día. La clave está en el masaje, en esa delicada presión que sepa ejercer sobre su piel. Porque entonces habrá activado un grupo de fibras nerviosas que le harán sentirse bien.
Son las denominadas fibras «C», terminaciones nerviosas que conectan la piel con una zona del cerebro encargada de procesar los sentimientos positivos. Se localizan sólo en las zonas de piel con vello o pelo, por lo que también bastaría con un masaje en el cuero cabelludo o un buen cepillado de pelo para activarlas. Estas fibras serían también las que permiten esa conexión tan especial que mantienen algunas personas muy cercanas a través del tacto. Como la que existe entre una madre con su hijo recién nacido. Una relación táctil que nada tiene que ver con el contacto sexual. De hecho, las fibras «C» no están en el área genital.
Ni deprisa ni muy despacio
El papel de esta nueva clase de fibras nerviosas se describe hoy en la edición digital de la revista «Nature Neuroscience» a cargo de neurocientíficos de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.), Liverpool (Reino Unido) y Goteborg (Suecia). En sus experimentos, los científicos comprobaron que al acariciar o masajear generosamente la piel a un ritmo de 4 centímetros por segundo, las fibras nerviosas lograban enviar señales de bienestar o placer al cerebro. Sin embargo, si la piel se frotaba muy despacio o demasiado rápido, no se activaban.
Las nuevas fibras nerviosas explicarían por qué los humanos sentimos la necesidad de acicalarnos y arreglarnos, tanto para nosotros mismos como para los demásLos autores del estudio creen que esta nueva clase de fibras nerviosas podría explicar por qué los humanos sentimos la necesidad de acicalarnos y arreglarnos, tanto para nosotros mismos como para los demás. «Parece que el mero acto de hacerlo nos ayuda a sentirnos bien, tanto como el vernos con mejor aspecto», escriben.
Más allá de la vanidad personal, la investigación sugiere que el tener bien arreglado el pelo o en buen estado la piel tiene una función importante en nuestro equilibrio emocional. «Estamos preparados para disfrutar del acto de cuidarnos. Quizá por esa razón los humanos pasamos tanto tiempo cuidando de nuestra apariencia», señala el neurocientífico Francis McGlone, uno de los autores del trabajo.
No están en las manos
Lo curioso es que las fibras «C» no están presentes en la palma de la mano humana. «Es la forma que la Madre Naturaleza tiene de asegurarse de que no se envían mensajes erróneos al cerebro cuando están actuando como una herramienta funcional», apunta McGlone.

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