domingo, 30 de mayo de 2010
La historia oculta de Facebook
Zuckerberg: "La gente confía en mi, son tontos del culo"
La historia oculta de Facebook
El manuscrito ha servido de inspiración para la película "Multimillonarios Accidentales"
Periodista Digital, 30 de mayo de 2010 a las 21:59
Facebook on 60 Minutes 01-13-08 (Part 1) Facebook on 60 Minutes 01-13-08 (Part 2) 60 Minutes - Facebook Facebook CEO Mark Zuckerberg
Cuando Facebook celebró sus 12 millones de usuarios en un parque de atracciones, las vomitonas de sus empleados costaron miles de dólares en multas y daños a la compañía
¿Cuantas veces te conectas a Facebook al día?
Entre una y cuatro veces
Más de cuatro veces
Me conecto de forma esporádica
No uso Facebook
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Mark Zuckerberg.
Es un bombazo. David Kirkpatrick, autor del libro El Efecto Facebook, desvela algunos de los secretos mejor guardados sobre el origen de la comunidad social.Se ha escrito mucho sobre Mark Zuckerberg y Facebook pero nadie había contado hasta ahora la historia completa desde los comienzos hasta la actualidad.
Kirkpatrick, periodista de Fortune, acaba de publicar The Facebook Effect, un libro que relata los primeros cinco años de vida de la red social.
El libro demuestra que detrás de esa cara de niño hay un visionario formidable que con una veintena de años fue capaz de mantener la sangre fría para rechazar ofertas multimillonarias a diestro y siniestro. Tiene una visión y el dinero no ha sido capaz de disolverla (por el momento).
Zuckerberg ha sabido construir la red social sin ceder apenas un milímetro de control.
Un hito extraordinario teniendo en cuenta el nido de tiburones y empresas que durante años le hicieron todo tipo de ofertas para sacar tajada a la red social.
UN CRECIMIENTO IMPARABLE
Las comunidades sociales de internet no son un fenómeno de futuro. Son ya un presente en el corazón del negocio de la red.
Y hay ejemplos demoledores. En Corea, Cyworld.com ha logrado que el 43% de la población esté inscrita en sus registros de usuarios.
En Europa, las redes sociales han logrado atraer a más de 127 millones de visitantes únicos, según ComScore. Este medidor de audiencias indica que se gasta en estos sitios online una media de tres horas al mes (aunque en países como Reino Unido esta magnitud sube a las 5,9 horas).
En EEUU, Facebook, sin duda el nombre más de moda, registró en agosto un crecimiento en su número de visitantes del 117% en relación al mismo mes del pasado año.
Pocos de los usuarios saben que esas empresas tienen el poder de manipular y vender su información personal al mejor postor.
NIÑO BONITO MUY MALO
El texto de Kirkpatrick pone en entredicho al hasta ahora adorado Mark Zuckerberg, fundador y actual consejero delegado de la multinacional de Internet con más éxito del momento.
El manuscrito, que estará al alcance del gran público a partir de este 8 de junio, ha servido de inspiración para la película "Multimillonarios Accidentales".
La película ha sido dirigida por David Fincher y tiene aJustin Timberlake entre sus protagonistas. La trama gira alrededor de la vida del jovencísimo millonario, ex alumno de Harvard y quien, básicamente, es retratado como un ser asocial obsesionado con el sexo.
Zuckerberg creó Facebook en su dormitorio de Harvard allá por 2003. Rápidamente el proyecto superó todas las expectativas, primero convirtiéndose en un éxito a nivel universitario para más tarde dar el pelotazo a nivel nacional y mundial.
A día de hoy cuenta con más de 1.000 millones de usuarios y buena parte de sus inversores, entre ellos el propio Zuckerberg, son ya multimillonarios.
Aún así, tanto Kirkpatrick como el blog Business Insider han tenido acceso a información confidencial que no hace más que aumentar la expectación sobre la controvertida figura de su creador.
LOS PUNTOS CLAVE DEL LIBRO
1. "Caliente o no":
Antes de crear Facebook, Zuckerberg tuvo problemas con los directores de Harvard por haber creado un polémico portal conocido como "Facemash", donde el joven estudiante y sus colegas subían fotos de las chicas que estudiaban en la universidad para calificarlas del 1 al 10 como "calientes o no".
2. "La curiosidad mató al gato":
En 2004, Zuckerberg fue acusado de hackear las cuentras de correo electrónico de dos periodistas del Harvard Crimson, el diario de la universidad, que investigaban las acusaciones que pesaban sobre el joven, quien podría haber robado la idea de Facebook a tres estudiantes de cursos superiores. Cameron Winklevoss, Tyler Winklevoss y Divya Narendra, demandaron a Zuckerberg por engañarles al hacerles creer que les ayudaría a crear una red social bajo el nombre de HarvardConnection.com, cuando en realidad estaba robándoles la idea.
3. "Borracheras sangrientas":
Ese mismo año, Facebook canceló su competición nacional de Beirut o beer pong, un juego con alcohol incluído, muy común entre los universitarios donde se intenta colar una pelota de ping pong en un vaso, tras un asesinato. La competición contaba con un premio de 10.000 dólares.
4. "Destroyers":
Los propietarios del apartamento alquilado a Zuckerberg durante el verano de 2004 demandaron al joven por dejar la vivienda hecha un completo desastre. Cuando Facebook celebró sus 12 millones de usuarios en un parque de atracciones, las vomitonas de sus empleados costaron miles de dólares en multas y daños a la compañía.
5. "Enfados monumentales":
El mal humor de Zuckerberg es de sobra conocido en la trastienda de Facebook. En 2005, cuando el joven recibió una oferta de Yahoo que no le convenció demasiado decidió pagar su enfado encendiendo fuegos artificiales de forma ilegal, justo coincidiendo con la celebración del 4 de julio, algo que acabó con una reprimenda de la policía.
6. "Drogas":
El primer presidente de la compañía, Sean Parker, fue expulsado de Facebook tras ser arrestado por posesión de drogas. Los programadores del portal vivían a base de una droga conocida como Provisuael para cumplir con las fechas limites de entrega de los distintos proyectos.
7. "Privacidad":
En agosto de 2009 se publicó un informe en el que se demostraba que Facebook había enviado a sus anunciantes los nombres, edades y profesión de todos aquellos usuarios que clickeaban en sus anuncios.
En sus comienzos, Zuckerberg solía referirse a los usuarios del portal como "tontos del culo" que confiaban en él a la hora de poner en sus manos información personal, según reveló una conversación mantenida por chat.
"Tengo 4.000 correos electrónicos y sus contraseñas, fotos y números de seguridad social, la gente confía en mí, son tontos del culo", revela la conversación.
sábado, 29 de mayo de 2010
Las personas con poder mienten más y mejor
LA MENTIRA ES NECESARIA PARA LA CONVIVENCIA
Las personas con poder mienten más y mejor
@Esteban Hernández.- 29/05/2010
José Luis Rodríguez Zapatero y George W. Bush (Reuters)
No podemos saber cuándo un poderoso nos está mintiendo, afirma el estudio realizado por Dana Carney, profesora de la Business School de la Columbia University, porque resulta extremadamente difícil descubrirle: quienes ocupan un puesto de poder mienten con más facilidad y credibilidad que quienes no lo tienen. Un hecho que resulta verosímil, asegura José Miguel Fernández Dols, catedrático de psicología social de la Universidad Autónoma de Madrid, desde diversos puntos de vista.
Así, sabemos desde hace tiempo que el poder provoca desinhibición, lo que facilita la mentira: puesto que no contamos con claves que nos ayuden a desenmascarar al mentiroso (las que tenemos nos permiten saber cuándo alguien está ansioso, pero no cuándo miente), aquellos factores que, como el poder, facilitan la seguridad en sí mismo y disminuyen la ansiedad consiguen que se pueda faltar a la verdad con mucho mayor aplomo”.
Un segunda clase de razones tiene que ver con la mentalidad del poderoso, alguien que se engaña a sí mismo muy fácilmente. “Cuando vives en un entorno en el que cada vez más estás más aislado y te rodean guardaespaldas mentales que siempre te dicen lo que quieres escuchar, acabas por crear tu propio mundo. Y así es muy difícil saber cuándo alguien miente de modo intencional y cuándo simplemente se cree ese mundo de fantasía en el vive inmerso”.
Sin embargo, la mentira no siempre es utilizada instrumentalmente por el poder. Los seres humanos utilizamos habitualmente mentiras blancas con el objetivo de engrasar las relaciones, y de mantener una actitud cortés frente a los demás. En otro caso, asegura Fernández Dols, “nos comportaríamos como las personas afectadas por al síndrome de Asperger (una enfermedad que hizo popular la película Rain Man), cuyo problema social es que no saben mentir. Son personas muy objetivas, que no pueden comprender el estado del otro, y que siempre dicen la verdad. Si les preguntas cómo están, te pueden hacer una lista muy detallada de cómo se sienten. Y si entienden que en una prueba se les ha puntuado más de lo que merecen, se quejan al profesor”.
Las personas normales no solemos ejercer ese nivel de franqueza absoluta, asegura Fernández Dols, ya que “un cierto porcentaje de mentira es necesario para un buen funcionamiento social. Así podemos autopresentarnos o salvar la cara a los demás sin resultar molestos y de modo que nuestras relaciones puedan mantenerse”. En este sentido, una persona con poder, y que por tanto ha de tratar habitualmente con gran número de personas, es probable que falte a la verdad en muchas más ocasiones que alguien que carece de él. Pero ese sería un uso más o menos “educado” de las medias verdades muy diferente a las acusaciones que, sobre todo en el entorno político, se hacen recaer sobre los poderosos.
No obstante, deberíamos tener en cuenta a la hora de valorar la situación que vivimos en un entorno en el que desee quiera alcanzar puestos de poder raramente puede hacerlo sin echar mano de la mentira. Así, quienes aspiran a subir por la escala del poder han de difundir una imagen, a menudo alejada de la real, para poder jugar sus bazas con eficacia en unos medios de comunicación de masas que priman la representación sobre la realidad. Como advierte Fernández Dols, “la vida pública actual se ha convertido en un sistema con reglas propias muy opacas. Al final, lo único que conoces de la persona a la que votas es su imagen pública. Sabes más de la persona a la que le compras el pan que a la que eliges como presidente de gobierno o a la que votas en una junta de accionistas” Y esa es otra gran constante de nuestros tiempos: cuanto más datos tenemos, menos sabemos; cuanta más información hay, más opaco resulta el acceso a una evaluación efectiva”.
Y el asunto se complica aún más en la medida en que quien logra acceder a los lugares de poder suele tener que transitar previamente por los pasillos de las grandes organizaciones (partidos políticos, empresas, etc.) donde ha de saber manejar distintos grupos de interés, gestionar luchas internas y apoyarse en aquellos que le pueden ayudar, algo que no puede hacerse eficazmente sin un uso astuto de la mentira. Y esto es aún más cierto, señala Fernández Dols, “en países de meritocracia débil como España, donde los criterios de mérito no son evaluados en cuanto tales sino en función de la pertenencia a determinados grupos. En todas las organizaciones quienes triunfan son buenos navegadores sociales, pero no pueden ser sólo eso, sino que deben poseer cualidades objetivas y contrastables. Pero no suele ser así, y menos aún en España, donde los mecanismos de contrastación son muy débiles”.
La mentira, una herramienta más eficaz que la verdad
Para Antonio Alonso, profesor de relaciones exteriores de España de la Universidad CEU San Pablo, este modo de funcionamiento resulta del todo contraproducente, ya que no sólo es posible llegar al poder sin necesidad de recurrir a la mentira sino que “la persona que se presenta ante el público sin mentir adquiere un estupendo crédito, mientras que quien dice hoy una cosa y mañana la contraria pierde adeptos (o clientes) rápidamente. Para Alonso lo importante no es tanto decir la verdad cuanto ser sincero, es decir, “presentarse ante los demás cómo alguien íntegro y honesto”. Y ésa es una cualidad “que no se construye de la noche a la mañana, sino que requiere de un crédito que sólo puede conseguirse con el paso del tiempo. Como todas las cosas buenas en la vida, cuesta mucho levantarlas y poco destruirlas”. Coincide Diego Vicente, profesor de Comportamiento Organizacional en IE Business School, quien señala que sólo triunfan de verdad aquellos con quienes la gente es capaz de comprometerse, algo que es posible únicamente si se logra generar confianza. Y eso descarta la mentira”.
El problema aparece, sin embargo, porque la mentira parece resultar mucho más eficaz que la verdad. Hay múltiples casos que lo demuestran, desde el presidente de gobierno que justifica la invasión de otro país porque éste posee armas de destrucción masiva hasta el dirigente político que niega insistentemente la existencia de la crisis económica pasando por los guionistas de una serie que para crear expectativas respecto de su capítulo final realizan declaraciones falsas. Todos ellos consiguieron lo que pretendían: EEUU invadió Irak, Zapatero consiguió ser reelegido y los datos de audiencia del final de Perdidos fueron positivos; cuando se hizo evidente para una gran mayoría de la población que habían sido engañados, quienes mintieron ya habían alcanzado sus propósitos. De modo que quizá haya que preguntarse hasta qué punto actuaciones tan negativas éticamente obtienen el castigo que merecen.
Según Diego Vicente, no es tan claro que la mentira acabe rentando, ya que “si bien es cierto que los resultados se pueden alcanzar trampeando, a la larga ese tipo de actuaciones terminan pasando factura. No somos tan tontos como para que nos engañen siempre. La mentira puede sacar de un problema a corto plazo, pero a medio y largo no funciona”. En el mismo sentido se pronuncia Alonso, para quien este tipo de planteamientos sólo triunfa en esos escenarios cortoplacistas, ya que “la mentira tiene las piernas muy cortas”. Así, “la victoria de Obama debe mucho al voto de castigo a Bush, las mentiras de Solbes sobre la crisis en el debate con Pizarro no le salvaron de ser despedido un año después, y estamos viendo cómo la actitud de Zapatero le está pasando ya factura”.
La efectividad del engaño, para Vicente, depende mucho de factores que tienen poco que ver con la correspondencia entre afirmaciones y hechos, como suele ser el beneficio que se puede obtener. “Así, cuando Zapatero concurrió a las elecciones de 2008, mucha gente no quería escuchar que había crisis, que nos estaba yendo fatal, que nos iba a ir aún peor y que España era ya uno de los últimos países de la UE. Por eso no les pasaron factura al presidente las mentiras que profirió”. Es en ese sentido que Vicente asegura “que la responsabilidad de las mentiras de Zapatero y de Bush no es principalmente suya: el problema es nuestro, porque nos las creímos”.
Las personas con poder mienten más y mejor
@Esteban Hernández.- 29/05/2010
José Luis Rodríguez Zapatero y George W. Bush (Reuters)
No podemos saber cuándo un poderoso nos está mintiendo, afirma el estudio realizado por Dana Carney, profesora de la Business School de la Columbia University, porque resulta extremadamente difícil descubrirle: quienes ocupan un puesto de poder mienten con más facilidad y credibilidad que quienes no lo tienen. Un hecho que resulta verosímil, asegura José Miguel Fernández Dols, catedrático de psicología social de la Universidad Autónoma de Madrid, desde diversos puntos de vista.
Así, sabemos desde hace tiempo que el poder provoca desinhibición, lo que facilita la mentira: puesto que no contamos con claves que nos ayuden a desenmascarar al mentiroso (las que tenemos nos permiten saber cuándo alguien está ansioso, pero no cuándo miente), aquellos factores que, como el poder, facilitan la seguridad en sí mismo y disminuyen la ansiedad consiguen que se pueda faltar a la verdad con mucho mayor aplomo”.
Un segunda clase de razones tiene que ver con la mentalidad del poderoso, alguien que se engaña a sí mismo muy fácilmente. “Cuando vives en un entorno en el que cada vez más estás más aislado y te rodean guardaespaldas mentales que siempre te dicen lo que quieres escuchar, acabas por crear tu propio mundo. Y así es muy difícil saber cuándo alguien miente de modo intencional y cuándo simplemente se cree ese mundo de fantasía en el vive inmerso”.
Sin embargo, la mentira no siempre es utilizada instrumentalmente por el poder. Los seres humanos utilizamos habitualmente mentiras blancas con el objetivo de engrasar las relaciones, y de mantener una actitud cortés frente a los demás. En otro caso, asegura Fernández Dols, “nos comportaríamos como las personas afectadas por al síndrome de Asperger (una enfermedad que hizo popular la película Rain Man), cuyo problema social es que no saben mentir. Son personas muy objetivas, que no pueden comprender el estado del otro, y que siempre dicen la verdad. Si les preguntas cómo están, te pueden hacer una lista muy detallada de cómo se sienten. Y si entienden que en una prueba se les ha puntuado más de lo que merecen, se quejan al profesor”.
Las personas normales no solemos ejercer ese nivel de franqueza absoluta, asegura Fernández Dols, ya que “un cierto porcentaje de mentira es necesario para un buen funcionamiento social. Así podemos autopresentarnos o salvar la cara a los demás sin resultar molestos y de modo que nuestras relaciones puedan mantenerse”. En este sentido, una persona con poder, y que por tanto ha de tratar habitualmente con gran número de personas, es probable que falte a la verdad en muchas más ocasiones que alguien que carece de él. Pero ese sería un uso más o menos “educado” de las medias verdades muy diferente a las acusaciones que, sobre todo en el entorno político, se hacen recaer sobre los poderosos.
No obstante, deberíamos tener en cuenta a la hora de valorar la situación que vivimos en un entorno en el que desee quiera alcanzar puestos de poder raramente puede hacerlo sin echar mano de la mentira. Así, quienes aspiran a subir por la escala del poder han de difundir una imagen, a menudo alejada de la real, para poder jugar sus bazas con eficacia en unos medios de comunicación de masas que priman la representación sobre la realidad. Como advierte Fernández Dols, “la vida pública actual se ha convertido en un sistema con reglas propias muy opacas. Al final, lo único que conoces de la persona a la que votas es su imagen pública. Sabes más de la persona a la que le compras el pan que a la que eliges como presidente de gobierno o a la que votas en una junta de accionistas” Y esa es otra gran constante de nuestros tiempos: cuanto más datos tenemos, menos sabemos; cuanta más información hay, más opaco resulta el acceso a una evaluación efectiva”.
Y el asunto se complica aún más en la medida en que quien logra acceder a los lugares de poder suele tener que transitar previamente por los pasillos de las grandes organizaciones (partidos políticos, empresas, etc.) donde ha de saber manejar distintos grupos de interés, gestionar luchas internas y apoyarse en aquellos que le pueden ayudar, algo que no puede hacerse eficazmente sin un uso astuto de la mentira. Y esto es aún más cierto, señala Fernández Dols, “en países de meritocracia débil como España, donde los criterios de mérito no son evaluados en cuanto tales sino en función de la pertenencia a determinados grupos. En todas las organizaciones quienes triunfan son buenos navegadores sociales, pero no pueden ser sólo eso, sino que deben poseer cualidades objetivas y contrastables. Pero no suele ser así, y menos aún en España, donde los mecanismos de contrastación son muy débiles”.
La mentira, una herramienta más eficaz que la verdad
Para Antonio Alonso, profesor de relaciones exteriores de España de la Universidad CEU San Pablo, este modo de funcionamiento resulta del todo contraproducente, ya que no sólo es posible llegar al poder sin necesidad de recurrir a la mentira sino que “la persona que se presenta ante el público sin mentir adquiere un estupendo crédito, mientras que quien dice hoy una cosa y mañana la contraria pierde adeptos (o clientes) rápidamente. Para Alonso lo importante no es tanto decir la verdad cuanto ser sincero, es decir, “presentarse ante los demás cómo alguien íntegro y honesto”. Y ésa es una cualidad “que no se construye de la noche a la mañana, sino que requiere de un crédito que sólo puede conseguirse con el paso del tiempo. Como todas las cosas buenas en la vida, cuesta mucho levantarlas y poco destruirlas”. Coincide Diego Vicente, profesor de Comportamiento Organizacional en IE Business School, quien señala que sólo triunfan de verdad aquellos con quienes la gente es capaz de comprometerse, algo que es posible únicamente si se logra generar confianza. Y eso descarta la mentira”.
El problema aparece, sin embargo, porque la mentira parece resultar mucho más eficaz que la verdad. Hay múltiples casos que lo demuestran, desde el presidente de gobierno que justifica la invasión de otro país porque éste posee armas de destrucción masiva hasta el dirigente político que niega insistentemente la existencia de la crisis económica pasando por los guionistas de una serie que para crear expectativas respecto de su capítulo final realizan declaraciones falsas. Todos ellos consiguieron lo que pretendían: EEUU invadió Irak, Zapatero consiguió ser reelegido y los datos de audiencia del final de Perdidos fueron positivos; cuando se hizo evidente para una gran mayoría de la población que habían sido engañados, quienes mintieron ya habían alcanzado sus propósitos. De modo que quizá haya que preguntarse hasta qué punto actuaciones tan negativas éticamente obtienen el castigo que merecen.
Según Diego Vicente, no es tan claro que la mentira acabe rentando, ya que “si bien es cierto que los resultados se pueden alcanzar trampeando, a la larga ese tipo de actuaciones terminan pasando factura. No somos tan tontos como para que nos engañen siempre. La mentira puede sacar de un problema a corto plazo, pero a medio y largo no funciona”. En el mismo sentido se pronuncia Alonso, para quien este tipo de planteamientos sólo triunfa en esos escenarios cortoplacistas, ya que “la mentira tiene las piernas muy cortas”. Así, “la victoria de Obama debe mucho al voto de castigo a Bush, las mentiras de Solbes sobre la crisis en el debate con Pizarro no le salvaron de ser despedido un año después, y estamos viendo cómo la actitud de Zapatero le está pasando ya factura”.
La efectividad del engaño, para Vicente, depende mucho de factores que tienen poco que ver con la correspondencia entre afirmaciones y hechos, como suele ser el beneficio que se puede obtener. “Así, cuando Zapatero concurrió a las elecciones de 2008, mucha gente no quería escuchar que había crisis, que nos estaba yendo fatal, que nos iba a ir aún peor y que España era ya uno de los últimos países de la UE. Por eso no les pasaron factura al presidente las mentiras que profirió”. Es en ese sentido que Vicente asegura “que la responsabilidad de las mentiras de Zapatero y de Bush no es principalmente suya: el problema es nuestro, porque nos las creímos”.
miércoles, 19 de mayo de 2010
"España estaba quebrada el pasado 7 de mayo"
19
EL MERCADO CERRÓ EL GRIFO
"España estaba quebrada el pasado 7 de mayo"
El mercado cerró el grifo a la deuda pública y privada de España entre el 3 y 7 de mayo. Los inversores llegaron a rechazar tipos de interés del 18%. "España se encontraba quebrada", según el presidente del IEE, José Luis Feito. El defcon 1 se activó. Bruselas y el FMI acudieron al rescate ese fin de semana.
Ibex-35
Última actualización:
19/05/2010
17:36
Último: 9.376,50
Dif%: -2,61
Inf. diferida 15 minutos © fuente infobolsa
MANUEL LLAMAS
¿Qué sucedió entre el 3 y el 7 de mayo? Durante la segunda semana negra del Ibex 35 –la primera aconteció el pasado febrero– la bolsa española llegó a perder casi un 14%, hasta situarse en el nivel de los 9.000 puntos, arrastrada, sobre todo, por la banca española.
No fue el único. También fue la semana en la que cayeron a plomo las bolsas europeas al tiempo que se disparaban a niveles máximos las primas de riesgo de la deuda de España y Portugal. De hecho, el pánico a la quiebra de países de la zona euro –incluida España– provocó el mayor descalabro intradía de Wall Street desde los años 80 –llegó a caer casi un 10% en apenas cinco minutos–.
En esos días de alta tensión fue también cuando saltó el rumor de que el Gobierno español estaba estudiando la posibilidad de solicitar un rescate a Bruselas próximo a los 280.000 millones de euros. Y, curiosamente, poco después (el fin de semana del 8 y 9 de mayo) dicho rescate tuvo lugar tras una reunión extraordinaria de los líderes de la zona euro en la que se acordaba, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), la aprobación de un mega plan, dotado con 750.000 millones de euros, para evitar la quiebra de países.
Los datos anteriores ponen de relieve no sólo el miedo real a que la crisis de deuda pública en Grecia se trasladara al resto de economías periféricas de la zona euro, los conocidos PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, España y Grecia), sino que, realmente, dicho contagio tuvo lugar. España se encontró en situación de insolvencia y, dado el tamaño de su economía (cinco veces superior a la griega), tuvo que ser rescatada in extremis para no arrastrar consigo a sus acreedores (Alemania y Francia).
¿Cómo constatar tal afirmación? La Junta Directiva de la CEOE (patronal de empresarios) lo expuso con meridiana claridad en su reunión del pasado miércoles, poniendo voz a lo que muchos no se atreven a decir. El presidente de la Comisión de Economía de CEOE y del Instituto de Estudios Económicos (IEE), José Luis Feito, no dudó en calificar la situación vivida entre el 3 y el 7 de mayo de "dramática".
De hecho, afirmó: "El viernes pasado (en referencia al 7 de mayo) España se encontraba quebrada, porque no había ninguna financiera que comprara deuda o bonos españoles, ni públicos ni privados, aunque se llegó a ofrecer tipos de interés cercanos al 18%", tal y como recoge José María Triper en elEconomista. Es decir, el mercado internacional cerró por completo el grifo de la financiación no sólo al Tesoro sino también al sector privado –bancos y cajas españoles–.
Y si caía España, "ello supondría la quiebra de los países del euro", alertó Feito, ya que arrastraría a la insolvencia al sistema financiero alemán y francés. Así pues, fue la situación de quiebra técnica de España la que obligó a poner en marcha el plan de rescate extraordinario aprobado en Bruselas en la madrugada del lunes 10 de mayo, horas antes de que abrieran las bolsas europeas.
Rescate
Ese lunes fue, precisamente, cuando el Ibex registró la mayor subida de su historia (más de un 14%), impulsada por los avances de la banca –con subidas superiores incluso al 20%–. No es para menos si se tiene en cuenta que España estaba en quiebra técnica el viernes y 48 horas después había sido rescatada al contar con el aval de los países más fuertes de la zona euro (Alemania y Francia) y la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) –mecanismo inédito en la historia de este organismo–.
Sin embargo, desde entonces los líderes europeos –sobre todo el español– insisten en que todas estas medidas extraordinarias se adoptaron para defender al euro de los ataques especulativos, ocultando así a la población que, en realidad, la debilidad de la divisa única respondía a la situación de quiebra técnica de países miembros, como es el caso de España.
Pero España no sólo fue rescatada el domingo 9 de mayo, sino también intervenida, de ahí el drástico cambio de rumbo aplicado por el Gobierno en su política económica. Las condiciones de Bruselas y Washington eran claras: España debía y debe reducir el gasto público para ir cerrando la brecha fiscal, así como aprobar reformas estructurales (mercado laboral y pensiones) para impulsar el crecimiento económico.
Ahora bien, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? La situación se veía venir desde hace meses. El Gobierno había logrado hasta ahora colocar deuda pública gracias a un particular mecanismo de financiación indirecta por parte del BCE. En esencia, tal y como avanzó LD el pasado septiembre, pese a las reticencias de los inversores extranjeros a comprar bonos españoles, el Ejecutivo logró disparar su deuda pública gracias a los bancos y cajas españoles.
El BCE financia el déficit español
Las masivas inyecciones de liquidez a la banca europea por parte del BCE desde la quiebra de Lehamn Brothers a finales de 2008 fueron aprovechadas por las entidades nacionales para adquirir deuda pública (productos, en teoría, de menor riesgo) y sacar beneficio del arbitraje de tipos: las entidades pedían dinero a corto al BCE al 1%, tipo de interés prácticamente nulo, e invertían en bonos a una rentabilidad mayor, al tiempo que estos títulos servían de garantía para sus activos.
Una operación financiera redonda por la cual el Gobierno lograba colocar su masiva emisión de deuda. Los bancos, en teoría, mejoraban su liquidez y el Gobierno español lograba financiación para cubrir su creciente déficit público (del 11,2% del PIB en 2009). Pero la fiesta se acabó cuando el BCE comenzó a cerrar el grifo.
Los factores que permitieron el estallido de la tormenta perfecta coincidieron en el tiempo: la crisis de deuda griega, la creciente restricción de liquidez por parte del BCE, el abultado déficit de España, el récord de emisión de deuda del Tesoro, las necesidades de refinanciación a corto plazo por pate del Gobierno (cerca de 225.000 millones de euros en 2010), la proximidad del día D para la deuda española (el próximo julio), la ausencia de reformas, el estancamiento económico, la falta de reestructuración financiera, el gran apalancamiento de bancos y cajas con el exterior (tienen que refinanciar cerca de 85.000 millones en 2010, otros tantos en 2011 y unos 100.000 en 2012), la creciente exposición de estas mismas entidades a la deuda española...
Fuente: Ministerio de Economía y RSS News
Todo sumó para acrecentar hasta límites insospechados el rechazo de la deuda pública y privada nacional por parte de los inversores. Así, el "vende España" y el "no" a deuda española (pública y privada) fueron los mensajes que dominaron los mercados bursátiles durante aquellos días, hasta situar a España en situación técnica de insolvencia financiera. Los gráficos no dejan lugar a dudas sobre la trampa de deuda en la que ha caído el país.
El Gobierno disparó el gasto público desde inicios de 2009 bajo el argumento de que los "estímulos" permitirían el inicio de la recuperación económica. Dicho gasto se materializó en un déficit público histórico y en la consiguiente emisión récord de deuda, que el Tesoro logró colocar en el sistema financiero español con la inestimable ayuda del BCE.
Fuente: Ministerio de Economía y RSS News
Tan sólo entre junio y julio de 2009 bancos y cajas adquirieron del BCE 24.000 millones de euros que fueron a parar casi íntegramente a las arcas del Estado, restringiendo así aún más el crédito a empresas y familias. De este modo, el acaparamiento de crédito por parte del Gobierno generó un efecto expulsión (crowding out) que agravó la ya de por sí intensa restricción crediticia que sufría el sector privado (credit crunch).
Este fenómeno prosiguió en el tiempo: en la actualidad, bancos y cajas acumulan una deuda con el BCE próxima a los 80.000 millones de euros. Un dinero que, en gran medida, ha sido invertido en deuda nacional hoy degradada (de menor calidad) por las agencias de calificación de riesgo.
Fuente gráfica: Financial Times
Fue, precisamente, la rebaja aplicada por Standars and Poor’s (S&P) el pasado 29 de abril la que hizo saltar las alarmas. Y es que, dicha degradación encareció, al mismo tiempo, no sólo la emisión de deuda gubernamental sino también privada, ya que los bonos del Tesoro son considerados los activos de menor riesgo en el mercado. La rebaja de la nota al país se tradujo automáticamente en una rebaja al resto de las empresas españolas.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el sistema financiero español debe mucho dinero al exterior, con lo que se vio afectada tanto por la presión del interbancario (en donde los bancos se prestan dinero entre sí) como por la degradación de la deuda española acumulada en sus balances. De hecho, es aquí donde entra en juego el BCE. Los bancos centrales de la zona euro han comenzado a comprar directamente deuda pública española a las entidades (mercado secundario) como mecanismo adicional para inyectar liquidez.
Así pues, la quiebra del país estuvo servida. El mercado cerró el crédito a España. La pregunta avanzada por LD el pasado septiembre ya tiene respuesta: ¿Quién salvará a España cuando el BCE cierre el grifo? Bruselas, Washington (FMI) y hasta el propio BCE, violando, eso sí, sus principios básicos de funcionamiento.
EL MERCADO CERRÓ EL GRIFO
"España estaba quebrada el pasado 7 de mayo"
El mercado cerró el grifo a la deuda pública y privada de España entre el 3 y 7 de mayo. Los inversores llegaron a rechazar tipos de interés del 18%. "España se encontraba quebrada", según el presidente del IEE, José Luis Feito. El defcon 1 se activó. Bruselas y el FMI acudieron al rescate ese fin de semana.
Ibex-35
Última actualización:
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Inf. diferida 15 minutos © fuente infobolsa
MANUEL LLAMAS
¿Qué sucedió entre el 3 y el 7 de mayo? Durante la segunda semana negra del Ibex 35 –la primera aconteció el pasado febrero– la bolsa española llegó a perder casi un 14%, hasta situarse en el nivel de los 9.000 puntos, arrastrada, sobre todo, por la banca española.
No fue el único. También fue la semana en la que cayeron a plomo las bolsas europeas al tiempo que se disparaban a niveles máximos las primas de riesgo de la deuda de España y Portugal. De hecho, el pánico a la quiebra de países de la zona euro –incluida España– provocó el mayor descalabro intradía de Wall Street desde los años 80 –llegó a caer casi un 10% en apenas cinco minutos–.
En esos días de alta tensión fue también cuando saltó el rumor de que el Gobierno español estaba estudiando la posibilidad de solicitar un rescate a Bruselas próximo a los 280.000 millones de euros. Y, curiosamente, poco después (el fin de semana del 8 y 9 de mayo) dicho rescate tuvo lugar tras una reunión extraordinaria de los líderes de la zona euro en la que se acordaba, junto al Fondo Monetario Internacional (FMI), la aprobación de un mega plan, dotado con 750.000 millones de euros, para evitar la quiebra de países.
Los datos anteriores ponen de relieve no sólo el miedo real a que la crisis de deuda pública en Grecia se trasladara al resto de economías periféricas de la zona euro, los conocidos PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, España y Grecia), sino que, realmente, dicho contagio tuvo lugar. España se encontró en situación de insolvencia y, dado el tamaño de su economía (cinco veces superior a la griega), tuvo que ser rescatada in extremis para no arrastrar consigo a sus acreedores (Alemania y Francia).
¿Cómo constatar tal afirmación? La Junta Directiva de la CEOE (patronal de empresarios) lo expuso con meridiana claridad en su reunión del pasado miércoles, poniendo voz a lo que muchos no se atreven a decir. El presidente de la Comisión de Economía de CEOE y del Instituto de Estudios Económicos (IEE), José Luis Feito, no dudó en calificar la situación vivida entre el 3 y el 7 de mayo de "dramática".
De hecho, afirmó: "El viernes pasado (en referencia al 7 de mayo) España se encontraba quebrada, porque no había ninguna financiera que comprara deuda o bonos españoles, ni públicos ni privados, aunque se llegó a ofrecer tipos de interés cercanos al 18%", tal y como recoge José María Triper en elEconomista. Es decir, el mercado internacional cerró por completo el grifo de la financiación no sólo al Tesoro sino también al sector privado –bancos y cajas españoles–.
Y si caía España, "ello supondría la quiebra de los países del euro", alertó Feito, ya que arrastraría a la insolvencia al sistema financiero alemán y francés. Así pues, fue la situación de quiebra técnica de España la que obligó a poner en marcha el plan de rescate extraordinario aprobado en Bruselas en la madrugada del lunes 10 de mayo, horas antes de que abrieran las bolsas europeas.
Rescate
Ese lunes fue, precisamente, cuando el Ibex registró la mayor subida de su historia (más de un 14%), impulsada por los avances de la banca –con subidas superiores incluso al 20%–. No es para menos si se tiene en cuenta que España estaba en quiebra técnica el viernes y 48 horas después había sido rescatada al contar con el aval de los países más fuertes de la zona euro (Alemania y Francia) y la compra de deuda pública por parte del Banco Central Europeo (BCE) –mecanismo inédito en la historia de este organismo–.
Sin embargo, desde entonces los líderes europeos –sobre todo el español– insisten en que todas estas medidas extraordinarias se adoptaron para defender al euro de los ataques especulativos, ocultando así a la población que, en realidad, la debilidad de la divisa única respondía a la situación de quiebra técnica de países miembros, como es el caso de España.
Pero España no sólo fue rescatada el domingo 9 de mayo, sino también intervenida, de ahí el drástico cambio de rumbo aplicado por el Gobierno en su política económica. Las condiciones de Bruselas y Washington eran claras: España debía y debe reducir el gasto público para ir cerrando la brecha fiscal, así como aprobar reformas estructurales (mercado laboral y pensiones) para impulsar el crecimiento económico.
Ahora bien, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? La situación se veía venir desde hace meses. El Gobierno había logrado hasta ahora colocar deuda pública gracias a un particular mecanismo de financiación indirecta por parte del BCE. En esencia, tal y como avanzó LD el pasado septiembre, pese a las reticencias de los inversores extranjeros a comprar bonos españoles, el Ejecutivo logró disparar su deuda pública gracias a los bancos y cajas españoles.
El BCE financia el déficit español
Las masivas inyecciones de liquidez a la banca europea por parte del BCE desde la quiebra de Lehamn Brothers a finales de 2008 fueron aprovechadas por las entidades nacionales para adquirir deuda pública (productos, en teoría, de menor riesgo) y sacar beneficio del arbitraje de tipos: las entidades pedían dinero a corto al BCE al 1%, tipo de interés prácticamente nulo, e invertían en bonos a una rentabilidad mayor, al tiempo que estos títulos servían de garantía para sus activos.
Una operación financiera redonda por la cual el Gobierno lograba colocar su masiva emisión de deuda. Los bancos, en teoría, mejoraban su liquidez y el Gobierno español lograba financiación para cubrir su creciente déficit público (del 11,2% del PIB en 2009). Pero la fiesta se acabó cuando el BCE comenzó a cerrar el grifo.
Los factores que permitieron el estallido de la tormenta perfecta coincidieron en el tiempo: la crisis de deuda griega, la creciente restricción de liquidez por parte del BCE, el abultado déficit de España, el récord de emisión de deuda del Tesoro, las necesidades de refinanciación a corto plazo por pate del Gobierno (cerca de 225.000 millones de euros en 2010), la proximidad del día D para la deuda española (el próximo julio), la ausencia de reformas, el estancamiento económico, la falta de reestructuración financiera, el gran apalancamiento de bancos y cajas con el exterior (tienen que refinanciar cerca de 85.000 millones en 2010, otros tantos en 2011 y unos 100.000 en 2012), la creciente exposición de estas mismas entidades a la deuda española...
Fuente: Ministerio de Economía y RSS News
Todo sumó para acrecentar hasta límites insospechados el rechazo de la deuda pública y privada nacional por parte de los inversores. Así, el "vende España" y el "no" a deuda española (pública y privada) fueron los mensajes que dominaron los mercados bursátiles durante aquellos días, hasta situar a España en situación técnica de insolvencia financiera. Los gráficos no dejan lugar a dudas sobre la trampa de deuda en la que ha caído el país.
El Gobierno disparó el gasto público desde inicios de 2009 bajo el argumento de que los "estímulos" permitirían el inicio de la recuperación económica. Dicho gasto se materializó en un déficit público histórico y en la consiguiente emisión récord de deuda, que el Tesoro logró colocar en el sistema financiero español con la inestimable ayuda del BCE.
Fuente: Ministerio de Economía y RSS News
Tan sólo entre junio y julio de 2009 bancos y cajas adquirieron del BCE 24.000 millones de euros que fueron a parar casi íntegramente a las arcas del Estado, restringiendo así aún más el crédito a empresas y familias. De este modo, el acaparamiento de crédito por parte del Gobierno generó un efecto expulsión (crowding out) que agravó la ya de por sí intensa restricción crediticia que sufría el sector privado (credit crunch).
Este fenómeno prosiguió en el tiempo: en la actualidad, bancos y cajas acumulan una deuda con el BCE próxima a los 80.000 millones de euros. Un dinero que, en gran medida, ha sido invertido en deuda nacional hoy degradada (de menor calidad) por las agencias de calificación de riesgo.
Fuente gráfica: Financial Times
Fue, precisamente, la rebaja aplicada por Standars and Poor’s (S&P) el pasado 29 de abril la que hizo saltar las alarmas. Y es que, dicha degradación encareció, al mismo tiempo, no sólo la emisión de deuda gubernamental sino también privada, ya que los bonos del Tesoro son considerados los activos de menor riesgo en el mercado. La rebaja de la nota al país se tradujo automáticamente en una rebaja al resto de las empresas españolas.
En este sentido, hay que tener en cuenta que el sistema financiero español debe mucho dinero al exterior, con lo que se vio afectada tanto por la presión del interbancario (en donde los bancos se prestan dinero entre sí) como por la degradación de la deuda española acumulada en sus balances. De hecho, es aquí donde entra en juego el BCE. Los bancos centrales de la zona euro han comenzado a comprar directamente deuda pública española a las entidades (mercado secundario) como mecanismo adicional para inyectar liquidez.
Así pues, la quiebra del país estuvo servida. El mercado cerró el crédito a España. La pregunta avanzada por LD el pasado septiembre ya tiene respuesta: ¿Quién salvará a España cuando el BCE cierre el grifo? Bruselas, Washington (FMI) y hasta el propio BCE, violando, eso sí, sus principios básicos de funcionamiento.
De dios a bufón en un clic
De dios a bufón en un clic
La reputación 'online' está en alza - La Red bulle de rumores y las empresas contratan a consultoras para limpiar su nombre
MIGUEL CALZADA / SANTIAGO GIMENO 19/05/2010
El prestigio siempre ha sido algo de lo que preocuparse. Construir una identidad sin mácula era tarea de una vida, incluso de varias. En tiempos medievales bastaba echar una ojeada al escudo de armas, que garantizaba el buen nombre del portador. Yelmos y flores de lis fueron sustituidos por los contactos, gente importante que respaldaba la propia fama. Hoy, Internet se ha apropiado de las herramientas para labrarse una buena reputación. Ni cartas de recomendación ni blasones familiares. El linaje ha sido sustituido por el historial de Google.
Improperios 'made in' Google
Difamar no siempre sale gratis
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
"Los jefes buscan en Internet algo que te haga prescindible", dice un experto
"El riesgo es el linchamiento", opina un psicólogo de empresa
La notoriedad nunca fue tan democrática como ahora. Cualquiera puede acceder a la Red y defenderse en ella sin dinero ni intermediarios. Sólo méritos y un público casi ilimitado. Pero al igual que en la Edad Media, los mentideros bullen de rumores que se extienden como la pólvora y que, también de manera democrática, salpican las reputaciones.
"Antes, si crecías en un pueblo, sabías quién era hijo de quién y, si te metías en líos, todos se enteraban. Ahora, ese pueblo es Facebook o Twitter. Si cometes un error, todos lo saben". Andy Beal es uno de los mayores expertos mundiales en reputación online y ha asesorado, entre otros, a Microsoft y Motorola. Asegura que los jefes consultan Google y Facebook para saber más sobre sus empleados: "Al menos una vez al año, supervisarán tu actividad online para encontrar algo que pueda hacerte prescindible. Muchos mánager se hacen amigos tuyos en las redes sociales para vigilarte".
Beal es el creador de Trackur, un programa que busca identidades en Internet para averiguar lo que se está diciendo de ellas. Es una iniciativa semejante a la de Twinfluence, web que utiliza Twitter (portal donde se pueden publicar comentarios de hasta 140 caracteres) para determinar la popularidad de cada usuario, a cuánta gente llegan sus mensajes.
Medir la reputación y mejorarla es tarea de profesionales. En España, despuntan las primeras consultoras especializadas. Estudian la presencia en Internet de la empresa, institución o particular que les contrata y generan contenido positivo sobre ellas (texto, fotos y vídeos sobre lo que hacen y dicen, cuanto más, mejor). Si el daño ya está hecho, solicitan a blogs, foros y webs que retiren los comentarios injuriosos sobre sus clientes.
En Overalia, trabajan sobre todo con pymes. "Las empresas son conscientes de que Google les afecta. Cuando encuentran informaciones sobre ellos creadas por otros, se preocupan", explica Victor Puig, director de contenidos, que ofrece el siguiente ejemplo: "Un señor llega a una compañía y su mala gestión la lleva a la quiebra. La gente le critica en la Red. Si intenta crear otra empresa, tendrá problemas. Al buscarle en Google, su perfil arrastrará esas críticas".
Esto se conoce como "crisis de marca", y es la especialidad de la consultora Customer Hunt. Oriol Gifra, su director, ha trabajado con cantantes, políticos y también con un empresario que perdía hasta 100.000 euros a la semana por un solo insulto anónimo en un foro: "Los proveedores anulaban pedidos, el banco le negaba la ampliación de la póliza de seguros e incluso le costaba que alguien se presentara para una entrevista de trabajo".
¿Existen quitamanchas? "El 90% de las ofensas vienen de los foros. Les pedimos que retiren los comentarios. Muchos se niegan, alegando que no están obligados. Por eso, no prometemos nada. A corto plazo, es muy difícil solucionar algo. Hay clientes que se creen que esto es apretar un botón y ya está", asegura Gifra.
Se puede gestionar la reputación en Internet sin recurrir a expertos. Para hacerlo hay que sumergirse en un sinfín de webs en las que se pone nota a compañeros de trabajo, amigos y hasta a completos desconocidos. Todavía en pruebas, Unvarnished ("sin barniz", en español) permite publicar comentarios sobre jefes y colegas de manera anónima. Se puntúan las diferentes aptitudes (productividad, sociabilidad...) y se ofrece una valoración general (de una a cinco estrellas). Después, se escribe a voluntad: "Nunca consiguió hacer nada. Se dedicó a hacer la pelota y a desperdiciar sus años en la empresa". Es uno de los comentarios que pueden leerse en el perfil de un directivo de Google. Es imposible saber quién fue el rencoroso autor y tampoco puede borrarse.
Esta oportunidad para vengarse ha llevado a The New York Times a calificar a Unvarnished como "la pared de un baño en el que todo el mundo puede entrar". Sin embargo, casi todas las pintadas son positivas. En muchas ocasiones, los que son amigos en Facebook se valoran mutuamente con la máxima puntuación, en una complicidad interesada. Peter Kazanjy, fundador de Unvarnished, explica que la mejor manera de controlar tu reputación es conectar con los demás: "Pedir a personas que te conocen que escriban sobre ti. Agradecer esos mensajes, matizarlos o incluso desmentirlos". Es posible replicar a una crítica y ofrecer argumentos que cuestionen su veracidad, así como invitar a otros compañeros para que te defiendan.
No en todas las webs hay tanto control. Formspring y Jerk se centran en la reputación personal y apuestan porque el círculo de confianza del usuario entre a valorar sus aspectos más íntimos. Preguntas como: "¿Es Mary sensible, es leal, está enamorada?". Abundan las obscenidades y las salidas de tono, también los perfiles falsos, como uno sobre el Papa. El vertedero de la reputación se encuentra en Jerk, donde existe un top 100 de "estúpidos". Gente real que es duramente insultada, a menudo por desconocidos. Hay una sección de pujas en la que se ofrece dinero para que alguien resulte elegido "estúpido del día" (también hay del mes y del año). El que paga más, decide quién será humillado en la plaza pública.
El escarnio de la reputación existe, pero también su monetarización. En The Whuffie Bank quieren sustituir el dólar por el whuffie, una forma de pago virtual. Miden el prestigio basándose en la influencia que tienen los usuarios a través de su cuenta de Twitter, y en breve esperan dar el salto a Facebook. No intentan responder a "quién tiene más reputación que quién", sino determinar la especialización de cada uno. Si alguien demuestra que es un líder de opinión en un tema, le otorgan el título y una buena cantidad de moneda virtual. ¿Para qué sirve? "El día de mañana podrás saber qué 10 personas saben más de fútbol en tu ciudad o quién sabe más de Los Simpson en tu barrio. Si alguien tiene muchos whuffies en Barcelona sobre Messi, podrá canjear su moneda por un descuento en Adidas", afirma Santiago Siri, uno de los fundadores. ¿El resultado? Una economía de reputación con forma de sofocracia o gobierno de sabios a la que todo el mundo tenga acceso. "Una que cumpla la máxima de Marx: 'de cada uno según sus capacidades, a cada uno de acuerdo con sus necesidades".
Existe también una versión ONG, promovida por Amnistía Internacional. Tyrannybook es un Facebook para criticar a "los líderes que no respetan los derechos humanos". Los amigos se llaman "aliados" y se unen en grupos como "los 20 peores dictadores que siguen con vida", en una clasificación encabezada por el norcoreano Kim Jong-il y en la que aparecen también Ahmadineyad (Irán) o Hu Jintao, presidente de China.
Eduardo Press, psicólogo especializado en conflictos laborales, recomienda separar la herramienta del uso que se hace de ella ("con un martillo puedo clavar un clavo o romperte la cabeza"), pero se centra en los riesgos: "Al carecer de reglas, todo queda ligado a la responsabilidad, que se diluye con el anonimato. El riesgo es el linchamiento. Destruir una reputación siempre es más fácil y lleva menos tiempo que construirla".
La mayoría de los expertos minimizan los riesgos y se sienten molestos por la distorsión mediática: "El miedo vende", dice Neus Arqués, de la consultora Manfatta. "Antes, para llegar a grandes audiencias, hacía falta dinero para pagar a un responsable de comunicación. Ahora, cualquiera, incluso un autónomo, puede llegar más allá de su barrio".
No todos los rumores son infundados. "Hay gente que merece su mala fama", afirma Victor Puig, de Overalia. Pero incluso estos, señala Oriol Gifra, de Customer Hunt, tienen derecho a limpiar su reputación: "Esto es como si van a un abogado: yo les defenderé, sean inocentes o no".
¿Cómo hacer para no perder el buen nombre en el lodazal de insultos anónimos que puede ser la Red? Jeremiah Owyang se presenta como "estratega web" y es columnista de Forbes: "Debes apropiarte de tu nombre en Internet antes de que otro lo haga". Blindarse ante posibles ataques,tal y como hace la Casa del Rey, que ha ido comprando y cerrando los dominios web con el nombre de los hijos del Príncipe y las Infantas a medida que estos nacían. Pero ni siquiera esto es suficiente. La mujer del hombre más poderoso del planeta, Michelle Obama, tuvo que soportar hace meses cómo una foto suya se asociaba en Google a la palabra monkey (mono) y a un montaje fotográfico de un simio con su rostro.
En el medievo, bastaba un mal lance en batalla para perder la vida. Si el caballero no había dejado descendencia, desaparecía su nombre. Hoy, quien deja huella en Internet lo hace para siempre. Borrarse de las redes sociales no garantiza nada, la información sigue ahí. ¿Hay esperanza si la losa de la reputación resulta demasiado pesada? En la web Seppukoo (cuyo nombre hace referencia a una modalidad de haraquiri) ofrecen suicidios virtuales gratuitos. Un clic y el perfil de Facebook se convierte en un epitafio. Pero también después de muerto, los demás opinarán sobre el difunto y dejarán sus condolencias. En este cementerio ya hay 20.000 lápidas.
La reputación 'online' está en alza - La Red bulle de rumores y las empresas contratan a consultoras para limpiar su nombre
MIGUEL CALZADA / SANTIAGO GIMENO 19/05/2010
El prestigio siempre ha sido algo de lo que preocuparse. Construir una identidad sin mácula era tarea de una vida, incluso de varias. En tiempos medievales bastaba echar una ojeada al escudo de armas, que garantizaba el buen nombre del portador. Yelmos y flores de lis fueron sustituidos por los contactos, gente importante que respaldaba la propia fama. Hoy, Internet se ha apropiado de las herramientas para labrarse una buena reputación. Ni cartas de recomendación ni blasones familiares. El linaje ha sido sustituido por el historial de Google.
Improperios 'made in' Google
Difamar no siempre sale gratis
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
"Los jefes buscan en Internet algo que te haga prescindible", dice un experto
"El riesgo es el linchamiento", opina un psicólogo de empresa
La notoriedad nunca fue tan democrática como ahora. Cualquiera puede acceder a la Red y defenderse en ella sin dinero ni intermediarios. Sólo méritos y un público casi ilimitado. Pero al igual que en la Edad Media, los mentideros bullen de rumores que se extienden como la pólvora y que, también de manera democrática, salpican las reputaciones.
"Antes, si crecías en un pueblo, sabías quién era hijo de quién y, si te metías en líos, todos se enteraban. Ahora, ese pueblo es Facebook o Twitter. Si cometes un error, todos lo saben". Andy Beal es uno de los mayores expertos mundiales en reputación online y ha asesorado, entre otros, a Microsoft y Motorola. Asegura que los jefes consultan Google y Facebook para saber más sobre sus empleados: "Al menos una vez al año, supervisarán tu actividad online para encontrar algo que pueda hacerte prescindible. Muchos mánager se hacen amigos tuyos en las redes sociales para vigilarte".
Beal es el creador de Trackur, un programa que busca identidades en Internet para averiguar lo que se está diciendo de ellas. Es una iniciativa semejante a la de Twinfluence, web que utiliza Twitter (portal donde se pueden publicar comentarios de hasta 140 caracteres) para determinar la popularidad de cada usuario, a cuánta gente llegan sus mensajes.
Medir la reputación y mejorarla es tarea de profesionales. En España, despuntan las primeras consultoras especializadas. Estudian la presencia en Internet de la empresa, institución o particular que les contrata y generan contenido positivo sobre ellas (texto, fotos y vídeos sobre lo que hacen y dicen, cuanto más, mejor). Si el daño ya está hecho, solicitan a blogs, foros y webs que retiren los comentarios injuriosos sobre sus clientes.
En Overalia, trabajan sobre todo con pymes. "Las empresas son conscientes de que Google les afecta. Cuando encuentran informaciones sobre ellos creadas por otros, se preocupan", explica Victor Puig, director de contenidos, que ofrece el siguiente ejemplo: "Un señor llega a una compañía y su mala gestión la lleva a la quiebra. La gente le critica en la Red. Si intenta crear otra empresa, tendrá problemas. Al buscarle en Google, su perfil arrastrará esas críticas".
Esto se conoce como "crisis de marca", y es la especialidad de la consultora Customer Hunt. Oriol Gifra, su director, ha trabajado con cantantes, políticos y también con un empresario que perdía hasta 100.000 euros a la semana por un solo insulto anónimo en un foro: "Los proveedores anulaban pedidos, el banco le negaba la ampliación de la póliza de seguros e incluso le costaba que alguien se presentara para una entrevista de trabajo".
¿Existen quitamanchas? "El 90% de las ofensas vienen de los foros. Les pedimos que retiren los comentarios. Muchos se niegan, alegando que no están obligados. Por eso, no prometemos nada. A corto plazo, es muy difícil solucionar algo. Hay clientes que se creen que esto es apretar un botón y ya está", asegura Gifra.
Se puede gestionar la reputación en Internet sin recurrir a expertos. Para hacerlo hay que sumergirse en un sinfín de webs en las que se pone nota a compañeros de trabajo, amigos y hasta a completos desconocidos. Todavía en pruebas, Unvarnished ("sin barniz", en español) permite publicar comentarios sobre jefes y colegas de manera anónima. Se puntúan las diferentes aptitudes (productividad, sociabilidad...) y se ofrece una valoración general (de una a cinco estrellas). Después, se escribe a voluntad: "Nunca consiguió hacer nada. Se dedicó a hacer la pelota y a desperdiciar sus años en la empresa". Es uno de los comentarios que pueden leerse en el perfil de un directivo de Google. Es imposible saber quién fue el rencoroso autor y tampoco puede borrarse.
Esta oportunidad para vengarse ha llevado a The New York Times a calificar a Unvarnished como "la pared de un baño en el que todo el mundo puede entrar". Sin embargo, casi todas las pintadas son positivas. En muchas ocasiones, los que son amigos en Facebook se valoran mutuamente con la máxima puntuación, en una complicidad interesada. Peter Kazanjy, fundador de Unvarnished, explica que la mejor manera de controlar tu reputación es conectar con los demás: "Pedir a personas que te conocen que escriban sobre ti. Agradecer esos mensajes, matizarlos o incluso desmentirlos". Es posible replicar a una crítica y ofrecer argumentos que cuestionen su veracidad, así como invitar a otros compañeros para que te defiendan.
No en todas las webs hay tanto control. Formspring y Jerk se centran en la reputación personal y apuestan porque el círculo de confianza del usuario entre a valorar sus aspectos más íntimos. Preguntas como: "¿Es Mary sensible, es leal, está enamorada?". Abundan las obscenidades y las salidas de tono, también los perfiles falsos, como uno sobre el Papa. El vertedero de la reputación se encuentra en Jerk, donde existe un top 100 de "estúpidos". Gente real que es duramente insultada, a menudo por desconocidos. Hay una sección de pujas en la que se ofrece dinero para que alguien resulte elegido "estúpido del día" (también hay del mes y del año). El que paga más, decide quién será humillado en la plaza pública.
El escarnio de la reputación existe, pero también su monetarización. En The Whuffie Bank quieren sustituir el dólar por el whuffie, una forma de pago virtual. Miden el prestigio basándose en la influencia que tienen los usuarios a través de su cuenta de Twitter, y en breve esperan dar el salto a Facebook. No intentan responder a "quién tiene más reputación que quién", sino determinar la especialización de cada uno. Si alguien demuestra que es un líder de opinión en un tema, le otorgan el título y una buena cantidad de moneda virtual. ¿Para qué sirve? "El día de mañana podrás saber qué 10 personas saben más de fútbol en tu ciudad o quién sabe más de Los Simpson en tu barrio. Si alguien tiene muchos whuffies en Barcelona sobre Messi, podrá canjear su moneda por un descuento en Adidas", afirma Santiago Siri, uno de los fundadores. ¿El resultado? Una economía de reputación con forma de sofocracia o gobierno de sabios a la que todo el mundo tenga acceso. "Una que cumpla la máxima de Marx: 'de cada uno según sus capacidades, a cada uno de acuerdo con sus necesidades".
Existe también una versión ONG, promovida por Amnistía Internacional. Tyrannybook es un Facebook para criticar a "los líderes que no respetan los derechos humanos". Los amigos se llaman "aliados" y se unen en grupos como "los 20 peores dictadores que siguen con vida", en una clasificación encabezada por el norcoreano Kim Jong-il y en la que aparecen también Ahmadineyad (Irán) o Hu Jintao, presidente de China.
Eduardo Press, psicólogo especializado en conflictos laborales, recomienda separar la herramienta del uso que se hace de ella ("con un martillo puedo clavar un clavo o romperte la cabeza"), pero se centra en los riesgos: "Al carecer de reglas, todo queda ligado a la responsabilidad, que se diluye con el anonimato. El riesgo es el linchamiento. Destruir una reputación siempre es más fácil y lleva menos tiempo que construirla".
La mayoría de los expertos minimizan los riesgos y se sienten molestos por la distorsión mediática: "El miedo vende", dice Neus Arqués, de la consultora Manfatta. "Antes, para llegar a grandes audiencias, hacía falta dinero para pagar a un responsable de comunicación. Ahora, cualquiera, incluso un autónomo, puede llegar más allá de su barrio".
No todos los rumores son infundados. "Hay gente que merece su mala fama", afirma Victor Puig, de Overalia. Pero incluso estos, señala Oriol Gifra, de Customer Hunt, tienen derecho a limpiar su reputación: "Esto es como si van a un abogado: yo les defenderé, sean inocentes o no".
¿Cómo hacer para no perder el buen nombre en el lodazal de insultos anónimos que puede ser la Red? Jeremiah Owyang se presenta como "estratega web" y es columnista de Forbes: "Debes apropiarte de tu nombre en Internet antes de que otro lo haga". Blindarse ante posibles ataques,tal y como hace la Casa del Rey, que ha ido comprando y cerrando los dominios web con el nombre de los hijos del Príncipe y las Infantas a medida que estos nacían. Pero ni siquiera esto es suficiente. La mujer del hombre más poderoso del planeta, Michelle Obama, tuvo que soportar hace meses cómo una foto suya se asociaba en Google a la palabra monkey (mono) y a un montaje fotográfico de un simio con su rostro.
En el medievo, bastaba un mal lance en batalla para perder la vida. Si el caballero no había dejado descendencia, desaparecía su nombre. Hoy, quien deja huella en Internet lo hace para siempre. Borrarse de las redes sociales no garantiza nada, la información sigue ahí. ¿Hay esperanza si la losa de la reputación resulta demasiado pesada? En la web Seppukoo (cuyo nombre hace referencia a una modalidad de haraquiri) ofrecen suicidios virtuales gratuitos. Un clic y el perfil de Facebook se convierte en un epitafio. Pero también después de muerto, los demás opinarán sobre el difunto y dejarán sus condolencias. En este cementerio ya hay 20.000 lápidas.
martes, 18 de mayo de 2010
El peligro de quedar en manos del FMI
Rusia, Argentina, Corea, Indonesia... ¿España?
El peligro de quedar en manos del FMI
Debemos renegociar su deuda directamente con sus acreedores
Javier Benegas, 18 de mayo de 2010 a las 19:15
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Zapatero.
Todo cuanto algunos hemos venido advirtiendo sobre la quiebra del Estado, se va cumpliendo milimétricamente.
Y me viene a la cabeza la incredulidad de muchos cuando, ante las innumerables advertencias, sólo acertaban a balbucear que los estados no quiebran, pero eran incapaces de sostener tal afirmación mediante argumentos racionales.
Si en ocasiones ha existido la sensación de que el proceso se ralentizaba, ha sido por la estrategia de "Deuda Infinita", que no es otra cosa que gastar y pedir prestado para pagar lo gastado, y volver a gastar para volver a pedir, esto es: la huída hacia adelante.
Pero llega un punto en que esta estrategia se quiebra, no por no poder devolver lo debido - una vez más se pediría prestado -, sino por la extrema necesidad de liquidez que exige el pago inaplazable de los cada vez más abultados y apremiantes intereses de la deuda.
A esto hay que añadir que, en un mercado donde todos los países occidentales han de colocar ingentes cantidades de deuda, llega un momento en que no hay dinero suficiente para todos.
Y el que hay, antes se presta al tuerto que al ciego. Sin ir más lejos, hoy mismo el Tesoro ha tenido que pagar el doble de intereses para colocar tan sólo 6.435 millones de euros.
A día de hoy hay un rumor de fondo que apunta a que el dead line está ya a la vuelta de la esquina, concretamente este mismo verano, coincidiendo con el vencimiento de más de 24.000 millones de euros de deuda.
Entre tanto, Europa está cada vez más convulsa y es un hervidero de rumores que van desde la salida de Alemania y Francia del Euro, hasta la necesidad de un plan de salvamento gigantesco que, si hacemos la cuenta como es debido, duplicaría los 750.000 millones de euros que ahora mismo la UE y el FMI dicen tener preparado (dinero que habrá que ver si en verdad existe o se pintará para la ocasión).
Y, una vez más, el único termómetro con el que medimos la fiebre del enfermo son las bolsas. Seguimos miopes sin comprender que éstas fluctúan en función de las expectativas inmediatas, es decir: del negocio o, en su defecto, el riesgo a la vista.
Así, cuanto más se empeñe la UE en avalar la deuda de sus estados, más presión ejercerán los inversores sobre los bonos soberanos. Porque el inversor lo que busca es la rentabilidad a toda costa, no sumarse a planes de rescate a medio y largo plazo.
Es decir, lo que están haciendo tanto la UE como el FMI es ayudar a poner toda la atención sobre los bonos soberanos, o sea: cebar aún más la bomba.
En estos momentos nadie parece querer anticipar lo evidente. Todo lo más, hay quien alcanza a decir que vamos a vivir años dolorosos. Pero ese vaticinio se quedará corto cuando suframos la crisis en toda su intensidad. Porque, no se engañen, aún no ha empezado.
Lo que hemos estado viviendo estos dos años es un proceso de ajuste previo. Las crisis empiezan cuando toca pagar la facturas. Y a día de hoy, en lo que a nosotros respecta y sin que nos hayan girando aún la primera letra, el resultado es la quiebra técnica de las instituciones, la liquidación en curso del núcleo fundamental del Estado de bienestar, más de un millón de familias sin ingreso alguno, cinco millones de desempleados y un índice de miseria propio de sociedades del tercer mundo.
Por más que parezca que aún hay debate sobre las medidas a tomar, España ha sobrepasado el punto de no retorno, y lo hizo desde el mismo momento en que se aprobaron en el Congreso los últimos Presupuestos Generales del Estado. Ese fue el preciso instante en el que nos apuntamos a la sien y disparamos.
Todo lo que ha venido después no ha sido otra cosa que echar más y más tierra sobre el cadáver. De hecho, España está ya bajo el control directo de Alemania, Francia, China, EE.UU. y el FMI. Es decir, a los pies de los caballos. Pero nadie parece darse cuenta de la verdadera trascendencia del momento porque la economía es como un gran trasatlántico, y es muy difícil saber exactamente si esta virando por sí misma o sigue aún gobernada por la inercia.
Y ahora diré aquello que nadie se atreve a decir. España no debe echarse en brazos del FMI y la UE. Esa opción no es una opción. Si de lo que se trata es de poder levantarnos en un futuro no muy lejano, España debe renegociar su deuda directamente con sus acreedores, es decir, reestructurarla. Como lo oyen. Y hacerlo ya, al mismo tiempo que han de ser aprobadas, por la vía de urgencia, reformas estructurales, (políticas y económicas).
Porque está demostrado que todos aquellos estados que han tratado de refinanciar su deuda poniéndose en manos del FMI, han quedado sumidos en una profunda depresión económica, cuya duración tiende a infinito, véase los precedentes de Rusia, Argentina, Corea e Indonesia.
Casos todos ellos donde el FMI micro-gestionó sus crisis y las agravó, lo que el propio organismo reconoció en sus informes internos.
Ante todo, no debemos olvidar que España no es una empresa sino un estado, es decir, una sociedad y, por lo tanto, debe abordar sus problemas desde una perspectiva más amplia; económica sí, pero también desde una perspectiva política y social.
No podemos entregar nuestra política económica al FMI o la UE a cambio de evitar una coyuntural bancarrota, que es lo que ha hecho de facto Zapatero.
De lo contrario, cometeremos el error de perder el control sobre nuestra propia crisis, Y ello hará que, más pronto que tarde, la crisis económica desemboque en una crisis social de consecuencias imprevisibles.
Para finalizar, sólo me resta añadir una condición indispensable para poder ponernos manos a la obra: Zapatero debe estar fuera del Gobierno antes de que termine el verano.
El peligro de quedar en manos del FMI
Debemos renegociar su deuda directamente con sus acreedores
Javier Benegas, 18 de mayo de 2010 a las 19:15
/>
Zapatero.
Todo cuanto algunos hemos venido advirtiendo sobre la quiebra del Estado, se va cumpliendo milimétricamente.
Y me viene a la cabeza la incredulidad de muchos cuando, ante las innumerables advertencias, sólo acertaban a balbucear que los estados no quiebran, pero eran incapaces de sostener tal afirmación mediante argumentos racionales.
Si en ocasiones ha existido la sensación de que el proceso se ralentizaba, ha sido por la estrategia de "Deuda Infinita", que no es otra cosa que gastar y pedir prestado para pagar lo gastado, y volver a gastar para volver a pedir, esto es: la huída hacia adelante.
Pero llega un punto en que esta estrategia se quiebra, no por no poder devolver lo debido - una vez más se pediría prestado -, sino por la extrema necesidad de liquidez que exige el pago inaplazable de los cada vez más abultados y apremiantes intereses de la deuda.
A esto hay que añadir que, en un mercado donde todos los países occidentales han de colocar ingentes cantidades de deuda, llega un momento en que no hay dinero suficiente para todos.
Y el que hay, antes se presta al tuerto que al ciego. Sin ir más lejos, hoy mismo el Tesoro ha tenido que pagar el doble de intereses para colocar tan sólo 6.435 millones de euros.
A día de hoy hay un rumor de fondo que apunta a que el dead line está ya a la vuelta de la esquina, concretamente este mismo verano, coincidiendo con el vencimiento de más de 24.000 millones de euros de deuda.
Entre tanto, Europa está cada vez más convulsa y es un hervidero de rumores que van desde la salida de Alemania y Francia del Euro, hasta la necesidad de un plan de salvamento gigantesco que, si hacemos la cuenta como es debido, duplicaría los 750.000 millones de euros que ahora mismo la UE y el FMI dicen tener preparado (dinero que habrá que ver si en verdad existe o se pintará para la ocasión).
Y, una vez más, el único termómetro con el que medimos la fiebre del enfermo son las bolsas. Seguimos miopes sin comprender que éstas fluctúan en función de las expectativas inmediatas, es decir: del negocio o, en su defecto, el riesgo a la vista.
Así, cuanto más se empeñe la UE en avalar la deuda de sus estados, más presión ejercerán los inversores sobre los bonos soberanos. Porque el inversor lo que busca es la rentabilidad a toda costa, no sumarse a planes de rescate a medio y largo plazo.
Es decir, lo que están haciendo tanto la UE como el FMI es ayudar a poner toda la atención sobre los bonos soberanos, o sea: cebar aún más la bomba.
En estos momentos nadie parece querer anticipar lo evidente. Todo lo más, hay quien alcanza a decir que vamos a vivir años dolorosos. Pero ese vaticinio se quedará corto cuando suframos la crisis en toda su intensidad. Porque, no se engañen, aún no ha empezado.
Lo que hemos estado viviendo estos dos años es un proceso de ajuste previo. Las crisis empiezan cuando toca pagar la facturas. Y a día de hoy, en lo que a nosotros respecta y sin que nos hayan girando aún la primera letra, el resultado es la quiebra técnica de las instituciones, la liquidación en curso del núcleo fundamental del Estado de bienestar, más de un millón de familias sin ingreso alguno, cinco millones de desempleados y un índice de miseria propio de sociedades del tercer mundo.
Por más que parezca que aún hay debate sobre las medidas a tomar, España ha sobrepasado el punto de no retorno, y lo hizo desde el mismo momento en que se aprobaron en el Congreso los últimos Presupuestos Generales del Estado. Ese fue el preciso instante en el que nos apuntamos a la sien y disparamos.
Todo lo que ha venido después no ha sido otra cosa que echar más y más tierra sobre el cadáver. De hecho, España está ya bajo el control directo de Alemania, Francia, China, EE.UU. y el FMI. Es decir, a los pies de los caballos. Pero nadie parece darse cuenta de la verdadera trascendencia del momento porque la economía es como un gran trasatlántico, y es muy difícil saber exactamente si esta virando por sí misma o sigue aún gobernada por la inercia.
Y ahora diré aquello que nadie se atreve a decir. España no debe echarse en brazos del FMI y la UE. Esa opción no es una opción. Si de lo que se trata es de poder levantarnos en un futuro no muy lejano, España debe renegociar su deuda directamente con sus acreedores, es decir, reestructurarla. Como lo oyen. Y hacerlo ya, al mismo tiempo que han de ser aprobadas, por la vía de urgencia, reformas estructurales, (políticas y económicas).
Porque está demostrado que todos aquellos estados que han tratado de refinanciar su deuda poniéndose en manos del FMI, han quedado sumidos en una profunda depresión económica, cuya duración tiende a infinito, véase los precedentes de Rusia, Argentina, Corea e Indonesia.
Casos todos ellos donde el FMI micro-gestionó sus crisis y las agravó, lo que el propio organismo reconoció en sus informes internos.
Ante todo, no debemos olvidar que España no es una empresa sino un estado, es decir, una sociedad y, por lo tanto, debe abordar sus problemas desde una perspectiva más amplia; económica sí, pero también desde una perspectiva política y social.
No podemos entregar nuestra política económica al FMI o la UE a cambio de evitar una coyuntural bancarrota, que es lo que ha hecho de facto Zapatero.
De lo contrario, cometeremos el error de perder el control sobre nuestra propia crisis, Y ello hará que, más pronto que tarde, la crisis económica desemboque en una crisis social de consecuencias imprevisibles.
Para finalizar, sólo me resta añadir una condición indispensable para poder ponernos manos a la obra: Zapatero debe estar fuera del Gobierno antes de que termine el verano.
viernes, 14 de mayo de 2010
Diez cosas molestas que no hay que hacer en Facebook
Lista elaborada por Laptoplogic.com
clipping
Diez cosas molestas que no hay que hacer en Facebook
Etiquetar fotos indiscriminadamente, mandar regalos tontos, quejarse todo el tiempo o agregar amigos que no son amigosDatos de mapa ©2010 Tele Atlas - Términos de usoRedacción, 14 de mayo de 2010 a las 10:39
Ignorar.
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Facebook. Facebook. 01Las personas molestas existen en todos los lugares, incluso o especialmente en Facebook. A veces nosotros mismos sin querer nos convertimos en uno de estos. Bombardeamos con tontas invitaciones a nuestros amigos. Les mandamos 'regalos' que no quieren. Hasta que se enfadan y nos borran de su 'lista de amigos'.
¿Cómo evitar que esto ocurra? Siguiendo unos pequeños consejos que harán de nuestro perfil algo más 'habitable'. Laptoplogic.com describe diez normas que hay que hacer en 10 Things Not to Do on Facebook:
1.Mandar regalos tontos: no mandes regalos de juegos o aplicaciones. Su valor es cero y solo molestan.
2.Hablar sobre tu mascota todo el tiempo: si hablas sobre tu perro durante algunos días la gente pensará que eres simpático, si no paras de hacerlo durante semanas o meses no te extrañe que más de un 'amigo' te abandone.
3.Etiquetar de forma indiscriminada: la opción de etiquetar las fotos es sólo si alguien sale en ella o le interesa mucho ver esa imagen. No etiquetes a lo loco.
4.Quejarse de cualquier cosa: decir constantemente que te duele la cabeza cabrea a la gente.
5.Autorizar todas las aplicaciones para que publiquen en tu muro: estas actualizaciones cada vez que juegas en Facebook les aparecen a los demás y molestan.
6.Agregar compañeros del trabajo o tus empleados: no comprometas tu carrera profesional ni la mezcles con tu vida privada.
7.Agregar amigos que no son amigos: al igual que no saludas a todas las personas que ves por la calles no agregues a todos los que veas por la Red. Molesta mucho y resta credibilidad.
8.Despotricar y delirar: Facebook es un lugar en el que todos tus amigos y familia pueden ver lo que escribes. Cualquier cosa que digas puede tener sus consecuencias.
9.Pedir cosas: al igual que los regalos tontos, pedir cosas enviadas desde algún juego no agrada a todo el mundo.
10.Escribir en mayúsculas: es por un aspecto visual. Simplemente molesta.
¿Qué otras cosas crees que pueden molestar en Facebook y que no hay que hacer?
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Diez cosas molestas que no hay que hacer en Facebook
Etiquetar fotos indiscriminadamente, mandar regalos tontos, quejarse todo el tiempo o agregar amigos que no son amigosDatos de mapa ©2010 Tele Atlas - Términos de usoRedacción, 14 de mayo de 2010 a las 10:39
Ignorar.
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Facebook. Facebook. 01Las personas molestas existen en todos los lugares, incluso o especialmente en Facebook. A veces nosotros mismos sin querer nos convertimos en uno de estos. Bombardeamos con tontas invitaciones a nuestros amigos. Les mandamos 'regalos' que no quieren. Hasta que se enfadan y nos borran de su 'lista de amigos'.
¿Cómo evitar que esto ocurra? Siguiendo unos pequeños consejos que harán de nuestro perfil algo más 'habitable'. Laptoplogic.com describe diez normas que hay que hacer en 10 Things Not to Do on Facebook:
1.Mandar regalos tontos: no mandes regalos de juegos o aplicaciones. Su valor es cero y solo molestan.
2.Hablar sobre tu mascota todo el tiempo: si hablas sobre tu perro durante algunos días la gente pensará que eres simpático, si no paras de hacerlo durante semanas o meses no te extrañe que más de un 'amigo' te abandone.
3.Etiquetar de forma indiscriminada: la opción de etiquetar las fotos es sólo si alguien sale en ella o le interesa mucho ver esa imagen. No etiquetes a lo loco.
4.Quejarse de cualquier cosa: decir constantemente que te duele la cabeza cabrea a la gente.
5.Autorizar todas las aplicaciones para que publiquen en tu muro: estas actualizaciones cada vez que juegas en Facebook les aparecen a los demás y molestan.
6.Agregar compañeros del trabajo o tus empleados: no comprometas tu carrera profesional ni la mezcles con tu vida privada.
7.Agregar amigos que no son amigos: al igual que no saludas a todas las personas que ves por la calles no agregues a todos los que veas por la Red. Molesta mucho y resta credibilidad.
8.Despotricar y delirar: Facebook es un lugar en el que todos tus amigos y familia pueden ver lo que escribes. Cualquier cosa que digas puede tener sus consecuencias.
9.Pedir cosas: al igual que los regalos tontos, pedir cosas enviadas desde algún juego no agrada a todo el mundo.
10.Escribir en mayúsculas: es por un aspecto visual. Simplemente molesta.
¿Qué otras cosas crees que pueden molestar en Facebook y que no hay que hacer?
martes, 4 de mayo de 2010
¿Están Charlize Theron y Keanu Reeves enamorados?
Hollywood podría tener una nueva pareja de superestrellas. Charlize Theron y Keanu Reeves han sido pillados en actitud muy cariñosa. La pareja compartió ayer una romántica cena en el restaurante Bouchon de Beverly Hills. A la salida del restaurante, ambos actores empezaron a abrazarse y a besarse, sin importarles la gente que a su alrededor observaba los arrumacos. Según publica TMZ, la actriz incluso llego a abrazar a Reeves por debajo de su chaqueta.
Charlize Theron, de 34 años, rompió con su ex novio, el actor irlandés Stuart Townsend, el pasado mes de enero. Al parecer, la ganadora de Óscar por su papel en 'Monster' sentía que, después de ocho años de convivencia con Townsend, la relación era 'como de hermanos' y echaba de menos la pasión del principio.
sentía que, después de ocho años de convivencia con Townsend, la relación era 'como de hermanos' y echaba de menos la pasión del principio.
sentía que, después de ocho años de convivencia con Townsend, la relación era 'como de hermanos' y echaba de menos la pasión del principio.
Keanu Reeves, que le saca 11 años a Theron, ha tenido una vida sentimental bastante dramática. Poco después de que su novia, Jennifer Syme, perdiera el hijo que ambos esperaban, la actriz y asistente de producción tuvo un accidente de coche, después de abandonar una fiesta en casa de Marilyn Manson, y falleció en el acto, en abril de 2001. Jennifer Syme fue enterrada junto a su bebé en el cementerio Westwood Village Memorial de Los Ángeles.
Aunque tanto Reeves como Theron han mantenido relaciones sentimentales largas, ninguno de los dos ha estado nunca casado. La pareja se conoció en 1997, durante el rodaje de la película 'The Devil's Advocate' ('Pactar con el Diablo'), que ambos protagonizaron junto a Al Pacino. En 2001, volvieron a rodar juntos. Esta vez ambos actores se enamoraban en la comedia romántica 'Sweet November' ('Noviembre Dulce').
Está por ver si la relación entre ambos actores se consolida. Ayer Reeves y Theron abandonaron el restaurante en coches separados.
Rescatar a Grecia sale más caro a las familias españolas que a las alemanas
MÁS DE 580 EUROS POR HOGAR
Rescatar a Grecia sale más caro a las familias españolas que a las alemanas
El rescate de Grecia está recibiendo muchas críticas por parte de la opinión pública germana, pero en España la mayor parte de la sociedad lo considera una buena medida. Quizás porque no saben que les va a costar más que a las familias alemanas: 586 euros.
Grecia: el nuevo protectorado de Alemania
Salgado: "tiene efectos positivos para España"
BCE: Barra libre para la deuda griega
La UE activa el rescate: Alemania 22.000 millones, España 9.700
Grecia prevé ahorrar 30.000 millones para reducir el déficit
Papandréu: "Hay que elegir entre la catástrofe o el sacrificio"
2010-05-04ImprimirEnviarCorregirComentar
LIBERTAD DIGITAL
La gran falacia que sostiene el Gobierno español para lograr el apoyo de los ciudadanos a la aportación nacional al rescate de Grecia (casi 10.000 millones de euros en tres años) es que no tiene coste alguno para los contribuyentes. Gran mentira, ya que las emisiones de deuda pública que va a realizar el Tesoro ante la falta de dinero en la caja (al cierre de 2009 el agujero era de 114.000 millones) hace necesario pedir préstamos en forma de bonos, letras y obligaciones del Estado, por los que hay que pagar intereses.
Los ciudadanos alemanes saben que los rescates cuestan dinero y se lo han expresado claramente a sus gobernantes. De hecho, el principal escollo que se ha encontrado la canciller Angela Merkel para dar su visto bueno al salvamento de Grecia es la opinión pública, que puede castigar a su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en los próximos comicios regionales que se celebran el 9 de mayo en Renania del Norte, el Land más poblado de Alemania.
Sin embargo, en España la mayor parte de la población ha decidido creer a las dos vicepresidentas del Gobierno (María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado) cuando aseguran que el rescate “no tendrá coste alguno” para los contribuyentes. Seguramente porque no saben que las familias españolas van a pagar más dinero que las alemanas para rescatar al país heleno.
Según los datos de la agencia Reuters y Eurostat, que recoge la publicación Business Insider (y que ha sido recopilada en España por el diario Expansión), el paquete de ayuda a Grecia costará 586 euros (776,03 dólares) a cada hogar español, frente a los 563 euros (745,19 dólares) que deberán afrontar, de media, las familias alemanas. Este dato se ha escondido tras las cifras absolutas que esconden la variable demográfica: España pondrá 9.800 millones y el país germano 22.000 millones.
Business Insider no sólo desvela estas cifras, sino que realiza unas duras críticas a la economía española en un análisis que titula: “Si piensan que la crisis griega ha terminado mal preparensé para España”. En el artículo recuerda que en julio nuestra economía se enfrenta a importantes vencimientos de deuda que servirán a los mercados para calibrar la posibilidad de una suspensión de pagos.
El informe sirve a anexo al publicado la pasada semana, donde pone la prestigiosa publicación pone de manifiesto las importantes debilidades de la economía española, a saber: un descomunal déficit público, una tasa de paro desbocada, la falta de credibilidad de sus gobernantes, la morosidad oculta de las entidades financieras, la falta de competitividad y el elevado coste de la energía por las subvenciones a las renovables, entre otros puntos negros.
El estudio pone de manifiesto que las familias luxemburguesas serán las que más sufran con el rescate, al suponer un coste de medio de 1.265 euros por hogar (1.675,41 dólares). Los siguientes en esta lista de pagadores son los irlandeses (819,5 euros), holandeses (655 euros), austriacos (650,6), belgas (638,7), franceses (622,6), italianos (606,6). italianos (606,8), chipriotas (596,8) y finlandeses (587 euros).
Rescatar a Grecia sale más caro a las familias españolas que a las alemanas
El rescate de Grecia está recibiendo muchas críticas por parte de la opinión pública germana, pero en España la mayor parte de la sociedad lo considera una buena medida. Quizás porque no saben que les va a costar más que a las familias alemanas: 586 euros.
Grecia: el nuevo protectorado de Alemania
Salgado: "tiene efectos positivos para España"
BCE: Barra libre para la deuda griega
La UE activa el rescate: Alemania 22.000 millones, España 9.700
Grecia prevé ahorrar 30.000 millones para reducir el déficit
Papandréu: "Hay que elegir entre la catástrofe o el sacrificio"
2010-05-04ImprimirEnviarCorregirComentar
LIBERTAD DIGITAL
La gran falacia que sostiene el Gobierno español para lograr el apoyo de los ciudadanos a la aportación nacional al rescate de Grecia (casi 10.000 millones de euros en tres años) es que no tiene coste alguno para los contribuyentes. Gran mentira, ya que las emisiones de deuda pública que va a realizar el Tesoro ante la falta de dinero en la caja (al cierre de 2009 el agujero era de 114.000 millones) hace necesario pedir préstamos en forma de bonos, letras y obligaciones del Estado, por los que hay que pagar intereses.
Los ciudadanos alemanes saben que los rescates cuestan dinero y se lo han expresado claramente a sus gobernantes. De hecho, el principal escollo que se ha encontrado la canciller Angela Merkel para dar su visto bueno al salvamento de Grecia es la opinión pública, que puede castigar a su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en los próximos comicios regionales que se celebran el 9 de mayo en Renania del Norte, el Land más poblado de Alemania.
Sin embargo, en España la mayor parte de la población ha decidido creer a las dos vicepresidentas del Gobierno (María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado) cuando aseguran que el rescate “no tendrá coste alguno” para los contribuyentes. Seguramente porque no saben que las familias españolas van a pagar más dinero que las alemanas para rescatar al país heleno.
Según los datos de la agencia Reuters y Eurostat, que recoge la publicación Business Insider (y que ha sido recopilada en España por el diario Expansión), el paquete de ayuda a Grecia costará 586 euros (776,03 dólares) a cada hogar español, frente a los 563 euros (745,19 dólares) que deberán afrontar, de media, las familias alemanas. Este dato se ha escondido tras las cifras absolutas que esconden la variable demográfica: España pondrá 9.800 millones y el país germano 22.000 millones.
Business Insider no sólo desvela estas cifras, sino que realiza unas duras críticas a la economía española en un análisis que titula: “Si piensan que la crisis griega ha terminado mal preparensé para España”. En el artículo recuerda que en julio nuestra economía se enfrenta a importantes vencimientos de deuda que servirán a los mercados para calibrar la posibilidad de una suspensión de pagos.
El informe sirve a anexo al publicado la pasada semana, donde pone la prestigiosa publicación pone de manifiesto las importantes debilidades de la economía española, a saber: un descomunal déficit público, una tasa de paro desbocada, la falta de credibilidad de sus gobernantes, la morosidad oculta de las entidades financieras, la falta de competitividad y el elevado coste de la energía por las subvenciones a las renovables, entre otros puntos negros.
El estudio pone de manifiesto que las familias luxemburguesas serán las que más sufran con el rescate, al suponer un coste de medio de 1.265 euros por hogar (1.675,41 dólares). Los siguientes en esta lista de pagadores son los irlandeses (819,5 euros), holandeses (655 euros), austriacos (650,6), belgas (638,7), franceses (622,6), italianos (606,6). italianos (606,8), chipriotas (596,8) y finlandeses (587 euros).
lunes, 3 de mayo de 2010
El número de funcionarios rompe por primera vez la barrera del 20%
@Carlos Sánchez - 03/05/2010
El número de funcionarios rompe por primera vez la barrera del 20%
La crisis no da tregua en términos de desempleo, pero el sector público continúa con su propia inercia al margen de la economía. Hasta el punto de que, por primera vez, el número de trabajadores al servicio de alguna de las administraciones públicas ha roto la barrera del 20% de los asalariados. O dicho con otras palabras. La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre refleja que 3.088.400 trabajadores están empleados por el Estado, lo que representa, en concreto, el 20,2% de la población ocupada por cuenta ajena.
Esto significa que desde que comenzó la recesión -primer trimestre de 2008- el sector público, incluyendo tanto el administrativo como el empresarial, ha aumentado sus plantillas en 215.200 empleados. En el primer trimestre de este año, incluso, ha crecido en 22.700 empleados, dando lugar al segundo mayor registro de todo los tiempos tras los 3.101.900 trabajadores alcanzados en el tercer trimestre del año pasado. Por el contrario, en el sector privado se ha producido una impresionante caída del empleo, como pone de manifiesto que en apenas dos años la economía española ha destruido nada menos que 1.779.300 puestos de trabajo asalariado.
La explosión del empleo público en los últimos años ha sido, sin embargo, poco homogénea. Y eso explica que en la España de las autonomías convivan regiones, como Extremadura, donde nada menos que el 33,3% de los asalariados trabaja para la Junta; mientras que es Cataluña este porcentaje se reduce al 16,1%. Es decir, menos de la mitad.
El caso extremeño es especialmente significativo debido a que ni siquiera en los años de fuerte expansión económica -2006 o 2007-, el empleo público se ha situado por debajo del 30% de la población asalariada en la región. Esto quiere decir que no se trata de un hecho extraordinario que responda a una estrategia de política económica para esquivar de la recesión, sino que hay que vincularlo a un fenómeno de carácter estructural que hace que uno de cada tres extremeños trabaje para el gobierno que dirige el socialista Guillermo Fernández Vara. De hecho, desde que comenzó la recesión el empleo público extremeño ha crecido dos puntos porcentuales, hasta el citado 33,3%.
Los datos de la EPA reflejan, igualmente, que otras dos comunidades autónomas gobernadas desde hace casi 30 años por el Partido Socialista -Castilla-La Mancha y Andalucía-, son las que tienen mayor proporción de empleo público: 26,1% en el primer caso y un 23,5% en el segundo.
El caso de la Comunidad de Madrid
En el lado contrario se encuentran Cataluña, Comunidad Valenciana y La Rioja, donde menos del 17,2% de los asalariados trabaja para el gobierno regional. Incluso Madrid, donde se concentra gran número de funcionarios vinculados a los servicios públicos centrales del Estado: fuerzas armadas, judicatura o departamentos ministeriales, tiene menos empleados públicos que la media del país, lo que indica el perfil eminentemente privado de la actividad económica en la región.
El caso contrario es el de Ceuta y Melilla, pero su singularidad territorial puede explicar que en el primer caso el empleo público represente nada menos que un 53,3% de la población asalariada, mientras que en Melilla el porcentaje es del 48,9%. Es decir, que la mitad de los ocupados en ambas plazas trabaja para el Estado.
El caso extremeño no es solamente peculiar por la cantidad de empleo público, sino también por la calidad; aunque en sentido negativo. Según la Encuesta de Población Activa nada menos que el 35,6% de los asalariados del sector público de Extremadura tiene un contrato temporal. Se trata de un porcentaje incluso muy superior a la media nacional (23,7%), incluyendo empleo público y privado. Para hacerse una idea de lo que representa esa cifra sólo hay que tener en cuenta que en La Rioja el porcentaje apenas llega al 14,7%. Es decir, 21 puntos porcentuales menos.
La intensa utilización de la contratación temporal en Extremadura parece tener que ver con una forma de salvar las restricciones presupuestarias, lo que permite contratar aunque no haya crédito aprobado. Como consecuencia de todo esto, se produce un fenómeno sin parangón respecto de otras regiones del país. Extremadura cuenta con una población activa (suma de los ocupados y los parados) equivalente a 486.100 trabajadores, pero únicamente 195.800 (apenas el 40%) trabaja para el sector privado. El resto o está empleado en la Junta o se encuentra en situación de desempleo. Y no hay que olvidar que aquellos que reciban una prestación económica cobran, por lo tanto, de la Administración central.
El número de funcionarios rompe por primera vez la barrera del 20%
La crisis no da tregua en términos de desempleo, pero el sector público continúa con su propia inercia al margen de la economía. Hasta el punto de que, por primera vez, el número de trabajadores al servicio de alguna de las administraciones públicas ha roto la barrera del 20% de los asalariados. O dicho con otras palabras. La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre refleja que 3.088.400 trabajadores están empleados por el Estado, lo que representa, en concreto, el 20,2% de la población ocupada por cuenta ajena.
Esto significa que desde que comenzó la recesión -primer trimestre de 2008- el sector público, incluyendo tanto el administrativo como el empresarial, ha aumentado sus plantillas en 215.200 empleados. En el primer trimestre de este año, incluso, ha crecido en 22.700 empleados, dando lugar al segundo mayor registro de todo los tiempos tras los 3.101.900 trabajadores alcanzados en el tercer trimestre del año pasado. Por el contrario, en el sector privado se ha producido una impresionante caída del empleo, como pone de manifiesto que en apenas dos años la economía española ha destruido nada menos que 1.779.300 puestos de trabajo asalariado.
La explosión del empleo público en los últimos años ha sido, sin embargo, poco homogénea. Y eso explica que en la España de las autonomías convivan regiones, como Extremadura, donde nada menos que el 33,3% de los asalariados trabaja para la Junta; mientras que es Cataluña este porcentaje se reduce al 16,1%. Es decir, menos de la mitad.
El caso extremeño es especialmente significativo debido a que ni siquiera en los años de fuerte expansión económica -2006 o 2007-, el empleo público se ha situado por debajo del 30% de la población asalariada en la región. Esto quiere decir que no se trata de un hecho extraordinario que responda a una estrategia de política económica para esquivar de la recesión, sino que hay que vincularlo a un fenómeno de carácter estructural que hace que uno de cada tres extremeños trabaje para el gobierno que dirige el socialista Guillermo Fernández Vara. De hecho, desde que comenzó la recesión el empleo público extremeño ha crecido dos puntos porcentuales, hasta el citado 33,3%.
Los datos de la EPA reflejan, igualmente, que otras dos comunidades autónomas gobernadas desde hace casi 30 años por el Partido Socialista -Castilla-La Mancha y Andalucía-, son las que tienen mayor proporción de empleo público: 26,1% en el primer caso y un 23,5% en el segundo.
El caso de la Comunidad de Madrid
En el lado contrario se encuentran Cataluña, Comunidad Valenciana y La Rioja, donde menos del 17,2% de los asalariados trabaja para el gobierno regional. Incluso Madrid, donde se concentra gran número de funcionarios vinculados a los servicios públicos centrales del Estado: fuerzas armadas, judicatura o departamentos ministeriales, tiene menos empleados públicos que la media del país, lo que indica el perfil eminentemente privado de la actividad económica en la región.
El caso contrario es el de Ceuta y Melilla, pero su singularidad territorial puede explicar que en el primer caso el empleo público represente nada menos que un 53,3% de la población asalariada, mientras que en Melilla el porcentaje es del 48,9%. Es decir, que la mitad de los ocupados en ambas plazas trabaja para el Estado.
El caso extremeño no es solamente peculiar por la cantidad de empleo público, sino también por la calidad; aunque en sentido negativo. Según la Encuesta de Población Activa nada menos que el 35,6% de los asalariados del sector público de Extremadura tiene un contrato temporal. Se trata de un porcentaje incluso muy superior a la media nacional (23,7%), incluyendo empleo público y privado. Para hacerse una idea de lo que representa esa cifra sólo hay que tener en cuenta que en La Rioja el porcentaje apenas llega al 14,7%. Es decir, 21 puntos porcentuales menos.
La intensa utilización de la contratación temporal en Extremadura parece tener que ver con una forma de salvar las restricciones presupuestarias, lo que permite contratar aunque no haya crédito aprobado. Como consecuencia de todo esto, se produce un fenómeno sin parangón respecto de otras regiones del país. Extremadura cuenta con una población activa (suma de los ocupados y los parados) equivalente a 486.100 trabajadores, pero únicamente 195.800 (apenas el 40%) trabaja para el sector privado. El resto o está empleado en la Junta o se encuentra en situación de desempleo. Y no hay que olvidar que aquellos que reciban una prestación económica cobran, por lo tanto, de la Administración central.
sábado, 1 de mayo de 2010
El elixir de la eterna juventud se esconde en la sangre
@Ana I. Gracia - 01/05/2010
Los tratamientos antienvejecimiento ya no son pura fachada. Teniendo en cuenta que en 2050 la media de la esperanza de vida será de 92 años, ahora importa vivir más y mejor. La nueva medicina antiaging encuentra en el interior de las arterias el punto de partida para mantener a punto el corazón, la mente, la piel y el resto de órganos. Pura terapia preventiva para poner en marcha antes de los 40.
La longevidad de una persona está definida en un 75% por el modelo de vida que lleva. Son los genes del organismo los que ‘dan cuerda’ a la otra cuarta parte del reloj interno. Así, cada una de las células que componen el ser humano tiene también su propio reloj biológico, va a su propio ritmo y se adapta al ritmo de otras células con las que comparte ciertas funciones. Según va pasando la vida, llega un momento en que la masa muscular va disminuyendo y la grasa le toma la delantera. Es entonces cuando empieza a notarse lo que se entiende por envejecimiento. Que vaya más rápido o más lento que los de su edad depende del estilo de vida que haya decidido tomar.
El doctor José Sabán es uno de esos médicos que estudia el envejecimiento desde una apuesta científica. Dirige desde el Hospital Ramón y Cajal de Madrid la unidad dedicada a la prevención cardiovascular. “El tratamiento antiaging está diseñado sobre una base que tiene como epicentro el cuidado del endotelio, la capa que tapiza el interior de los vasos sanguíneos, linfáticos y las cavidades cardiacas”, explica a El Confidencial. Después llega el corazón, el cerebro, el aparato locomotor … y ya, por último, la estética. Su receta es muy simple: rejuvenecer las arterias como base de una medicina preventiva moderna. "Que nadie se confunda: con estos tratamientos mejoramos la calidad de vida, pero alargarla depende de los genes de cada persona".
Ya lo advertía el homeópata Cidón Madrigal: “Hay que invertir en prevenir que aparezcan enfermedades”. El motor humano falla cuando le falla lo más básico: llevar un estilo de vida saludable. Si se analiza el perfil de la gente más longeva del mundo, se sabe que ha sido gente que vivía tranquila fuera de las grandes urbes, lejos de la contaminación, no fumaba y bebía agua de manantiales, sin estrés y con una dieta adecuada.
¿Por qué mueren las células? Hay muchas teorías que dicen haber encontrado la respuesta, pero ninguna es fiable. Hay células que no se renuevan nunca, como las neuronas del sistema nervioso o las células musculares del corazón. Por eso cuando falla produce efectos irreversibles. En cambio, otros órganos mutan con el tiempo (la piel, las células de la sangre…). Son los que tras una lesión se reparan sin problema. La teoría más aceptada hoy día es la de los radicales libres. “Los radicales libres son unas sustancias que aparecen con los procesos normales del metabolismo de la célula. Estas sustancias reaccionan rápidamente (oxidan) con cualquier otra sustancia de la célula (proteínas, ADN, membrana) y la destruyen”. A la larga, el organismo no es capaz de eliminar sus radicales libres y va dañándose. Por eso, el doctor Madrigal apuesta “por no oxidar al cuerpo”. Echarle más grasa de la cuenta, depende de nosotros mismos.
¿Se puede luchar contra el envejecimiento y retrasar sus efectos? Los creadores de Sambhala dicen que sí. “Se trata de vivir mucho y lo mejor posible”, cuenta Coral Márquez, directora general del producto nutricéutico más vanguardiasta. El producto es una combinación de principios activos antienvejecimiento concentrada en un complemento alimenticio que, a través de los elementos que lo integran, activa las sirtuinas, “unas enzimas presentes en todas las células de los seres vivos que reparan el ADN dañado y potencian los mecanismos antioxidantes naturales del organismo”.
Sanos por dentro, guapos por fuera
Sus efectos, según los científicos, se ven tanto por fuera como por dentro: alarga la vida celular, retrasa las bases moleculares del envejecimiento, combate las enfermedades asociadas a la oxidación celular, refuerza la barrera natural protectora contra los radicales libres, mejora la hidratación, densidad, firmeza, textura y aspecto de la piel, pelo y uñas. “Es comenzar la casa por los cimientos, no dedicarnos única y exclusivamente en mantener la fachada”, describe Márquez.
No es otro producto milagro porque la Academia Española de Dermatología y la Agencia Federal de la Salud Pública de la Unión Europea han demostrado su eficacia y su seguridad. Con una cápsula al día, "se pueden combatir las enfermedades asociadas a la oxidación celular", añade Saban. Por eso la acogida en el mercado supera con creces las expectativas que se habían marcado. "Nuestra experiencia nos ha demostrado que mejora la actividad física, el rendimiento, la aparición del alzheimer...". Ha dado en el clavo: frenar el envejecimiento, tanto por fuera como por dentro.
"A partir de los 30 años el cuerpo ya empieza a envejecer", advierte Sabán. Aunque la dermocosmética se obsesionó con ofrecer productos para estar más guapos por fuera, el reto más apasionante para la actual es, además de buscar la eterna juventud, evitar la aparición de enfermedades. "Con Sambhala se ha comprobado el retraso de la aparición de enfermedades cerebrovasculares, alzheimer, diabetes, parkinson, demencia, epilepsia, trombosis, enfermedades inmunológicas", enumera Márquez. Con Sambhala, donde el cóctel de juventud está asegurado, parece que de jubilarse, ni se habla.
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