lunes, 17 de marzo de 2008

Estrella Digital 17/03/2008 - OPINIÓN: Zapatero regresa a la marisma por Pablo Sebastián

Estrella Digital 17/03/2008 - OPINIÓN: Zapatero regresa a la marisma por Pablo SebastiánYa está Zapatero en Doñana, mirando los langostinos de reojo, encantado de haberse conocido, resoplando por la noche cada vez que se acuerda del susto electoral, y chapoteando, otra vez chapoteando, en los charcos de la ciénaga, porque aunque los suyos dicen que aprendió de los misteriosos errores a los que aluden, tanto él como sus publicistas, sin decir cuáles son ni reconocer el alcance de sus disparates, todo apunta a que el presidente volverá por donde solía. No en vano las ideas que Zapatero tiene de España y de la democracia son tan endebles como su discurso político, y están sólo en relación con las necesidades que se le presentan en cada momento.

Por ejemplo, por más que disimule, Zapatero ya está comprando al PNV votos para su investidura a cambio de nuevas cotas de soberanía para un nuevo Estatuto del País Vasco, que es lo que propone Urkullu y lo que le insinúan esos dos pájaros del PSE, López y Eguiguren, que han salvado los muebles de las elecciones, porque ETA mató al inocente de Mondragón y el tal Patxi no tuvo el menor pudor a la hora de hacer electoralismo en su capilla ardiente frente al PP. Pero lo cierto es que, unos y otros y Zapatero con ellos, están otra vez metiéndose en las charcas ofreciendo soberanía a los independentistas del PNV a cambio de que Ibarretxe respete la ley y no convoque un referéndum.

Es decir, otra infamia como la de la pasada negociación política con ETA —sí, política, reconocía Urkullu— que nos lleva a la siguiente conclusión: el gobierno vasco, y el PNV sólo están dispuestos a respetar la legalidad si el gobierno de Zapatero les regana mas cotas de soberanía. Lo mismo que ETA, pero sin matar. Es decir que el PNV, que ha perdido 120.000 votos, un diputado y cuatro senadores, amenaza con no respetar la ley si Zapatero no les regala un nuevo Estatuto. ETA proponía el fin de sus crímenes a cambio de plena soberanía y de la libertad de sus presos. Y en Madrid ya está, de nuevo, el gobierno del PSOE haciendo juegos malabares, guiños y medias palabras, para regresar por donde solía, mientras en Vitoria, los del PNV vuelven a sus trampas en el Parlamento vasco para proteger, una vez más, al brazo político de ETA, y salvaguardar su grupo parlamentario.

En Cataluña, pasará algo parecido con el Estatuto catalán, una vez que el PSOE acabe inundando el poder judicial, y especialmente el Tribunal Constitucional, ofreciendo Zapatero la misma idea que siempre tuvo de España, es decir la de un rompecabezas con fichas intercambiables que se pueden recomponer de distinta manera, olvidando el mandato que le han dado los electores y su clarísimo mensaje a favor de la unidad de España, y en contra de las aventuras de los nacionalistas a quienes las urnas acaban de castigar de manera solemne. Al final, el presidente dará a los nacionalistas lo que les quitaron los electores.

Y todo ello, a su mayor gloria personal, y sobre todo aprovechando todos los errores de sus adversarios, empezando por el empeño ciego de Rajoy de seguir al frente del PP, después de echar por la ventana, o renegar, de todos los que, a su órdenes y bajo su responsabilidad, condujeron este partido a la derrota electoral, tras lucir un discurso bronquista y carlistón —Dios, Patria y Rey—, y exhibiendo las viejas mentiras del 11M y la guerra de Irak que ya les habían hecho perder las elecciones, y el sentido común en el 2004.

Nada sustancial cambiará en esta legislatura, salvo que Zapatero podrá decir a Rajoy que las urnas plebiscitaron sus errores y por eso insiste en ellos, mientras que Rajoy —si pasa indemne el anunciado congreso del PP— seguirá meciéndose en el escaño, acompañado de muchos de los que ya estuvieron con él, y de otras caras nuevas que no tendrán la credibilidad necesaria mientras el líder siga siendo el mismo, porque el de Pontevedra ha decidido que para dejar el liderazgo de un partido, las derrotas tienen que ser tres, porque González y Aznar necesitaron de tres intentos para gobernar.

Estas elecciones han dado la oportunidad para poner a los nacionalistas en su sitio, pero no servirá de nada porque Zapatero considera que su discurso del diálogo y del talante solo es para los nacionalistas, catalanes, gallegos y vascos y siempre que ello le beneficie al PSOE en esas comunidades y, de una manera personal y directa, a él. Y así será y por eso ya coquetea con el PNV y mantiene a ERC en el gobierno catalán dando balones de oxigeno a los que casi se han quedado sin aire en la pasada jornada electoral.

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