domingo, 19 de octubre de 2008

The-Clitoris.com

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sábado, 11 de octubre de 2008

ED//Manuel Martín Ferrand:La vicepresidenta que se evapora

ED//Manuel Martín Ferrand:La vicepresidenta que se evapora
Se miente más de la cuenta

por falta de fantasía:

también la verdad se inventa"

(Antonio Machado)

José Luis Rodríguez Zapatero, solo o en compañía de otros, nos ha metido en el pozo central de la crisis económica que sacude al mundo entero. Y todo por tener razón y no perder un argumento electoral que le mantuviera en la Moncloa, el único punto de toda la geografía española que le favorece y presenta como un coloso a quien es, como mucho, un alfeñique de la política. Aun siendo grande, inmenso, a ese capítulo del fracaso del líder socialista le caben la disculpa o el olvido. Sus colegas europeos disimulan menos, pero tampoco saben muy bien a qué atenerse.

Lo que, personalmente, no le puedo disculpar a Zapatero es que su vocación necrofílica y funeraria, tan inmensa como patológica, me haya obligado a la relectura de unas cuantas docenas de libros que ya ocupaban la segunda fila de mi biblioteca especializada en asuntos próximos a la Guerra Civil. He gastado este último fin de semana con el repaso de la obra magna de Burnet Belloten -La Guerra Civil Española: Revolución y contrarrevolución- y, lo confieso, a pesar de su interés documental y testimonial, resulta ya cansino volver a lo que había caducado y, sin caer en el nocivo vicio de la desmemoria, ya teníamos archivado en los mismos baúles que la Restauración. No sé, por otra parte, qué beneficios espera Zapatero de sus avivados rescoldos. La derecha española actual, si es que existe, no puede ser considerada heredera del franquismo y, sin embargo, el PSOE y lo que queda del PCE entroncan con un pasado que desmerece grandemente su realidad actual y presente.

El otro punto por el que, desde una actitud distante y no partidaria, crítica en cualquier caso, no se le puede disculpar a Zapatero es por el abrumador protagonismo de su vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. Al principio tuvo gracia verla al frente de las miembras del Gabinete y, de punta en blanco, recitando las lecciones de los viernes en un perfecto equilibrio estético y docente entre madre abadesa de un convento con posibles y, silabeando para disimular su torpeza discente, portavoza de una ONG híbrida entre feminista y ecológica. Pero, del mismo modo que lo poco excita, lo mucho cansa.

La vicepresidenta, como el efecto inexorable de la fatiga de los materiales, ha pasado a la repipiez y, dicho sea con todo respeto, genera ya un hastío infinito. Cansa mucho. Se cree astuta y abusa de tan hipotética facultad. Como corresponde a su menester gubernamental en un equipo que ha hecho bandera del engaño y el disimulo, va enhebrando mentiras y, exhibidas en rosario, resulta abrumadora.

A Zapatero, que ya ha convertido a su vicepresidente, Pedro Solbes, en un juguete roto sin credibilidad y sin respeto, se le está desinflando la vicepresidenta. En sus últimas intervenciones públicas repite, venga o no a cuento, que el PP "debería arrimar el hombro". ¿A quién, a dónde?

Un Gobierno que ha tardado un año en advertir que teníamos encima una crisis inmensa y que, sin hablar con el partido monopolista de la oposición, elabora unos Presupuestos que son de avería y no consideran la realidad en la que estamos, ¿qué puede y debe esperar de la oposición? El PP, como el PSOE demuestra desde hace cinco años, tiene una gran capacidad para servir de chivo expiatorio y, por lo que se ve, a Mariano Rajoy no le incomoda ese papel en demasía; pero, desde un Gobierno irresoluto y torpón, parece excesivo el intento de traspaso de la responsabilidad económica de la situación.

Aquí, contra lo que dice De la Vega, la marioneta respondona de Zapatero, lo que no es razonable ni responsable es la mentira. Tenemos derecho, como ciudadanos, a saber lo que nos pasa y cuáles son las medidas de remedio que maneja el Ejecutivo. No está de más una colaboración desde la oposición, todo lo contrario; pero sería insensata, y nociva, la complicidad del PP, que, de momento, es la alternativa probable. No sé si también posible...

Estamos ante un Gobierno que miente hasta cuando permanece callado. La sarta de mentiras en la que se ha instalado, agujero por el que se desinfla la vicepresidenta, exige más memoria para su manejo y perpetuación y una aplicación utilitaria y efectiva de sus recuerdos podría llevar a tan poderosa señora a la imperdonable falta de lucir dos días seguidos el mismo modelito. ¡Qué horror!

miércoles, 8 de octubre de 2008

Odenbreit o el caso de la rama de un árbol español que dañó a un ciudadano inglés - Cotizalia.com

Odenbreit o el caso de la rama de un árbol español que dañó a un ciudadano inglés - Cotizalia.com

Pasado un tiempo prudencial desde que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) dictara el 13 de diciembre de 2007 la conocida sentencia ‘Odenbreit’, los despachos ingleses han abierto la veda para que los turistas de aquel país que veranean en nuestras costas puedan demandar a Mapfre en su Liverpool natal por esa caída que tuvieron en la piscina del hotel de Tenerife, donde disfrutaban de unas idílicas vacaciones en la tumbona cerveza en mano.



La citada Jurisprudencia ‘Odenbreit’ viene a establecer que el ciudadano europeo que resulte lesionado en otro país de la UE podrá entablar demanda en su propio país de residencia contra la aseguradora de la responsabilidad civil europea que cubra el siniestro, siempre que el derecho del país de la aseguradora contemple la acción directa, como es el caso español. Desde hace unos meses, los despachos ingleses ya no piden a sus corresponsales en España que demanden a las aseguradoras españolas en nuestro país, sino que han tomado la decisión de demandar directamente a las aseguradoras españolas ante los tribunales ingleses.



Por citar un ejemplo real, eso es lo que ha pasado en un caso de un veraneante inglés al que, mientras tomaba el sol, se le cayó encima una rama de un árbol que salía de un chalet contiguo, propiedad de un ciudadano español y asegurado por una conocida aseguradora patria. Ahora están en trámites para interponer la demanda contra la aseguradora española ante los tribunales ingleses del domicilio del veraneante con fundamento en la Jurisprudencia ‘Odenbreit’ (a pesar de que el accidente ocurrió en España y son españoles el propietario, la aseguradora y hasta el propio árbol).



El quid del asunto está en que, en lugar de demandar una indemnización como la que correspondería en nuestro caso (de unos 3.000 euros, aplicando el conocido baremo a un supuesto de un lesión de espalda que tiene al lesionado dos meses de baja), la demanda en Inglaterra va ascender a más de 30.000 libras esterlinas, según abogados ingleses, pues, a diferencia de España, en Inglaterra no existe baremo sino que se aplican precedentes del derecho de daños (‘tort law’) y, además, se añaden conceptos que si los reclamáramos en España la carcajada de la aseguradora sería monumental.



Cuidado familiar e indemnizaciones por pérdida de ingresos



Por citar un ejemplo, el cuidado familiar ('care and assistence claim'), consistente en una indemnización para los familiares del lesionado que han tenido que ir a cuidarle durante su convalecencia, incluyendo desde la gasolina del desplazamiento hasta una tarifa horaria por el tiempo empleado por el familiar para segar la hierba del lesionado mientras éste no podía cumplir con la sagrada obligación de tener perfectamente segado el césped de su jardín.



Pero todavía hay cosas peores, como por ejemplo las indemnizaciones por pérdida de ingresos que en nuestro país se saldan con una mera corrección de la indemnización, mientras que en Inglaterra se puede pedir una indemnización por los ingresos dejados de percibir hasta la jubilación. O las costas, que en las reclamaciones por daños extracontractuales que se llevan en España son una pura entelequia por el principio de estimación íntegra, mientras que en Inglaterra quien gana también tiene derecho a las costas, e incluso en los acuerdos transaccionales hay que pagar las costas.



Recordamos que esta doctrina se aplicaría a todos los accidentes de circulación en España en que estuvieran involucrados turistas de la UE, quienes tendrían el privilegio de escaparse del baremo, de forma que en un mismo accidente de tráfico dos personas con exactamente las mismas lesiones podrían resultar con indemnizaciones muy diferentes con base en su nacionalidad (saliendo muchísimo mejor parado el de Liverpool que el de Albacete).



Finalmente, señalar que la actuación que me consta ya están llevando a cabo en Inglaterra los despachos ingleses ignoran -deliberadamente- que en un Reglamento CE conocido como 'Roma II' establece que en las reclamaciones de daños las indemnizaciones se regirán por el derecho del lugar en el que ocurrió el daño. Los despachos ingleses se escudan en que el reglamento todavía no está en vigor (entrará en vigor en enero 2009) y en que en todo caso este tipo de reclamaciones en Inglaterra se cierran con acuerdos transaccionales (ni un 5% llega a sentencia). Veremos si las aseguradoras españolas están dispuestas a llegar a estos a acuerdos y pagar hasta diez veces más de lo que les tocaría pagar. Y con costas.

lunes, 6 de octubre de 2008

ED//Pablo Sebastián:El PSOE con la banca, el PP con los parados

ED//Pablo Sebastián:El PSOE con la banca, el PP con los parados
Ahora resulta que al Gobierno y al PSOE lo único que les preocupa en la crisis económica que nos invade es la situación del sistema financiero de España, del que Zapatero ha dicho que es el mejor del mundo y, por ello, imaginamos que el Ejecutivo no hace nada al respecto, ni subir el fondo de garantía de los ahorros de los españoles, ni aumentar las líneas del crédito oficial para inyectar liquidez al sistema, ni ayudar a los empresarios para mitigar el paro.

En realidad, lo que el Gobierno y el PSOE están haciendo es defenderse de su incapacidad política y de su mala y tardía reacción ante los problemas económicos, mientras siguen desde la capital española los debates del G-4 que lidera Sarkozy, en compañía de las primeras instituciones europeas, y de los que ha quedado excluido Zapatero por diversas razones, como son su público desprecio al potencial de Francia e Italia, y por causa del verdadero alcance y tamaño de la economía española. Lo que les obliga a este penoso ejercicio de ataques grotescos al primer partido de la oposición, al que por otra parte le imploran una reunión en la Moncloa que en circunstancias como las actuales no se debería celebrar.

Los espectáculos que este fin de semana dieron José Blanco y Leire Pajín, al grito de ¡viva los banqueros!, mientras minimizan y ocultan los datos del paro y su negro horizonte, contrastan con otras invectivas que emanan desde su propio entorno, en las que critican el liberalismo salvaje que está en los orígenes de esta crisis mundial de las finanzas y la economía y que, a pesar del plan de rescate estadounidense, aún está lejos de haber puesto un punto y aparte, como pronto lo comprobaremos tanto en Estados Unidos como en Europa (véase la última víctima alemana, el Hypo Real Estate). Y que en muchos casos escapa al propio comportamiento del sistema financiero español, sobre el que el propio vicepresidente Solbes no se atreve a poner la mano en el fuego, como lo declaraba ayer con resignación.

Lo que está ocurriendo, amén de la peligrosa parálisis y el desconcierto del Gobierno de Zapatero es que las encuestas de intención de voto tienen ya el liderazgo de Zapatero en el punto de mira, mientras en el PSOE no aparece otra figura de prestigio que compense el creciente vacío de poder -desde la revista Temas, que preside Alfonso Guerra, se ha comenzado a criticar sin rodeos la figura del líder socialista-, y por ello personajes tan poco dotados para el liderazgo político como Blanco o Pajín salen a mítines y medios con burdas proclamas, diciendo que al partido de la derecha, es decir, al PP, "le importa un bledo que se derrumbe el sistema financiero español", de lo que se deduce que el PSOE considera que se puede derrumbar. Ni siquiera dentro del Gobierno existe un liderazgo que, por lo menos, contrarreste la caída en picado de la imagen de Zapatero, una vez que Solbes está carente de toda credibilidad, por haber negado la crisis y rectificar, semana a semana, todos y cada uno de sus pronósticos. Ahora resulta que la recuperación española ya no será posible en el segundo semestre del 2009 sino para el 2011, y dentro de unos días dirá que para el 2012, y así hasta el infinito.

Que el PP no está en contra de la banca española ni del sistema financiero es algo que no necesita explicación. Pero esta vez los populares están más acertados cuando ponen el acento en el paro y en las empresas medianas y pequeñas, pidiendo ventajas fiscales y liquidez, porque los populares saben que es por parte de los pequeños empresarios (y de cajas y bancos menores también) donde está el verdadero peligro de la crisis española y por donde puede venir la avalancha del paro, como por ahí viene la otra avalancha de la morosidad, que empieza a causar alarma en el Banco de España.

Qué duda cabe que, al margen de medidas extraordinarias, los Presupuestos Generales del Estado son, como dice el PP, el mejor instrumento para hacer frente a la crisis, y no la bolsa de las dádivas con la que Zapatero pretende comprar su estabilidad parlamentaria haciendo muy generosos regalos a sus aliados nacionalistas, mientras castiga a la Comunidades Autónomas que están gobernadas por el PP. De ahí que la pretendida reunión de Zapatero con Rajoy no tenga sentido mientras su partido no cesa de insultar al PP de una manera tan chusca como lo hacen Blanco o Pajín, y mientras Zapatero no se avenga a una renegociación a fondo de los Presupuestos, que debería ir acompañada de importantes medidas fiscales y financieras.

Pero el equilibrista de la Moncloa ya no puede atender todos los frentes ni mantener, a la vez, su preciada vajilla del poder bailando sobre los débiles bastones de bambú. No puede contentar al PSC ni al PNV y a la vez pactar con el PP; ni puede aparentar solvencia internacional cuando lo excluyen de la gran reunión de Sarkozy en París; ni puede seguir con Solbes ni, en este momento, prescindir de él; ni puede ocultar su grave error de negar la crisis o de presumir de sistema financiero intocable mientras su responsable de Economía no descarta alguna posible intervención de salvamento por parte del Banco de España. Como tampoco puede Zapatero disimular o hacer olvidar su fracaso en la negociación con ETA, cada vez que la banda reaparece, como ha ocurrido en Tolosa. Y, además, ha conseguido enfadar a todos los sectores progresistas del poder judicial con el nombramiento de Carlos Dívar al frente del CGPJ y del Tribunal Supremo, mientras desde la Moncloa siguen metiendo la mano en la vida judicial, como lo hizo ayer De la Vega, proponiendo una sentencia, o decisión, que castigue con tres años de inhabilitación al juez del caso de la niña Mari Luz.

La crisis de liderazgo de Zapatero y de su partido y su Gobierno empeoran, más si cabe, la crisis económica, financiera y social de nuestro país. Sobre todo porque ante el cúmulo de problemas planteados al presidente y a sus adjuntos en la dirección del PSOE sólo se les ha ocurrido una ridícula batalla de opinión pública que deja en pañales su discurso inicial de la defensa del gasto social, para acabar defendiendo a los banqueros, que es, precisamente, lo que hizo George W. Bush con su plan de rescate de tres folios que en el Congreso de Estados Unidos han ampliado hasta casi las 400 páginas.

¿Qué hacer? Pues nada, solamente esperar a que se despierte Zapatero de su proverbial ensoñación y optimismo antropológico, cosa que no tardará en llegar porque, desgraciadamente para todos, está topando sin cesar con la cruda y dura realidad, y no parece que ni él, ni su Gobierno, ni su partido (tampoco imaginamos a Blanco de vicepresidente económico, ni a Pajín de gobernadora del Banco de España) estén en condiciones de reaccionar. Lo único que se les ocurre es criticar al PP, que, por mal que lo haga el primer partido de la oposición, carece de una verdadera importancia porque este partido no es quien tiene que tomar las decisiones y gobernar. Ésa es labor y responsabilidad de Zapatero, su Gobierno y su partido, los que viven en el mayor de los desconciertos y presos del terror que les produce la crisis que ellos han negado y que los puede arrasar.