Localizado el punto G
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MADRID.- Una de las grandes disputas mantenidas largo tiempo por los sexólogos podría haberse resuelto en una pequeña ciudad del centro de Italia. Allí, en la Universidad de L'Aquila, un equipo de ginecólogos afirma haber encontrado el esquivo punto G. Según sus hallazgos, está donde su descubridor, el alemán Ernst Gräfenberg, afirmó que se encontraba en 1944 (en el espacio uterovaginal), y no todas las mujeres lo tienen.
En la investigación, dirigida por Emmanuele Jannini, participaron 20 mujeres. Nueve de ellas experimentaban orgasmos vaginales y el resto no. Al examinar mediante una ecografía la zona en la que supuestamente se ubica el punto G, en el espacio uterovaginal, descubrieron que el tejido era más grueso en aquellas capaces de alcanzar el clímax mediante la penetración.
"Por primera vez es posible determinar de un modo simple, rápido y barato si una mujer tiene o no punto G", explica Jannini en el trabajo publicado en 'Journal of Sexual Medicine'.
Estudios anteriores realizados por este equipo les habían permitido identificar algunos marcadores bioquímicos relacionados con una mayor actividad durante el sexo en el tejido situado entre la vagina y la entrada de la uretra, según informa la revista New Scientist. Sin embargo, no fueron capaces de vincular su presencia con la capacidad de tener orgasmos vaginales.
En esta misma publicación, otros especialistas en la materia discuten la validez de los hallazgos de Jannini. Tim Spector, del Hospital de Santo Tomás de Londres, arguye que "son posibles otras muchas explicaciones" para la presencia de este engrosamiento del tejido, como por ejemplo, que éste forme parte del llamado clítoris interno, una de las teorías que se oponen a la existencia del punto G.
Otra de las cuestiones controvertidas es el hecho de que este placentero punto no esté presente en las mujeres que no tienen orgasmos vaginales, un porcentaje muy alto. Desde la Universidad Rutger en Newark, Estados Unidos, Beverly Whipple, que junto con su equipo acuñó el término punto G en 1981, defiende que todas las mujeres tienen mayor o menor sensibilidad en esa zona, lo que quiere decir que todas poseen ese gatillo.
Elisabeth Lloyd, autora del libro 'El caso del orgasmo fememino' ha declarado a elmundo.es que considera estos hallazgos "interesantes". "Parecen confirmar datos anteriores acerca de la variabilidad de la anatomía femenina y la posibilidad de que ésta esté relacionada con los orgasmos", ha añadido.
El trabajo de Jannini dará que hablar, sin duda, entre los profesionales de la sexología. Serán necesarias más investigaciones para poder determinar la validez y el alcance de estas conclusiones, pero puede que, despúes de todo, a unos cuatro centímetros de la entrada de la vagina, haya otro interruptor del placer.
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