viernes, 24 de abril de 2009

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com

¿Busca secretaria de dirección? No contrate a quien escriba con las letras abiertas - elConfidencial.com
Todo el mundo escribe como habla y gesticula. Una persona de temperamento nervioso tiene una forma de escribir distinta de la persona tranquila. Nadie pronuncia ni escribe igual el nombre de una persona por la que siente amor que el de otra que le resulta indiferente. Los trazos iniciales de las letras y palabras son más conscientes, mientras que los finales son más inconscientes. Nuestra vida está plagada de símbolos. Símbolos que, inconscientemente, se aplican a la escritura. Por ejemplo: las personas sociales y que miran hacia el futuro con optimismo, tienden a escribir con letras ligadas e inclinadas hacia la derecha. Las más sensuales, hacen más presión y trazan los pies de las letras más amplios. Todo esto se ha comprobado y lo analiza la grafología, una técnica de análisis de la escritura cuyo propósito principal es descifrar la personalidad de un individuo y determinar características generales de su carácter, su inteligencia, sus aptitudes profesionales e, incluso, su estado de salud físico y psíquico.



Los detractores la califican de pseudociencia, pero sus defensores la consideran ciencia verdadera y argumentan para ello, entre otras razones, que es un estudio realizado a base de estadísticas. “En ningún momento es una ciencia intuitiva. Se hacen análisis rigurosos donde, de una sola letra, se estudian más de 500 rasgos que nos hablan de la personalidad del individuo”, define Begoña Slocker, una eminencia en España que lleva labrando en este campo desde hace 20 años. Su amor por destripar las letras lo mamó de su padre, el doctor Luis Pérez Slocker, que fue médico, psiquiatra, psicólogo y grafólogo.



Conocedora desde pequeña de todo lo que "habla" la caligrafía, Slocker ha sido protagonista directa del boom que ha explotado alrededor de su sector. “Hace cuatro años, en Google no aparecían más que dos páginas sobre la grafología. Ahora, hay cientos de páginas informando sobre esta ciencia”. Con la llegada de la crisis, se acentuó la desesperación de empresarios y empresas por buscar métodos más eficaces para conocer mejor a los demás y no sentirse engañados. “Ha habido mucha frustración, mucha gente ha sido engañada, que produce depresión, malestar, resentimiento. Y ya no se fían”.



Por sus manos ha pasado la letra de más de 500 directivos de grandes multinacionales que la contrataban para que verificase si la persona en cuestión estaba preparada o no para el puesto. “Intento ayudar a encontrar el puesto de trabajo idóneo para que el candidato sea lo más eficiente posible”. Ajusta a las personas con sus competencias más idóneas. Si, por ejemplo, el susodicho escribe la “t” con el palito hacia arriba, se sabe que es una persona polémica. “No es apta para dirigir un equipo”. Si lo que la empresa busca es un comercial, no puede colocar en el puesto a alguien “introvertido, miedoso, que no se comunique. Ponlo detrás de un ordenador”. Tampoco puedes poner a una persona monótona en un puesto creativo. “Ni viceversa, porque matas su valía”.



¿Para qué sirve la grafología?



Existen muchas aplicaciones de esta ciencia. Se puede utilizar en psicología clínica y en psiquiatría, en orientación matrimonial y de pareja, para determinar la compatibilidad de caracteres; y en la selección de personal para las empresas, la especialización de esta grafóloga. Slocker sabe que no hay mayor tesoro que tener a una persona trabajando en lo que le gusta y en lo que sabe hacer. “Siempre será más eficaz y producirá mejor”. Con un mundo donde la crisis está por todos los rincones y con la eficacia del sector financiero contra las cuerdas, Slocker aconseja a los bancos aprovecharse del auge de la grafología. “Les podría ayudar en tres campos: hacer una selección rigurosa del personal, descubrir falsificaciones de firmas y los rasgos de honestidad, tanto de trabajadores como de clientes”. Actualmente se ha disparado la demanda de pericia caligráfica porque con la crisis mucha gente niega haber firmado hipotecas. “Recurren a mí porque la gente niega ahora haber firmado hipotecas, y viceversa”. Por eso es tan complicado el campo de la pericia. “Descubrir una firma falsa puede llevar al individuo a la cárcel”, conoce Slocker.



La vida ha evolucionado vertiginosamente, y con ella nuestras costumbres, nuestro entorno, y las exigencias intelectuales. “Es imposible de mantener siendo adultos la letra que aprendimos a trazar cuando éramos pequeños”, mantiene. Ni siquiera un niño de ocho años escribe con el mismo modelo caligráfico de cuando tenía cinco. La escritura no va a la par de la inteligencia y sus conocimientos.



La grafóloga recomienda no contratar nunca a una secretaría de dirección que escriba con óvalos abiertos, porque revela extroversión y poca discreción. Sostiene que una letra de tamaño muy pequeño refleja introversión, observación, ahorrativo; los trazos verticales, dotes de mando; los horizontales, realización. Las letras muy redondeadas son propias de perezosos y blandos, y la letra curva revela dulzura y pereza. Por el contrario, la letra en ángulo refleja maldad, falta de flexibilidad y transmite energía. La “m” mayúscula en forma de ángulo, también llamada dientes de tiburón, define a la persona que es tremendamente fiel a los suyos, pero que no le traicionen, porque no perdona. Los tercos inclinan el palito de la “t” hacia abajo.




¿Qué documentos son necesarios para el análisis grafológico?



Cuando se realiza un examen grafológico, lo ideal es que se presenten quince líneas escritas en una hoja en blanco y firmada. En la escritura del texto se ve reflejado el yo social de la persona, mientras que la firma expresa el yo íntimo: cómo soy realmente. Lo mejor es contar con varios documentos y firmas, para contrastarlos. “Cuanto mayor sea el material aportado, mayor será la fiabilidad y validez del análisis grafológico”. Si hay espacio entre líneas, significa que la persona analizada presenta claridad de ideas y respeto hacia los demás. Si la escritura es recta, predomina la razón al sentimiento.



-“¿Me permite un consejo? Nunca se enamore de alguien que termine el palo de la letra “g” en forma de ángulo. Podría ser peligroso, obsesionado, incluso podría llegar a ser un violador. Eso sí: no se puede juzgar a una persona simplemente por un trazo. Es un indicio más. Para dar el veredicto final habría que analizar más rasgos de su personalidad”.

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