Estrella Digital 29/02/2008 - OPINIÓN: ¡Hasta luego, Lucas! por Marcello¡Hasta luego, Lucas!
Está claro que los asesores de imagen de Rajoy han ganado el primer asalto del combate televisivo sobre los de Zapatero. La niña del discurso final de Rajoy ha dado, para bien o para mal, mucho más que hablar que el “buenas noches y buena suerte”, de la película de Clooney, con el que se despidió el presidente del Gobierno. Tan es así que ya se especula en el palacio de la Moncloa con la posibilidad de que Zapatero cierre el segundo debate con un ¡hasta luego, Lucas! —como, al parecer, le habría propuesto Moraleda—, mientras Rajoy amplía el cuento de la niña, que va a tener un hermanito que jugará, como Pau Gasol, en los Ángeles Lakers de la NBA, o será piloto de Ferrari, en la Fórmula 1, mientras ella, más crecidita, presidirá la Cruz Roja Internacional.
Los cabezas de huevo del PSOE y del PP están que echan humo, y buscan la frase mágica de la noche del próximo lunes como Robespierre perseguía a la Pimpinela Escarlata. Para empezar, los asesores de Zapatero están que echan las muelas porque consideran que su pupilo se dejó arrinconar en las cuerdas durante el asalto final, cuando Rajoy le acusó de haber agredido a las víctimas del terrorismo, y quieren que Zapatero se saque esa espina y le devuelva el golpe en el mentón a su adversario, a ver si lo tiene de cristal.
Naturalmente, en el PP saben que así tocaron el hígado de Zapatero. Y no se olvidan de lo que pasó en 1993 durante el segundo debate entre González y Aznar, cuando el ex presidente socialista volvió a la carga sobre el ataque que le lanzó el del bigote llamándole pedigüeño en Europa. De ahí que en la Moncloa estén preparando un plan para que Zapatero retome el debate sobre las víctimas del terrorismo, lo que saben muy bien en Ferraz que, por su parte, ya tienen preparada la respuesta que, además, les dará una nueva oportunidad para volver a hablar de De Juana, Otegi, la mentiras, ETA, etc.
Lo que no vimos la otra vez, y los dos lo estaban buscando, fue que uno de los contrincantes le dijera al otro eso de “tranquilícese”, o “no se ponga nervioso”, o “míreme a los ojos”, o “señor Zapatero, tenga cuidado porque se le ha caído el talante”, o “señor Rajoy, parece que se le ha pinchado una rueda de la bicicleta”.
Lo que sí parece seguro es que los dos hablarán de González y de Aznar, que andan por provincias haciendo de las suyas, y enredando un poco más en la campaña electoral. De hecho, sería muy bueno que, como teloneros del último debate del lunes, Aznar y González celebrasen su propio debate, que sin lugar a dudas tendría mucha más audiencia que la de los candidatos a la presidencia del Gobierno. En realidad, si cobraran por ello como los dos cobran ingentes sumas por sus conferencias, Aznar y González se iban a forrar con un par de debates anuales, sobre todo si además de la minuta se llevan el 40 por ciento de la publicidad.
Porque, la verdad sea dicha, los otros dos, Zapatero y Rajoy, tienen muy poca gracia y hasta se parecen bastante en la flojera y falta de intensidad y de profundidad. De ahí la incertidumbre del resultado electoral y el hecho de que el pasado debate, a pesar de sus índices de audiencia, apenas diese a los medios un titular que no fuera el relativo a la agresividad. Quedó, eso sí, lo de la niña de Rajoy y el “buenas noches y buena suerte”, pero poco más. Veremos ahora qué pasa con el niño de Rajoy —al parecer concebido por inseminación artificial— y con el ¡hasta luego, Lucas! de Moraleda, que, sin lugar a dudas, es una despedida genial.
viernes, 29 de febrero de 2008
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