MUERTE DIGNA | Anuncio del Gobierno
¿Qué dicen nuestros vecinos europeos de la muerte digna?
El Gobierno anuncia una nueva ley de muerte digna para el mes de marzo
Esta cuestión cuenta con diferente legislación en los países europeos
María Valerio | Madrid
Actualizado viernes 19/11/2010 18:37 horas
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A menudo, hablar de muerte digna como ha hecho el ministro Rubalcaba trae a la mente un 'batiburrillo' de ideas que mezclan conceptos tan dispares como la sedación, el derecho a rechazar un tratamiento, la eutanasia o el suicidio asistido. Como aclara el presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), Javier Rocafort, este término hace referencia "a todas las medidas (sanitarias, pero también psicológicas, sociales o laborales) para mejorar la calidad de vida de los pacientes en fases avanzadas de su enfermedad".
Por ejemplo, explica, cuando existe una indicación médica clara para retirar el respirador artificial a un paciente terminal, "no puede hablarse de eutanasia pasiva, que es un término confuso y que la Organización Médica Colegial rechaza, sino de evitar el ensañamiento terapéutico para el final de la vida". Tampoco es cierto que los paliativos sean únicamente sedación, "también incluyen el uso de analgésicos y otros fármacos, la presencia de equipos a domicilio, la ayuda psicológica...".
Además, a menudo se ha asociado el uso de cuidados paliativos exclusivamente con pacientes oncológicos terminales, cuando existen otras muchas patologías crónicas que necesitarán estas atenciones en los días finales del paciente (como las demencias o las enfermedades del aparato respiratorio). De hecho, se calcula que por cada paciente que muere de cáncer, fallecen otros dos por diversas patologías. Éste es, a grandes trazos, el panorama europeo en esta materia.
Francia
El país que el ministro Rubalcaba ha puesto como modelo dispone de hasta siete normas para regular cuestiones tan dispares como la financiación de los paliativos, la atención a domicilio o "el derecho de la familia a pedir un permiso laboral para acompañar a un paciente moribundo", explica el doctor Rocafort, que es además director asistencial de Hospital Centro de Cuidados Laguna de Madrid.
Esta normativa contempla también el pago de 49 euros diarios durante un máximo de 21 días, informa Juan Manuel Bellver desde París. La legislación gala que regula el fin de la vida (que no la eutanasia) prohíbe como en España en ensañamiento terapéutico y prevé el derecho del paciente a rechazar un tratamiento.
Reino Unido
Como destaca el doctor Rocafort, los países anglosajones (como Irlanda) cuentan con una amplia tradición en materia de paliativos y han regulado desde el número de equipos asistenciales que debe haber en el país, hasta su acreditación profesional, en qué punto de la enfermedad se debe derivar al paciente o qué ayudas puede pedir la familia.
La cuestión más controvertida en el Reino Unido gira en torno a la Ley de Suicidio Asistido que data de 1961. Esta normativa, informa Eduardo Suárez, establece penas de cárcel para las personas que ayuden a morir a un tercero; aunque en la práctica nadie ha sido condenado por ello en estos 50 años.
La cuestión saltó a la palestra el año pasado cuando una paciente con esclerosis múltiple, Debbie Purdy, solicitó a la Fiscalía que clarificara su postura en estos casos: quería estar segura de que su marido no iría a la cárcel si la acompañaba a Suiza a morir.
Su caso logró una victoria judicial y la Fiscalía se vio obligada a publicar nuevas directrices, aclarando qué casos llevarían ante la justicia y cuáles no (librando de la cárcel, por ejemplo, a quien demuestre que lo hizo por compasión). Sin embargo, el entonces Primer Ministro, Gordon Brown, se negó a legislar sobre este asunto con el argumento de que no había consenso suficiente. Hubo demandas tanto por parte de las organizaciones proeutanasia como de los provida; aunque al final el Gobierno optó por no mover ficha y dejar las cosas como estaban.
Holanda
Frente a la buena regulación del derecho a morir, Holanda estaba hasta hace unos años 'coja' en materia de paliativos, indica el especialista español. El "clamor social" llevó a las autoridades hace menos de 10 años a regular esta cuestión, que incluye desde cuándo se debe intubar o no a un paciente terminal, en qué casos recurrir a la analgesia...
En el año 2002, además, Holanda se convirtió en el primer país del mundo en legalizar la eutanasia. Tras más de 30 años de debate político y social, informa Cristina de Martos, los Países Bajos normalizaron una práctica que se toleraba y practicaba desde hacía tiempo. La norma aprobada por el Parlamento permite poner fin a la vida de un paciente cuando éste sufre un dolor intolerable y constante, tras varias peticiones y valoraciones médicas y mediante los métodos apropiados.
El método consiste, normalmente, en administrar al paciente un potente sedante (tiopental sódico) que le hace caer en un estado de coma profundo. En ese momento, se inyecta un relajante muscular (bromuro de pancuronio) que hace que el individuo deje de respirar, causándole así la muerte. En 2009, más de 2.600 holandeses decidieron poner fin a su vida mediante este combinado de medicamentos -que se emplean también en las ejecuciones por inyección letal-. En el 80% de los casos, la muerte tuvo lugar en casa. La ley regula que se pueda solicitar desde los 12 años, aunque entre esta edad y los 16 el afectado debe contar con el consentimiento paterno.
Italia
El presidente de SECPAL pone a los italianos como un ejemplo de mala regulación en materia de paliativos. "La administración hizo hasta tres normas diferentes sin contar con los profesionales, lo que provocó fallos en la organización. De hecho, la Sociedad Europea de Cuidados Paliativos denuncia que en Italia los pacientes sufren aún los efectos de cierta "opiofobia", que lleva a muchos profesionales médicos a resistirse a prescribir opioides para el alivio del dolor por motivos culturales.
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