Sánchez-Ocaña, inversor, emprendedor y empresario del sector de las nuevas tecnologías, explica cómo la imagen de Google como una compañía que vela por la libertad no es tan bonita como parece.
Yo descubrí por primera vez en el año 99 o en el año 2000 una compañía que tenía unos ideales distintos. Que eran emprendedores, que a nivel tecnológico eran sobresalientes... En aquel momento Google era una empresa que sólo tenía sede en Estados Unidos y que tenía una plantilla de 200 empleados. Yo empecé a tener relación con la compañía y a trabajar con ellos.
Yo me creí todo aquello. Aquello del 'Don't be evil' [No ser malo], de que se pueden hacer negocios de una manera ética, de que lo económico no es lo primero... Toda aquella historia del año 98-99 yo me la creí a pies juntitas y cada vez que Google sacaba un producto al mercado yo era un acérrimo fan.
Googleplex es el complejo laboral de la compañía. Suárez Sánchez-Ocaña desmitifica la imagen de este lugar:
Google sólo hace una cosa mejor que vender publicidad (...) y es vender a la compañía como un lugar idílico, como un Disneylandia para adultos. No podemos valorar y creer que la empresa en definitiva es eso, porque eso está alejado de la realidad (...). Hay mucha gente joven, ingenieros que salen de las principales universidades de EEUU que creen que si trabajan en Google están ayudando a cambiar el mundo. Eso es una imagen muy romántica, con un indudable mérito.
Te hace creer que te está haciendo un favor
Nuestra privacidad, nuestra propia esencia. Cuando uno utiliza un correo electrónico como Gmail, que insisto, es fantástico y yo lo uso, intento desengancharme con poco éxito porque no hay alternativas de la misma calidad en el mercado sin ningún tipo de dudas. Pero uno tiene que ser consciente de que los correos que escribe o recibe son correos a tres: entre nosotros (...) y entre el propio Google que escanea todos y cada uno de nuestros mensajes en busca de contenido por el cual pueda segmentarnos y sacar un perfil, un dossier personal sobre nuestras actividades, nuestros intereses.
Respecto al uso que Google hace de la información que recibe de sus usuarios, Suárez Sánchez-Ocaña cuenta:
Utilizando cinco o seis productos de Google, simplemente el buscador, Gmail, Calendar o simplemente viendo vídeos de Youtube, aunque no sea en el mismo, aunque sea en un periódico que hemos abierto al azar, veremos que estamos alimentando de datos a Google, que empieza a tener un perfil personal nuestro y acaba conociéndonos después de años mejor que nuestra propia pareja.
Lo que no recomendaría a nadie es que utilice este tipo de sistemas como Google Docs o como el propio Gmail para dejar muy claro determinadas actitudes personales suyas.
La compañía firmó un contrato con China en el que se censuraban las búsquedas en Internet, Suárez Sánchez-Ocaña opina sobre este asunto:
Google ha entrado a ese juego, a mí me parece bien, en el aspecto de que una empresa privada tiene que ganar dinero y tiene que estar en los principales mercados y el peaje que tiene que pagar es ese. Lo que no puede luego es vendernos a nosotros, los usuarios, que lo ha hecho -que lo dijo textualmente y es lo que a mí me parece escandaloso, esa doble moral, (...) por ayudar a desarrollar las libertades y la democracia en el mundo.
Yahoo nunca pudo pensar que Google alcanzaría los volúmenes de facturación que alcanzó con esa licencia.
Google no ha triunfado en el campo de las redes sociales. Suárez Sánchez-Ocaña considera que es un dato positivo:
Yo creo que es una enorme alegría para todos nosotros como usuarios, que Google no haya logrado entrar bien en las redes sociales. (...) Porque yo creo que es el único 'quesito' que le falta del trivial.
"Yo creo que lo hubiera hecho (...). Cuando uno tiene una cantidad ingente de dinero (...) estas compras son prácticamente gratuítas".
Respecto al papel de Apple en la industria de Internet y en relación a Google, Suárez Sánchez-Ocaña augura:
"El punto de inflexión en la relación Google-Apple es el ataque que supone Android para los terminales iPhone. Al final, probablemente Android acabe siendo un estándar de mercado (...) y Apple tendrá su propia porción del mercado".
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