jueves, 25 de septiembre de 2008

Rossi: "Ahora soy mejor, he aprendido a perder" en AS.com

Rossi: "Ahora soy mejor, he aprendido a perder" en AS.com
Rossi tiene el título en la mano y ayer desglosó las razones de su regreso a la cima: "Ahora soy mucho mejor piloto que cuando gané mi último título".

Motegi. "No es de mis favoritos porque sólo he ganado una vez aquí. Es la pista en la que peor porcentaje de victorias tengo, aunque con muchos segundos puestos. Por eso acabar en el podio es el objetivo. Además, eso me daría el título. Lo que no sé es si hay algo preparado para celebrarlo, pero lo único seguro es que no se va a rescatar la idea de Valencia 2005. Ésa está enterrada bajo tierra. Viene una quincena de amigos del club de fans. También mi madre y creo que mi hermano Luca".

La travesía. "Pienso que ahora soy mucho mejor piloto que cuando gané mi último título, en 2005. En los últimos dos años he aprendido a perder, porque antes sólo necesité un año de aprendizaje para ganar los de 125, 250 y 500, y en MotoGP no había parado de ganar. Antes, cuando quería ganar, ganaba, y en estos dos años no ha podido ser, cometiendo incluso errores. Ganar después de perder es mucho más difícil. Ya es complicado ganar un título y por supuesto llegar a siete, pero lo es mucho más volver a ser campeón tras dos años. Éste he trabajado más que en cualquiera de mis títulos anteriores, dentro y fuera de la pista. En el pasado hacía un gran trabajo el fin de semana, pero ahora ha habido que hacerlo también lejos de los circuitos, entrenando físicamente más que nunca, y también en la preparación mental, para estar listo desde la primera sesión del viernes. Por eso digo que soy mejor. Antes, siendo más joven, llegaba más cansado a las carreras, pero ahora no porque he estado en todo momento 100% concentrado en el Mundial y estaba listo para la batalla. La prueba de lo que digo es que he estado en doce de los catorce podios posibles".

La mecánica. "Nada más probar los Bridgestone, entendí que tenían un gran potencial, pero también que necesitaríamos tiempo para entenderlos. La gran sorpresa para mí fue llegar al primer test del año, en Malaisia, y ver que mi Yamaha era diez kilómetros por hora más rápida que la del año anterior. Respiré aliviado y me dije que eso era una gran noticia, porque en las evoluciones de 2007 sólo ganábamos un kilómetro. Me dije: 'Esto es un gran paso'. No pude subir al podio en Qatar, pero me fui tranquilo porque sabía el potencial'.

2008. "Laguna Seca es un punto crucial en el Mundial, pero yo lo divido en varias partes. Al principio, hicimos un gran trabajo comparado con el de Stoner, porque supimos mantenernos delante cuando los Bridgestone tenían problemas. En Barcelona acabé detrás de Pedrosa, pero estaba 50 puntos por delante de Casey y sabía que el rival era él y no Dani, por lo que quedaba de año y conociendo que los Bridgestone serían mejores. Tras Montmeló, Stoner dominó, con tres victorias seguidas, pero llegué muy concentrado a Laguna Seca y aquella carrera fue el punto de inflexión para nosotros, porque entendimos muchas cosas de la moto, los neumáticos y fui muy fuerte".

Retos. "El Mundial no ha acabado, quedan cuatro carreras, y eso permite que tenga muchos objetivos en mi mente. Quiero lograr más de 300 puntos (el récord son 367 y él lleva 287) y lograr un buen número de victorias. Ahora llevo siete y podría llegar a once, que es mi mejor registro y superar las diez de Stoner de 2007. Voy a intentar batirle también en Phillip Island, que es su carrera de casa".

domingo, 14 de septiembre de 2008

Estrella Digital 15/09/2008 - OPINIÓN: Jueces para los jueces por Manuel Martín Ferrand

Estrella Digital 15/09/2008 - OPINIÓN: Jueces para los jueces por Manuel Martín Ferrand

Estrella Digital 15/09/2008 - OPINIÓN: Jueces para los jueces por Manuel Martín Ferrand

Estrella Digital 15/09/2008 - OPINIÓN: Jueces para los jueces por Manuel Martín Ferrand

España bate el récord de titulados sin un trabajo acorde con su nivel · ELPAÍS.com

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La justicia deja impunes a cinco jueces que cometieron faltas graves · ELPAÍS.com

La justicia deja impunes a cinco jueces que cometieron faltas graves · ELPAÍS.com
Han faltado sólo 20 días para que quedara impune la conducta del juez Rafael Tirado, que dejó pasar dos años sin encarcelar a Santiago del Valle, que en ese periodo asesinó presuntamente a la niña de cinco años Mari Luz Cortés. La comisión disciplinaria del Poder Judicial sancionó ese error el pasado miércoles con una simple multa de 1.500 euros al entender que ese retraso injustificado constituía una falta grave en lugar de muy grave, que hubiera sido castigada con la suspensión temporal del juez, su traslado forzoso o su expulsión de la judicatura. Otros cinco jueces han tenido más suerte y se han librado de castigos muy graves desde febrero de 2006, cuando la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo obligó al Consejo a sancionar a los jueces investigados en el plazo estricto de seis meses.


Retrasos, insultos y amenazas sin castigo
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Cualquier expediente disciplinario que supera ese plazo queda anulado y la falta cometida por el juez, impune. Gracias a esa nueva doctrina han quedado sin sanción retrasos escandalosos, jueces que se negaban reiteradamente a dictar sentencias, insultos a autoridades, funcionarios, fiscales o compañeros de carrera; abusos de autoridad y resoluciones estrafalarias en las que el autor hacía literatura en lugar de justicia.

Los vocales del Poder Judicial alegan que ese plazo es completamente insuficiente. Los cinco consejeros que han formado la comisión disciplinaria durante el mandato que está a punto de concluir -las progresistas Montserrat Comas y María Ángeles García, los conservadores Juan Pablo González y Carlos Ríos, y el vocal de consenso entre PSOE y PP Agustín Azparren- aprovecharon su última reunión para elaborar un informe en el que solicitan al Gobierno que reforme la ley para ampliar ese plazo a un año. "No tiene sentido que los expedientes de los jueces caduquen en seis meses cuando los de los secretarios judiciales y los funcionarios de Justicia lo hacen en 12. Sobre todo porque las investigaciones de jueces y magistrados suelen ser mucho más complejas", asegura Comas, presidenta de la comisión disciplinaria.

El informe asegura que castigar a un juez en seis meses "resulta en muchos casos de imposible cumplimiento" y recuerda "la especial complejidad de algunos expedientes", la tardanza en la práctica de pruebas y las estrategias de los propios investigados, que utilizan todo tipo de tretas para retrasar lo más posible la investigación "de manera consciente y deliberada" para que caduque.

Los vocales describen cómo muchos jueces apuran al máximo los plazos para presentar sus alegaciones o entregan al instructor multitud de documentos que deben ser examinados antes de formular una propuesta de sanción.

Esta llega muchas veces al borde de que venza el plazo o incluso cuando ya ha concluido. En esos casos, debido a la escasez de tiempo, la facultad sancionadora del Consejo queda mermada. El órgano que decide el castigo -la comisión disciplinaria si la falta es grave o el Pleno, si es muy grave- se ve obligado a aceptar la propuesta del instructor. La ley faculta a los vocales a devolver a éste la investigación para que proponga una sanción más grave, lo que obliga a escuchar de nuevo al juez investigado. Pero ante el riesgo de que el paso del tiempo deje al juez sin castigo, el Poder Judicial se resigna a aceptar la propuesta que le llega del instructor.

CHÁVEZ, EL BUFÓN INSULTANTE

CHÁVEZ, EL BUFÓN INSULTANTE
La patria de Uslar Pietri no se merece la vergüenza de un gobernante que está fuera de los más elementales modales de la política internacional. No hay precedentes de que un Jefe de Estado considere persona no grata a un embajador desde la televisión, sin anunciarlo por vía diplomática al país afectado, y para mayor inri con el insulto soez y encabritado.

El caudillo bufón se merecería que cien países, al margen de simpatías o antipatías por los Estados Unidos, retiraran sus embajadores de Caracas. La política internacional tiene unos cauces de los que ningún gobernante responsable puede salirse.

Chávez, según Carlos Fuentes, gesticula como Mussolini. Y piensa como Stalin y Fidel Castro. Está introduciendo de forma sistemática el comunismo en Venezuela cuando su mentor Castro es una momia todavía sin embalsamar y la caída del muro de Berlín puso en evidencia la atroz dictadura que padecieron los pueblos dominados por el sistema marxista.

Pero todo eso, que afecta de forma alarmante a Venezuela y a otros países bajo la influencia castrista, es lo de menos cuando se enfrenta uno con el improperio, el insulto, la gesticulación y la desmesura. Chávez no tiene sitio en la comunidad internacional. Se comporta como un mozalbete de preuniversitario que predica la revolución desde la agresión, la violencia y el insulto. Los españoles sabemos que ha protegido a Eta de forma directa o indirecta. Los colombianos tienen la evidencia de su apoyo al terrorismo de las Farc. Viéndole actuar como un energúmeno en la televisión, se puede esperar cualquier disparate del caudillo bufón. La comunidad internacional debería cerrarle las puertas y el secretario general de la ONU hacerle una seria advertencia.

Luis María Anson
de la Real Academia Española

Estrella Digital 13/09/2008 - OPINIÓN: Un Gobierno sin rumbo por Manuel Martín Ferrand

Estrella Digital 13/09/2008 - OPINIÓN: Un Gobierno sin rumbo por Manuel Martín Ferrand
Un Gobierno sin rumbo


Manuel Martín Ferrand
“...aunque mováis más brazos que los
del gigante Briareo, me lo habéis de pagar”
(Miguel de Cervantes*)


“¿Qué es un buen Gobierno?”, le preguntaron a Winston Churchill cuando, en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial, fue nombrado primer lord del Almirantazgo. “Es aquel —respondió— que actúa según su responsabilidad y conciencia y sin caer en la tentación de utilizar sus decisiones con fines electorales”. Es decir, un buen Gobierno es el que hace lo que debe. Ello presenta una gran dificultad técnica que, en el caso de José Luis Rodríguez Zapatero, parece insuperable. Para hacer lo que se debe es preciso conocer lo que se debe hacer, y eso es mucho pedirle a una cabecita sonriente, políticamente hueca, sentimentalmente cuajada de resentimientos y programada para sostenerse en el poder.



¿Dónde quiere llegar Zapatero?. No creo que ni él mismo lo tenga claro. El líder socialista quiso llegar —sí es que realmente ése fue su proyecto— a la Moncloa y, ya instalado en ella, lo único que parece pretender es continuar. Su propia biografía lo demuestra. El de León se sentó en el Congreso de los Diputados en 1986, cuando sólo tenía 26 años de edad, y allí permaneció, calentando su propio escaño, sin que ningún observador reparase en su existencia, hasta que en el 2000 se convirtió en líder de la oposición. Posiblemente más por un error táctico de José Bono, que le disputaba el puesto, que por sus propios méritos. Después, las circunstancias le convirtieron en presidente del Gobierno de España y, tras no hacer nada de provecho en su primera legislatura, anda dando tumbos en lo que llevamos de la segunda.

Para no arrimarse a los problemas graves que nos afectan, lo que es tan exigible a los gobernantes como lo es a los toreros arrimarse al toro, Zapatero tiende a hablar de otras cosas. Es un maestro en las artes de la distracción. Ahora el país se enfrenta a una grave crisis económica que nos dejara maltrechos. No importa. El presidente del Gobierno llama “hipócritas” a quienes critican la Ley del Aborto o a los que encuentran improcedente y extemporáneo el impulso de Baltasar Garzón para abrir tumbas y contar muertos como forma de compensar el fracaso de la Ley de la Memoria Histórica.

El Gobierno no tiene rumbo, ni proyecto, y como dicen los viejos marinos, nunca sopla un buen viento para quien no sabe dónde va. Ni lo tiene ni lo quiere tener. Ahí está Celestino Corbacho, titular de Trabajo, que, con la torpeza de un novato y la sabiduría de quien sabe de lo que habla, propuso reducir la inmigración para, ante el aluvión de paro que se nos viene encima, haya más posibilidades de trabajo para los españoles y los inmigrantes que ya están entre nosotros. La vicepresidenta/guardaespaldas, María Teresa Fernández de la Vega, le sacó los colores en público a Corbacho por distraernos de las vaciedades con las que nos quiere entretener Zapatero.

Hasta Miguel Sebastián, el más fervoroso zapaterista de todo el Gabinete, se ha visto obligado a reforzar las palabras de Corbacho porque la bronca de De la Vega al ministro de Trabajo llegaba ya, en el súmmum del disparate, a explicar que lo redondo es cuadrado y que lo que nos afecta es aquello a lo que Zapatero alude en sus acostumbradas, y ya cansinas, naderías.



Zapatero, a diferencia con Don Quijote, no ve gigantes en donde hay molinos de viento. Dice verlos porque así disimula y espera que no se le adviertan ni su incapacidad ni su falta de decisión y proyecto. No es ésta la hora de jugar al joven progresista, la principal ocupación del líder, y bueno sería que, ya que él no parece darse cuenta, los veteranos de su partido, que los hay con espolones, le den una llamada de atención. Las circunstancias lo exigen. El Gobierno actual no es un buen Gobierno porque no hace lo que debe.

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(*) Palabras de Don Quijote (Parte I, capítulo VIII) cuando se dispone a atacar a los molinos.

lunes, 8 de septiembre de 2008

¿Adónde vas, socialismo?

¿Adónde vas, socialismo?

Estrella Digital 08/09/2008 - OPINIÓN: De la Vega y Ledesma por Marcello

Estrella Digital 08/09/2008 - OPINIÓN: De la Vega y Ledesma por Marcello
Vamos a ver cómo se porta el PP, porque sólo faltaría que el ex ministro de Justicia con Felipe González, Fernando Ledesma, fuera elegido presidente del Consejo General del Poder Judicial, que es lo que pretende, sin el menor pudor, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega para tener ella la vara alta de la justicia en su despacho, gracias a la muy especial relación político/amorosa que siempre la ha unido con Ledesma, su primer mentor y Pigmalión político.
Todavía están calientes las imágenes de De la Vega metiendo, en público y en la tribuna del desfile militar, una soberana bronca a la presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, que aún no se ha repuesto del susto ni de sus múltiples errores —asesoría a una delincuente— y presuntas andanzas constitucionales casi siempre al servicio de intereses del PSOE. De manera que malo sería que De la Vega consiguiera colocar en el CGPJ a su protegido —devolviéndole el favor— para que la dependencia del Poder Judicial del Ejecutivo sea todavía más flagrante de lo que ya lo es.

De hecho, un jurista que ha sido ministro de Justicia del PSOE o del PP no debería ocupar un cargo de esa trascendencia, aunque sólo fuera por causas de índole estética y de coherencia. Pero en este país ya se sabe que todo es posible, de ahí que le hacemos desde aquí, a Soraya Sáenz de Santamaría, un recordatorio por si las moscas.

Y ya que estamos en ello, convendría también hacerle alguna observación a la vicepresidenta De la Vega, porque de un tiempo a esta parte está dando una imagen de ambición, pompa y autoritarismo que desdice su fama de trabajadora y persona razonable. El citado caso de María Emilia Casas fue todo un ejemplo del deterioro de la vicepresidenta, cuyos modales cada vez más agrios se están haciendo notar en Moncloa. O en el Parlamento, donde ha pasado, de hacerse la víctima femenina del machista Zaplana, a ser ella la que lleva los pantalones y el tono agresivo y machista frente al resto de los portavoces del PP, y si son mujeres con mayor motivo.

Puede que el permanente disparate de Zapatero y de sus ministros de cartón hayan llevado a De la Vega a creerse la salvadora de la situación y a asumir modales y posiciones que no debería, convirtiendo a más de un ministro, o más bien ministra, en una especie de subsecretaria de su entorno, a las que si se portan bien luego las llevará —como las madres ursulinas— de excursión a África o a América, en esos periplos políticos, feministas y caritativos que ella organiza todos los años, naturalmente a costa de los Presupuestos.

En todo caso, Fernando Ledesma mejor que se quede donde está, que ya está bien, y la vicepresidenta De la Vega —por cierto, nueva fan en la corte afrancesada de Pedro J.—, que reflexione un poco sobre su deriva política, que está dejando mucho que desear.