Javier Pradera dice en privado lo contrario a lo que publica en El País
Garzón encarga a Navalón el trabajo sucio de demonizar a los jueces
De repente, un magistrado respetado, progresista y comedido ha pasado a ser la bestia negra
Carlos Carnicero, 30 de abril de 2010 a las 00:49
¿Qué hacía Baltasar Garzón almorzando con un conseguidor de Prisa?
"Garzón necesita hoy los consejos de Navalón más que nunca"
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Luciano Varela y Baltasar Garzón.
Los acontecimientos van deprisa y en distintas direcciones. La posición del magistrado Luciano Varela de apartarse del caso que instruía sobre un presunto delito de prevaricación, aleja la sospecha de que este magistrado haya tenido intereses personales en la causa. Es curioso cómo se ha cebado algunos medios progresistas con este juez de trayectoria impecable, ligado al PSOE y al pensamiento de izquierda y sin un sólo episodio en su vida que le haya vinculado con la derecha.
Especialmente significativo el artículo de Javier Pradera en El País. Llama la atención porque no es esa la posición del analista de PRISA en las tertulias que celebra semanalmente con un grupo de jueces y periodistas, entre otros el magistrado Clemente Auger, muy crítico con la trayectoria del magistrado Garzón. El tono, ofensivo en lo personal de Pradera, se escapa de la crítica jurídica para adentrarse, incluso, en descalificaciones sobre el aspecto físico del magistrado del Tribunal Supremo.
Habla Pradera de Varela en estos términos: “...cuyo estilo leguleyo parece salido de la pluma de ganso de un alguacil quevedesco con la puntita de la lengua rosácea asomando en la comisura de la boca”. El tono del artículo del editorialista de El País sigue por esos derroteros: hablando de “el magistrado sabiondo” y los “egos revueltos”. De repente, un magistrado respetado, progresista y comedido ha pasado a ser la bestia negra de algunos articulistas de PRISA. Ellos sabrán por qué.
Pero no todos los editorialistas y articulistas han mantenido la misma posición. Quien quiera comporbarlo no tiene más que leer el artículo de José María Ridao, “Enfrentamientos por partes“, publicado el día 29 de marzo de 2010. Tambien está en la misma línea diferenciada otro trabajo de Ridao, publicado en El País el día 26 de abril de 2010, titulado “En el café de Chinitas”.. Hay que leer despacio porque alguna sustancia se destila entre líneas.
En el encuento celebrado en Zalacaín entre Baltasar Garzón y su asesor Antonio Navalón se contemplaron los apoyos mediáticos con los que cuenta el juez. A nadie se le ha podido escapar el despliegue informativo del diario El País en este asunto, incluso el cintillo que acompaña la secuencia de las informaciones y que habla de “acoso” al magistrado. Pero esto no ha hecho más que empezar.
El procedimiento sobre un presunto delito de prevaricación por instruir un sumario que no le correspondía va a descansar hasta que Perfecto Andres Ibañez decida lo que hace en sustitución de Varela. Pero la velocidad se dispara en los otros dos procedimientos que igual le pueden apartar de la carrera judicial al controvertido magistrado.
Una de las preocupaciones del juez, que fue objeto de sus conversaciones con Navalón, después del duro pero correcto interrogatorio que le hizo el magistrado Marchena, fueron las sucesivas declaraciones pendientes de los directivos de la Universidad Juan Carlos I de Nueva York, del presidente del Santander y de los directivos de CEPSA. La preocupación estriba en que se pudiera llegar a demostrar una triangulación de fondos desde el Banco y la empresa de hidrocarburos, también en aquella época vinculada al Grupo Santander, con las retribuciones recibidas por el juez, según él de la Universidad de Nueva York, y los gastos pagados a sus familiares durante la larga estancia en Estados Unidos .
Quien mejor maneja esa información, además del juez, sin duda es Navalón y este sigue siendo una persona, como él mismo reconoce en su página web, muy bien relacionado con el Grupo Prisa y con excelente contactos en Estados Unidos.
En el entorno del juez la mayor preocupación se centra en este sumario y en el que tendrá que declarar el día 10 de mayo por las escuchas ordenadas a los abogados de la trama Gürtel. Ahí está la parte más complicada del trabajo de Antonio Navalón: demonizar a un juez, aunque sea progresista, situándolo al lado de la extrema derecha es un juego de niños para quien conozca el mecanismo de los medios de comunicación y tenga acceso a ellos. Pero desacreditar en cadena a cada uno de los magistrados que instruyen las causas sobre las actividades por las que Garzón es acusado es mucho más complicado. “Manca finezza” que diría Giulio Andreotti.
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