ED//Marcello:Vuelve la crisis de Gobierno
Vuelve la crisis de Gobierno
Marcello
Decía el presidente a sus confidentes de la Moncloa que había que intentar aguantar con el Gobierno hasta después de las elecciones europeas porque el paro iba a subir sin cesar y si entraba un nuevo vicepresidente económico se abrasaría en sólo unas semanas. Pero los acontecimientos se disparan, el paro se va por las nubes, los ministros desvarían y, por muy mal que estén las cosas en el PP, Zapatero no puede seguir con este Gobierno y otra vez se escuchan los tambores de crisis y los motoristas con las cartas de los ceses ya empiezan a calentar motores por si tienen que ir al reparto exterminador que tanto temen los acomodados, y con el que sueñan los que aún están por llegar.
Empezando por Pepiño Blanco, que se ve recostado en el banco azul, a ser posible justo en el mismo sitio que ocupa la ministra de Fomento, la artista de Maleni Álvarez, que tiene una inteligencia como la de los ordenadores de los coches de la Fórmula 1, y por eso piensa más deprisa de lo que habla y al final no se le entiende nada de lo que dice, como nadie sabe lo que hace. Aunque ya sabemos que su talante democrático es igual a cero porque se ha negado a encargar el retrato oficial de su predecesor, el ex ministro Álvarez-Cascos, lo que nunca ha ocurrido en el Gobierno español.
Lo del ministro Moratinos con Israel ha sido de aurora boreal. Llama, para no se sabe bien qué, a su homóloga israelí para intentar explicarle el lío de la admisión a trámite de la querella en la Audiencia Nacional en contra del ex ministro de Defensa Ben-Eliezer, y la ministra israelí sale en la televisión diciendo que Moratinos le ha dicho que España va a cambiar la ley en cuestión, y reaparece Moratinos diciendo que él no ha dicho eso. O sea, la mayor de las confusiones.
Bueno, y lo del ministro Bermejo a palos con los jueces en huelga tampoco es manco, pero le plantea a Zapatero un doble problema: porque si lo cesan antes de la huelga, los jueces dirán que se lo han cargado ellos, y si lo cesan unos días después los jueces dirán que Zapatero les ha dado la razón.
En fin, lo del ministro Sebastián es de traca. Ayer le faltó decir que quiere ver a un banquero en la cárcel (y verse él sentado en su sillón), y un día de éstos a lo mejor se le ocurre que lo ideal sería cerrar los bancos y que los créditos a las familias y las pequeñas empresas se den a través de cajeros automáticos, o algo parecido.
La ministra Bibiana Aído se dedica a pasearse con "el follonero" y le llama al ministro de Interior para hacer un chiste, como si Rubalcaba no tuviera nada mejor que hacer. Y de los ministros de Tecnología, Educación y de Cultura, lo primero que se puede decir es que sobran dos de ellos. Como sobra la ministra de Vivienda si en Fomento alguien estuviera al mando. O la de Administración Territorial o la de Sanidad, porque esas competencias están transferidas a las Comunidades.
Y qué les vamos a contar del deprimido y confundido vicepresidente de la Economía, Pedro Solbes, que cada vez que aparece en televisión se hunde la Bolsa, o le bajan el rating a la deuda española, o provoca un debate sobre cómo sacar a España del euro.
El Gobierno está hecho unos zorros, y sobrevive a duras penas a costa de los otros zorros de la oposición, pero con una diferencia notable: la crisis del PP no afecta al Gobierno de la nación, y la crisis del Gobierno sí. O sea, que tiene sentido esta nueva oleada de rumores sobre la inminencia de la reorganización del Ejecutivo, en pos de un equipo más concentrado, con menos cuotas -de sexo y autonomías- y a ser posible con más entidad, más preparación y más peso específico, que éste se tambalea y parece hecho a la imagen y semejanza de la levedad de su presidente, que es quien tiene que tomar la decisión de los relevos aunque sólo sea para darles a los ciudadanos la esperanza de que algo empieza a cambiar.
martes, 3 de febrero de 2009
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